Del toca por amor a la ciencia al no toques ?por amor de Dios!
CosmoCaixa Barcelona abre con aforo reducido y la mayor parte de los dispositivos interactivos automatizados o accionados por personal del museo
¡°?Toca marte!¡±, indica un cartel junto a un trozo de meteorito marciano. Pero al lado mismo otro letrero indica claramente ¡°No tocar¡±. En algunos lugares de CosmoCaixa se pueden ver ejemplos como este de la curiosa situaci¨®n, algo esquizofr¨¦nica, que vive el popular museo de la ciencia famoso por su interactividad. El centro ha reabierto esta ma?ana sus puertas obligado a tomar medidas de seguridad estrictas a causa del coronavirus. Especialmente aforo reducido a un tercio (dos mil personas como m¨¢ximo de las 5.800 de capacidad) y sistemas para impedir el riesgo de contagio, algo especialmente complejo cuando parte de los dispositivos del recorrido expositivo exigen manipularlos para que funcionen o para que tengan sentido.
La soluci¨®n ha sido salom¨®nica: parte de los mecanismos est¨¢n ¡°no operativos¡±, otros se activan autom¨¢ticamente y otros m¨¢s los pone en marcha personal del museo dispuesto al efecto para que no los toques t¨². Se han incorporado al recorrido 15 ¡°mediadores¡± cuya labor consiste en explicar a los visitantes el funcionamiento y el sentido de los experimentos y realizarlos para ellos. Esta ma?ana se esforzaban con diligencia, profesionalidad y much¨ªsima buena voluntad para compensar la frustraci¨®n de los visitantes de no poder tocar lo que est¨¢ previsto inicialmente para eso, para tocar.
En muchos momentos del recorrido por la gran exposici¨®n permanente uno tiene que contener el impulso de hacer lo de siempre, que es pulsar botones, activar mecanismos, meter mano a la ciencia vamos. Quiz¨¢ en ning¨²n caso es tan dif¨ªcil retenerse como en la famosa y emblem¨¢tica esfera de plasma, en la que los rayos parecen esperar tu mano para que los despiertes y agites. La tentaci¨®n es grande, pero el letrero est¨¢ claro: ¡°No tocar¡±. Mart¨ª, un ni?o que ha venido con su madre, observa a ver qu¨¦ haces: para imitarte o denunciarte, qui¨¦n sabe. Cl¨¢sicos del museo como el experimento del momento angular, ¡°el gir¨®scopo eres t¨²¡± o el efecto Coriolis est¨¢n inoperativos.
En muchos momentos del recorrido por la gran exposici¨®n permanente uno tiene que contener el impulso de hacer lo de siempre, que es pulsar botones, activar mecanismos, meter mano a la ciencia vamos
Tampoco se puede tocar el gran bloque de hielo que te hac¨ªa sentir Amundsen. Las manos de primates que est¨¢n pidiendo que se las estreches para comprobar su forma de agarre tienen tambi¨¦n la advertencia de ¡°no tocar¡±. El ¡°paisaje de incertidumbre¡± que parece el planeta Dune con los gusanos gigantes brotando de la arena funciona solo. En otras instalaciones se te acerca sol¨ªcito uno de los mediadores con la pegatina ¡°Hola, ?lo comentamos?¡± y te explica el universo, la vida, la evoluci¨®n humana o lo que haga falta.
En realidad, de los 269 m¨®dulos de la exposici¨®n, explica el director de CosmoCaixa, Valent¨ª Farr¨¤s, 158 son visuales, es decir no hay que hacer nada para disfrutarlos; del resto, 75 est¨¢n automatizados o te los activan los mediadores; y 36 no est¨¢n operativos. En total un 86 % de la exposici¨®n se puede experimentar de una u otra forma. Como es l¨®gico, algunas experiencias no se pueden hacer por persona interpuesta, como tocar el hielo o el meteorito, o mirar por los microscopios.
¡°Que abramos es un signo de normalidad¡±, destaca Elisa Dur¨¢n, directora general adjunta de la fundaci¨®n La Caixa, de la que depende el museo. ¡°Es tambi¨¦n un reto, porque la adaptaci¨®n a la nueva situaci¨®n no ha sido f¨¢cil¡±. A la pregunta de si no es un poco contra natura eso de no poder tocar en el museo que hizo del poder hacerlo su lema, se?ala: ¡°Es curioso, porque estamos viendo que todo esto que hacemos por necesidad tiene cosas muy positivas que pensamos mantener. Experimentar la ciencia por ti mismo no es f¨¢cil, no todo el mundo es capaz de descubrir en solitario lo que se propone en el recorrido y la idea de los mediadores, no tan intrusiva como la visita guiada, es un punto intermedio de ayuda al visitante muy interesante¡±.
¡°Es curioso, porque estamos viendo que todo esto que hacemos por necesidad tiene cosas muy positivas que pensamos mantener", Elisa Dur¨¢n, directora general adjunta de la fundaci¨®n La Caixa
Dur¨¢n resalta que CosmoCaixa permite ahora una visita ¡°con seguridad, comodidad y un plus de experiencia¡±, y subraya que la apertura del gran museo es una forma de decir a la ciudadan¨ªa que en la nueva situaci¨®n hay m¨¢s que playas y terrazas¡±. Y es cierto que pasear por las inmensidades cient¨ªficas y naturales de CosmoCaixa -80 % de sus 12.000 metros cuadrados abierto- es un placer y una apoteosis del desconfinamiento. El Bosque inundado te permite incluso la sensaci¨®n de viajar a la Amazonia y ver aves tropicales y otras criaturas tan ex¨®ticas como un caim¨¢n o dos anacondas. Que esta ma?ana la instalaci¨®n de la boa estuviera abierta aportaba un plus de emoci¨®n. Era por reformas.
El museo ha abierto en un lunes laborable con lo cual la afluencia es muy progresiva. Cien personas hab¨ªan pedido hora para hoy (se puede acudir a las taquillas pero se recomienda concertar cita previa en Internet). La inmensa mayor¨ªa familias con ni?os peque?os. Es necesario ponerse gel desinfectante a la entrada, llevar mascarilla por si acaso y se entra y se sale del museo por sitios distintos. La tienda, uno de los atractivos del centro, est¨¢ abierta, as¨ª como la cafeter¨ªa. Se puede visitar la estupenda exposici¨®n temporal sobre los tigres dientes de sable, mastodontes y otra megafauna prehist¨®rica, que se ha prorrogado hasta octubre. De momento, CosmoCaixa no tiene prevista otra exposici¨®n para atraer a los visitantes. ¡°Ahora se trata de que la gente vaya perdiendo el miedo a volver a la normalidad y de que nosotros nos adaptemos tambi¨¦n; vamos a ver qu¨¦ tal funciona todo cuando regrese el p¨²blico escolar. Actualmente podemos absorber muy bien el tope de dos mil personas o las casi tres mil que permitir¨ªa el paso a fase 3¡±.
Babelia
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