Tres libros y una maleta para meter en la maleta
Para quienes se quedaron en Tolst¨®i o Dostoievski y saltaron directos a Svetlana Alexi¨¦vich despu¨¦s de embeberse de anglosajones, franceses o latinos sepan que en medio hay buen¨ªsimas noticias.
Para quienes se quedaron en Tolst¨®i o Dostoievski y saltaron directos a Svetlana Alexi¨¦vich despu¨¦s de embeberse de anglosajones, franceses o latinos sepan que en medio hay buen¨ªsimas noticias. Much¨ªsimas buenas noticias. Con poco ruido y una calidad envolvente, hay varias obras que por distintos caminos y de la mano de editores independientes han llegado en los ¨²ltimos a?os, meses, desde esa galaxia a¨²n lejana con aroma a pepinillos, vodka y el crujido del tel¨®n de acero, sirvi¨¦ndonos m¨¢s argumentos a favor de que solo de la necesidad, la represi¨®n, el sufrimiento y el desgarro de dimensi¨®n sobrehumana nace la gran literatura. Y qu¨¦ grande sigue siendo la del Este. He aqu¨ª varios libros que merecen olvidar por un instante la realidad propia y sumergirse de nuevo en esa zona de guerra que no por ser fr¨ªa impidi¨® que hirviera la sangre. He aqu¨ª cuatro joyas del Este:
Sergu¨¦i Dovl¨¢tov meti¨® un pu?ado de cosas en su equipaje cuando se larg¨® al exilio y son las que le sirven para narrar la Uni¨®n Sovi¨¦tica en La maleta (Fulgencio Pimentel, 2018). Humor, cinismo y golpes de gracia salvajes son los recursos que despliega para contarnos, por ejemplo, c¨®mo todos robaban tanto que un conocido, ¡°sensible, recto y educado¡±, se llev¨® un cubo de cemento que al llegar a casa se hab¨ªa solidificado, por lo que tuvo que tirar el pedrusco por ah¨ª. Los artistas o escritores como ¨¦l pod¨ªan escribir novelas o pintar lienzos y ocultarlas, pero, ay, de los pobres escultores que se las ve¨ªan con piezas de cuatro metros imposibles de esconder. M¨¢s les val¨ªa acertar. La risa se hace sonrisa y la sonrisa se hace pensamiento en manos de Dovl¨¢tov que, tras lograr ese exilio en Estados Unidos, se atreve con la pregunta inevitable: ?Y qu¨¦ se llevar¨ªa de all¨ª? Imprescindible meter La maleta en la maleta.
Libros del Asteroide recuper¨® en 2019 a la h¨²ngara Agota Kristof y aqu¨ª es urgente leer toda la trilog¨ªa que compone Claus y Lucas y no solo el primer libro, El gran cuaderno. Necesitamos los otros dos para entender que la vida, al menos la literaria, viene a ser una versi¨®n o una multiplicaci¨®n de versiones donde los espejos convexos nos arrojar¨¢n siempre otra realidad. Reinventar lo escrito para reinventar lo vivido es la f¨®rmula de esta mujer, que tambi¨¦n necesit¨® el exilio, en su caso en Suiza.
Tambi¨¦n la editorial Impedimenta contribuye al equipaje del Este con el rumano Mircea Cartarescu, contempor¨¢neo y suficientemente reconocido, que ofrece en Solenoide un diario de su desnudez y con ¨¦l, de la desnudez de un pa¨ªs. Por si hay lagunas.
Y que no falte la polaca Olga Tokarczuk, de la que gracias al Nobel que le dieron en oto?o por fin conocemos Un lugar llamado anta?o (Anagrama), escrita en los noventa y no laguna, sino oc¨¦ano.
¡°Existe una raz¨®n por la que cada libro, incluso los no muy serios, tenga la forma de maleta¡±, concluye Dovl¨¢tov. Lo dicho: que no falte la suya en la nuestra.
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