Esperanza en la incertidumbre

Una comedia sobre el c¨¢ncer de mama. La apuesta de ?lvaro D¨ªaz Lorenzo en La lista de los deseos es monumental, por mucho que sea una comedia dram¨¢tica y no negra, con la risa y el llanto circulando por v¨ªas separadas, en distintas secuencias, sin fusionarse ni en la amargura ni en una cierta crueldad, y a pesar de que las intenciones sean siempre las de los buenos sentimientos, el gozo y la esperanza. Conformar un relato as¨ª en los tiempos de zozobra que vivimos, con los corazones en un pu?o, con casos terribles siempre a nuestro alrededor, es harto complicado.

Sin embargo, D¨ªaz Lorenzo, tambi¨¦n guionista en solitario, sale relativamente bien parado con un esp¨ªritu popular muy en la l¨ªnea de otra comedia dram¨¢tica sobre el c¨¢ncer: Planta 4?. Lo logra con gags de comedia un tanto desiguales, donde surge a veces una escatolog¨ªa mal acoplada y quiz¨¢ innecesaria, pero con una tolerante historia en forma road movie en la que acaban mandando el optimismo, las ansias de superaci¨®n y la personalidad de sus bonitos personajes femeninos, y en la que ¨²nicamente se cuelan un par de momentos que provocan rubor.

Con buena fluidez narrativa a partir del tono que ofrece la banda sonora de Julio de la Rosa, girando del feliz punteo c¨®mico a la mesura del drama, con apuntes flamencos y ¨¢rabes nada obvios seg¨²n se van sucediendo las preciosas localizaciones, La lista de los deseos parece el resultado de mezclar en una coctelera el drama de ilusiones postreras que era Mi vida sin m¨ª con una road movie femenina de sucesivos encuentros con hombres de distinto pelaje como Thelma & Louise. A veces brota un ternurismo demasiado superficial, como en el encuentro con la familia marroqu¨ª, pero, en general, D¨ªaz Lorenzo ha dado un firme paso hacia delante desde la deficiente Los Jap¨®n, su ¨²ltimo trabajo. Y adem¨¢s posee un conjunto de actuaciones veraces y sensibles comandado por Mar¨ªa Le¨®n, con excelentes secundarios como Salva Reina y Paco Tous, y con el volc¨¢n interpretativo que siempre fue Victoria Abril, que parece haber vuelto con ganas: su mon¨®logo sobre la vida con su marido, corto y fino, es espectacular.

La lista de los deseos opta por la visibilidad y la confianza, pero sin evitar la gran frase que pulula alrededor de esta desgarradora incertidumbre: ¡°No me quiero morir¡±. ?Estar¨¢ el p¨²blico dispuesto a pasar por los cines para comprobarlo? Planta 4? fue un exitazo con m¨¢s de un mill¨®n de espectadores.