CosmoCaixa se expande con el Universo
El museo inaugura su nueva exposici¨®n permanente, llena de maravillas y sorpresas
En CosmoCaixa ahora puedes meter la cabeza en el Big Bang para fisgonear en los or¨ªgenes del cosmos. Puedes asimismo introducirte en un enorme cerebro humano y ver c¨®mo funciona. Y puedes tambi¨¦n asomarte a algunos de los secretos de c¨®mo la vida aparece y prospera. El gran centro de ciencia barcelon¨¦s ha presentado hoy la renovaci¨®n y ampliaci¨®n de su exposici¨®n permanente, su coraz¨®n, que, bajo el t¨ªtulo gen¨¦rico de Universo, se convierte en un viaje apasionante por la ciencia, desde el principio de todo hasta las fronteras del conocimiento, algo que suena a frase de Star Trek o de Buzz Lightyear, pero que define perfectamente lo que es la visita.
Una visita por un espacio de 3.500 metros cuadrados en la que puedes asistir al primer segundo del universo (y unos cuantos millones de a?os m¨¢s), observar fantasmag¨®ricas ondas estacionarias, ver funcionar (y descubrir lo que es) un biorreactor, contemplar el tr¨¢fico a¨¦reo, los huracanes, la contaminaci¨®n o la extensi¨®n del dengue sobre una enorme reproducci¨®n de la Tierra, escuchar un terremoto, mirar a los ojos a un neandertal, comparar tu cerebro con el de una lubina o experimentar con un ferrofluido.
Con esta expansi¨®n, con dise?o audiovisual de Mediapro, que se abre al p¨²blico el jueves, CosmoCaixa se pone al d¨ªa de los imparables avances cient¨ªficos, sin perder por ello su esencia y la conexi¨®n con su historia y con la memoria de sus visitantes, y se coloca en disposici¨®n de afrontar los retos de futuro para un museo de su g¨¦nero.
La directora adjunta de la Fundaci¨®n bancaria La Caixa, Elisa Dur¨¢n, ha presentado la remodelaci¨®n de la sala permanente del centro explicando que se cumplen 15 a?os desde la ampliaci¨®n del antiguo Museo de la Ciencia (que abri¨® en 1981) que lo convirti¨® en CosmoCaixa . Ha se?alado que han pasado 11,7 millones de personas por el museo (un mill¨®n el a?o pasado), el primero de su clase en Espa?a y un referente en Europa, y ha dicho que el centro responde con la remodelaci¨®n de su exposici¨®n permanente al reto de ¡°estar al d¨ªa de contenidos y museograf¨ªa, con todo el potencial de las nuevas tecnolog¨ªas¡± para realizar mejor su tarea de divulgar la ciencia y estimular la curiosidad.
CosmoCaixa, ha recalcado Dur¨¢n, es consciente de su responsabilidad para con el visitante, tanto el m¨¢s habitual como el ocasional, y muy especialmente con el p¨²blico escolar, en el que tiene como uno de sus objetivos principales despertar vocaciones cient¨ªficas. El museo, ha recordado, ha realizado 45 exposiciones, algunas de ellas tan populares como la de dinosaurios del Gobi, Tecnorrevoluci¨®n o la de la tiranosauria Trix, y ha tenido como invitados a personalidades de la ciencia como Peter Higgs, Jane Goodall, Frank Drake o Donald Johanson.
Dur¨¢n ha reflexionado que el museo debe tener flexibilidad para adaptarse a todo tipo de p¨²blico, anticipaci¨®n para plantearse c¨®mo ha de ser en el 2030 y capacidad de innovaci¨®n. La renovaci¨®n de la exposici¨®n permanente, basada en la interactividad y la emoci¨®n, ha de servir, ha a?adido, ¡°para irradiar nueva energ¨ªa al resto de actividades de CosmoCaixa¡±.
La nueva exposici¨®n permanente se centra en tres secciones: Cosmos (origen del universo), Evoluci¨®n (origen de la vida, hominizaci¨®n) y Fronteras (la mente humana y su capacidad de explora el conocimiento), que incluyen cada una m¨²ltiples ¨¢mbitos, m¨®dulos y experiencias. Se representan por un color (rojo, verde y azul, respectivamente) y tienen como puerta de entrada un gran elemento (la campana en la que experimentas el Big Bang, el biorreactor y el domo del cerebro humano). El enorme globo terr¨¢queo en medio de la sala engarza las tres secciones y recalca la idea de que todo est¨¢ interconectado y de que los seres humanos formamos parte del mismo planeta.
En la nueva sala, ha apuntado Duran, ciencia y arte van de la mano y en diversas instalaciones han colaborado artistas como Luke Jerram (esculturas que representan virus), Daniel Palacio (instalaci¨®n sobre las ondas estacionarias) o Fabio Fogliazza, autor de una atrevida reconstrucci¨®n de un neandertal (con un aire de Magua, el hur¨®n de El ¨²ltimo mohicano). La exposici¨®n permanente ha crecido y cambiado (el 80 % es nuevo) sin descartar lo mejor y m¨¢s recordado de lo que ya pod¨ªa verse. El visitante nost¨¢lgico se encuentra as¨ª felizmente con el paisaje de incerteza, la bola de plasma o algunos otros viejos experimentos y objetos del museo. El Muro geol¨®gico y el Bosque inundado siguen asimismo flanqueando la exposici¨®n permanente.
Tambi¨¦n se ha inaugurado un lugar para las matem¨¢ticas, el Lab Math (s¨ª, suena a S¨®nar), al que puedes entrar ¨Ce incluso debes entrar- aunque seas de letras o suspendieras las mates del bachillerato, y un ¨¢gora, un espacio con forma de gradas de teatro griego. Por su parte, Tatxo Benet, socio gestor de Mediapro, que posee una divisi¨®n dedicada a la creaci¨®n y dise?o de contenidos culturales y museogr¨¢ficos, ha explicado que su empresa gan¨® el concurso internacional para la exposici¨®n y que aportan su capacidad de creaci¨®n audiovisual.
Del Big Bang a los ferrofluidos, pasando por los hominoideos
Si consigues sacar la cabeza de la campana del cosmos, donde en segundos vives un estremecedor y mareante viaje por los or¨ªgenes del universo (solo falta la voz de Carl Sagan para que el tripi sea completo), te aguarda por delante un largo recorrido que r¨ªete t¨² del de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas. Juegos que permiten entender las leyes que rigen la materia, im¨¢genes asombrosas como el espect¨¢culo de las ondas estacionarias, el artefacto digno del laboratorio de Bruce Banner (por lo verde) en el que crecen las algas ejemplificando la fotos¨ªntesis y las posibilidades de usarlas para alimentar a la humanidad, el globo terr¨¢queo y sus controles que parecen sacados del cuartel general de Spectra (en unos auriculares puedes escuchar el terremoto de Honshu de 2011) o una erupci¨®n submarina, los restos del prehist¨®rico dinoterio ("bestia terrible"), la representaci¨®n rompedora de un neandertal con plumas y pintura facial, el cerebro gigante en el que puedes entrar y en el que te encuentras un enc¨¦falo vascularizado que parece una obra de arte, las pir¨¢mides m¨®viles de ferrofluidos...
El paseo es una apoteosis de la ciencia y la sorpresa. Incluso lo que parece una fuente para beber agua (?no lo haga!) se revela un mecanismo para explicar el efecto coriolis.
Entre los detalles preciosos las nanoestructuras de las alas de las gloriosas mariposas morpho y la influencia de la biomim¨¦tica en la nueva tecnolog¨ªa lenticular (usada por ejemplo en los nuevos carnets de conducir), la comparaci¨®hn de los mosaicos de Gaud¨ª con un avispero o los ojos de un insecto, el huevo de ave elefante (Aepyornis maximus), la higuera en la que est¨¢n subidos los hominoideos de 18 millones de a?os, la piel de tibur¨®n comparada con los ba?adores de alta competici¨®n y la quilla de tabla de surf en relaci¨®n con la aleta tambi¨¦n rugosa de una ballena jorobada...
Por quejarse de algo, el dispositivo para asomarse a la reproducci¨®n sexual puede resultar decepcionante: muestra solo huevos embrionarios de diptoquiron¨®mido...
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