Maestro Michel Portal
El legendario clarinetista fue el colof¨®n de una jornada musicalmente extraordinaria en la que brillaron tambi¨¦n Bojan Z y el d¨²o de Chano Dom¨ªnguez e I?aki Salvador
Mucho se habla ¡ªcon raz¨®n¡ª de titanes supervivientes de las eras doradas del jazz como Wayne Shorter o Roy Haynes, pero lo de Michel Portal tambi¨¦n es de otro planeta. El clarinetista es un aut¨¦ntico cl¨¢sico vivo, pieza esencial en el desarrollo del jazz y la improvisaci¨®n en Europa, siempre con un f¨¦rreo compromiso con el que ha considerado que era su camino en cada momento. M¨¢s all¨¢ de su leyenda, hoy, con 84 a?os, sigue tocando con la fiereza y la inquietud de quien posee una incontenible personalidad musical, paseando con gallard¨ªa su figura enjuta por el escenario, y rebosando clase mientras dirige a su grupo con gestos o alguno de sus inconfundibles gritos para se?alar acentos, cambios o, simplemente, manifestar su aprobaci¨®n a lo que est¨¢ sonando.
En la segunda jornada del Donostiako Jazzaldia, marcada por una alt¨ªsima calidad musical de principio a fin, Portal ofreci¨® un concierto colosal, de los que tarda uno en olvidar. Aprovechaba la ocasi¨®n para presentar su New Quintet, una especie de all-stars de la escena jazz¨ªstica contempor¨¢nea, no tanto por nutrirse de nombres que destaquen entre los m¨¢s populares, sino por la apabullante solidez musical de todos ellos: a viejos colaboradores como el pianista serbio Bojan Z. (de Zulfikarpa?i?) y el contrabajista franc¨¦s Bruno Chevillon, se unen el trombonista alem¨¢n Nils Wogram y el baterista norteamericano Jeff Ballard, conformando una unidad de ¨¦lite capaz de estar a la altura del maestro, que no es cosa f¨¢cil.
Portal record¨® en Donostia que no era su primera vez en la Plaza de la Trinidad, aludiendo a su paso por el festival junto a Joachim K¨¹hn (que tambi¨¦n actuar¨¢ en la edici¨®n de este a?o, el pr¨®ximo domingo) y Daniel Humair en 1986, compartiendo cartel con nombres como Don Cherry, la Vienna Art Orchestra o un tal Miles Davis, entre otros. Casi 35 a?os despu¨¦s, sigue siendo un instrumentista portentoso que en Donostia improvis¨® con el mismo vigor en el clarinete bajo y en el saxo soprano, h¨¢bilmente flanqueado por sus m¨²sicos.
Entre ellos, hay que destacar al genial Bojan Z., sin duda uno de los pianistas m¨¢s brillantes que ha dado Europa en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Conscientes de ello, el Jazzaldia aprovech¨® su presencia en la ciudad para programarlo en piano solo a primera hora de la ma?ana. El serbio tiene en su discograf¨ªa dos t¨ªtulos excelentes en solitario, Solobsession (Label Bleu, 2001) y Soul Shelter (Universal, 2012), y fue de este ¨²ltimo del que sali¨® la mayor¨ªa del repertorio que son¨® en el Museo San Telmo de Donostia: un recital formidable en el que Bojan se entreg¨® a fondo, dando muestra de que lo que se puede hacer cuando una t¨¦cnica apabullante se pone al servicio de la sensibilidad y la inventiva de un gran improvisador. La guinda, un recuerdo de sus a?os junto a Henri Texier, mediante una relectura de la preciosa composici¨®n del contrabajista franc¨¦s Don¡¯t Buy Ivory Anymore.
Otras variantes
Por la tarde, en el Kursaal, se entreg¨® el segundo premio Donostia de esta edici¨®n, en este caso a I?aki Salvador, uno de los nombres m¨¢s importantes del jazz en nuestro pa¨ªs y buque insignia del jazz en la capital donostiarra, que celebr¨® el galard¨®n con un encuentro musical muy especial y casi in¨¦dito: tocando a d¨²o junto a Chano Dom¨ªnguez.
A pesar de la enorme complejidad que entra?a tocar a dos pianos (no hacerlo, sino hacerlo y que salga bien), ni Dom¨ªnguez, ni Salvador son ajenos a este formato y, m¨¢s de veinte a?os despu¨¦s de un encuentro previo entre ambos pianistas, el Jazzaldia los puso de nuevo frente a frente, con extraordinario resultado. Todo comunicaci¨®n y entendimiento, Dom¨ªnguez y Salvador ofrecieron una sesi¨®n refinada de lenguajes pian¨ªsticos encontr¨¢ndose: ambos perfectamente reconocibles por separado, pero tambi¨¦n asombrosamente complementarios. El concierto discurri¨® entre originales de los dos m¨²sicos, alternando una pieza de uno, otra de otro, pero interpretando todas a cuatro manos como si llevasen haci¨¦ndolo toda la vida, improvisando con elocuencia y buen gusto.
No es tan habitual que a un m¨²sico de jazz lo ovacionen antes de empezar, pero as¨ª ocurri¨® al final del de Oreka TX, cuando Portal se les uni¨® para improvisar junto a ellos durante su bis
No podemos decir que lo que hacen Anja Lechner y Fran?ois Couturier, que tocaron a mediod¨ªa en el Teatro Victoria Eugenia, sea propiamente jazz, ni falta que hace, pero s¨ª est¨¢ ¨ªntimamente ligado a la improvisaci¨®n europea y a esa sensibilidad que proviene tambi¨¦n de la tradici¨®n musical del viejo continente, y que, aunque tiene algo de cerebral, tambi¨¦n respira espontaneidad y belleza. La chelista alemana y el pianista franc¨¦s llevan a?os tocando juntos (no dejen de escuchar su delicioso Tarkovsky Quartet) y son capaces de pasar de la M¨²sica callada de Mompou a Alfonsina y el mar sin perder un ¨¢pice de personalidad.
Tampoco es jazz lo que hacen Oreka TX, miembros avanzados de un nuevo folklore vasco que ha sabido llevar las posibilidades de un instrumento tan aparentemente anacr¨®nico como la txalaparta al siglo XXI con solvencia e imaginaci¨®n, pero su propuesta fue un aperitivo m¨¢s que adecuado para el legendario Michel Portal, que siendo de Bayona tiene tanto de vasco como de franc¨¦s (de hecho, la conexi¨®n queda certificada por el tambi¨¦n bayon¨¦s Mixel Ducau, miembro fundador de la m¨ªtica banda Errobi, que firm¨® algunas de las m¨¢s importantes p¨¢ginas del folk progresivo en los a?os 70, y ahora componente de Oreka TX).
No es tan habitual que a un m¨²sico de jazz lo ovacionen antes de empezar su concierto, pero as¨ª ocurri¨® al final del de Oreka TX, cuando Portal se les uni¨® para improvisar junto a ellos durante su bis. El momento, muy emocionante, anticip¨® el magn¨ªfico cierre de la noche con Portal y fue, sin duda, la cima de una jornada memorable.
Babelia
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