Fallece Christo, el artista que envolvi¨® el mundo, a los 84 a?os
El artista b¨²lgaro, conocido por sus espectaculares intervenciones en edificios y monumentos, logr¨® acercar el arte contempor¨¢neo a un p¨²blico masivo
El artista pl¨¢stico Christo, conocido por espectaculares intervenciones que le llevaron a envolver edificios y monumentos como el Reichstag de Berl¨ªn y el Pont-Neuf de Par¨ªs, falleci¨® este domingo a los 84 a?os en Nueva York. Su muerte por causas naturales, seg¨²n confirm¨® su equipo en un mensaje en las redes sociales, pone fin a una larga trayectoria en la que consigui¨® acercar el arte contempor¨¢neo a un p¨²blico masivo. Le gustaba definir sus obras como ¡°perturbaciones¡± del espacio p¨²blico, que llevaban al visitante a tomar conciencia de un entorno que, de tan com¨²n, se hab¨ªa acabado volviendo invisible.
Nacido como Christo Vladimirov Javacheff en 1935 en Gabrovo (Bulgaria), el artista creci¨® en el seno de una familia acomodada: su padre dirig¨ªa una f¨¢brica qu¨ªmica y su madre fue administradora de la Academia de Bellas Artes de Sof¨ªa, donde ¨¦l mismo se form¨® bajo control comunista. En su juventud, Christo particip¨® en alg¨²n proyecto de propaganda destinado al medio rural, que dec¨ªa que le ense?¨® a lidiar con interlocutores poco familiarizados con lo que era el arte. En 1956, tras la intervenci¨®n sovi¨¦tica en la vecina Hungr¨ªa, decidi¨® abandonar su pa¨ªs para poder convertirse en artista. Recal¨® en Viena antes de instalarse en Par¨ªs en 1958, cuando conoci¨® a su futura esposa, Jeanne-Claude Denat de Guillebon, fallecida en 2009, una joven de buena familia de la que qued¨® prendado, pese a que ella ya estuviera prometida. Tras su luna de miel, Jeanne-Claude cambi¨® de opini¨®n y se fue a vivir con ese joven exc¨¦ntrico y con ideas fuera de lo com¨²n. Ser¨ªa el inicio de una larga colaboraci¨®n art¨ªstica, pese a que durante las primeras d¨¦cadas de su trabajo la autor¨ªa de sus obras fuera atribuida solo a Christo (a partir de 1994, empezaron a firmar todos sus proyectos como ¡°Christo y Jeanne-Claude¡±). La pareja se mud¨® a Nueva York en 1964, cuando sus primeras obras, enmarcadas en el llamado Nouveau R¨¦alisme, variante francesa del pop art, despertaron inter¨¦s en Estados Unidos. ¡°Termin¨¦ encontrando mi lugar en Nueva York. Es una ciudad de inmigrantes, la ¨²nica donde se acepta que alguien pueda hablar tan mal ingl¨¦s como yo¡±, dec¨ªa el artista en una entrevista con EL PA?S en 2016.
Su m¨¦todo de trabajo fue poco habitual. Sus intervenciones fueron ef¨ªmeras, visibles durante un par de semanas antes de ser desmontadas, y se autofinanciaron a trav¨¦s de la venta de dibujos y estudios preparativos, que pod¨ªan alcanzar los 200.000 euros en el mercado. Christo siempre rechaz¨® las subvenciones p¨²blicas y el mecenazgo privado, una manera de protegerse contra las injerencias externas (y contra el peligro de hacer concesiones, soluci¨®n inimaginable para este artista testarudo e infatigable). Sus intervenciones, de una extrema complejidad log¨ªstica, tardaban d¨¦cadas en materializarse. Para convertirlas en realidad, Christo y Jeanne-Claude deb¨ªan batallar con las administraciones p¨²blicas, no siempre interesadas en su trabajo. A Christo no le importaba lo fastidioso que era el proceso: para ¨¦l, el arte era ese camino tortuoso y no necesariamente el resultado. En total, Christo y Jeanne-Claude lograron ejecutar 22 proyectos, sobre cerca de 60. ¡°Parecer¨¢ poco, pero mi obra no es como pintar un cuadro. M¨¢s bien se parece a la arquitectura. Y, si un arquitecto dijera que ha logrado levantar la mitad de sus proyectos, a nadie le parecer¨ªa poco¡±, afirmaba Christo en 2016.
Sus proyectos m¨¢s conocidos eran versiones extragrandes de sus obras de los sesenta, cuando ya envolvi¨® objetos y lienzos con distintos materiales. En Surronded Islands (1983) circund¨® con tela rosa el per¨ªmetro de 11 peque?as islas de Biscayne Bay, al sur de Miami, en una intervenci¨®n pensada como un simple ¡°gesto po¨¦tico¡± que sentar¨ªa las bases de su arte en las d¨¦cadas posteriores. En 1985, logr¨® cubrir de tela el Pont Neuf de Par¨ªs, el m¨¢s antiguo de la capital francesa, tras largos meses batallando con el alcalde de la ¨¦poca, Jacques Chirac, como relataba el impagable documental Christo in Paris, de Albert y David Maysles. Se convirti¨® en un nombre conocido y aclamado por el p¨²blico ¨Caunque menos por la cr¨ªtica, que nunca acab¨® de seguir la corriente a un artista al¨¦rgico a todo esnobismo¨C, pero tard¨® otra d¨¦cada m¨¢s en concluir su mayor intervenci¨®n: cubrir el Reichstag de tela de polipropileno, lo que despert¨® las cr¨ªticas del canciller Helmut Kohl, que denunciar¨ªa un ¡°ataque a la dignidad¡± del pa¨ªs. The Gates (2005) le llev¨® a crear un recorrido de 37 kil¨®metros en el Central Park de Nueva York, puntuado por 7.500 puertas dotadas de cortinas de color anaranjado sacudidas por el viento. M¨¢s recientemente, Christo volvi¨® a triunfar con sus Floating Piers (2016), tres kil¨®metros de pontones flotantes sobre el Lago de Iseo, en la regi¨®n de B¨¦rgamo (Italia). El artista comunic¨® la ciudad de Sulzano con dos islas vecinas a trav¨¦s de una pasarela naranja que confer¨ªa al visitante la ilusi¨®n de caminar sobre las aguas.
En el momento de su muerte, Christo ten¨ªa otro proyecto en marcha: envolver el Arco de Triunfo de Par¨ªs. Prevista para despu¨¦s del verano, la intervenci¨®n qued¨® aplazada hasta septiembre de 2021 cuando estall¨® la crisis sanitaria. En paralelo, el Centro Pompidou ultima una exposici¨®n dedicada a la obra de Christo y Jeanne-Claude, centrada en sus proyectos en Par¨ªs, con la que el museo parisiense volver¨¢ a abrir sus puertas en julio. Adem¨¢s, ten¨ªa previsto instalar una mastaba de 150 metros de altura compuesta por 400.000 bidones de petr¨®leo, que pensaba erigir en el oasis de Liwa, a un centenar de kil¨®metros de Abu Dabi. Este proyecto, iniciado en los setenta, deb¨ªa convertirse en su ¨²nica obra permanente. ¡°Christo y Jeanne-Claude siempre han dejado claro que sus obras en proceso continuar¨¢n despu¨¦s de su muerte¡±, recordaba el comunicado de sus colaboradores al anunciar su muerte. Durante d¨¦cadas, la pareja viaj¨® en aviones distintos: si uno se estrellaba, el otro hubiera podido seguir con su trabajo. Su obra deber¨¢ encontrar, de ahora en adelante, otras formas de perdurar en el tiempo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.