Rodr¨ªguez Adrados y la cultura indoeuropea
La aportaci¨®n del insigne helenista al estudio de las ra¨ªces comunes de nuestra protohistoria ling¨¹¨ªstica y cultural fue inmensa
El fallecimiento del profesor y acad¨¦mico Francisco Rodr¨ªguez Adrados, el 21 de julio a los 98 a?os, me pide rendirle este modesto homenaje, al menos por su inmensa aportaci¨®n al estudio de la cultura indoeuropea. Tampoco tenemos en Espa?a tantos indoeurope¨ªstas de prestigio como para no aprovechar la ocasi¨®n de acercarnos, en su nombre, a ese fascinante cap¨ªtulo de las ra¨ªces comunes de nuestra protohistoria ling¨¹¨ªstica y cultural.
Conoc¨ª al helenista en la Universidad Complutense, all¨¢ por el curso 1962-63. Yo entonces estudiaba filosof¨ªa pura, pero asist¨ªa a algunas de sus clases como libre oyente, alertado por un amigo, que cursaba lenguas cl¨¢sicas, de las excitantes explicaciones de Adrados sobre los fonemas arcaicos de aquella cultura antecesora. Debo confesar que entend¨ª muy poco, pero s¨ª que me dej¨® marcado el inter¨¦s por todo lo que se refiere a los arcanos de esa ciencia, hasta que me interes¨¦ por otro cap¨ªtulo que se consider¨® derivado de tan misteriosa cultura, el de los cuentos maravillosos (predecesores de los llamados ¡°cuentos de hadas¡±), de la mano de los hermanos Grimm y sus seguidores comparatistas.
Luego, mi particular lectura de Vladimir Propp me hizo considerar el asunto bajo planteamientos m¨¢s universales. Hace un par de a?os, en uno de los jueves de la Academia, tuve ocasi¨®n de cambiar impresiones con Rodr¨ªguez Adrados acerca de este cap¨ªtulo, con las muchas controversias que sigue generando, y aunque comparti¨® mis dudas, me anim¨® a proseguir la tarea. L¨¢stima que no he podido comunicarme con ¨¦l, al hilo de un nuevo resurgir te¨®rico en torno al ¨¢mbito indoeuropeo de los grandes cuentos de tradici¨®n oral, por una nueva corriente de estudios, la de los filogenetistas, en universidades europeas y norteamericanas, con lo que las distintas hip¨®tesis han vuelto a caldearse.
Hoy lo relevante es la aportaci¨®n espec¨ªfica de Rodr¨ªguez Adrados a la materia literaria del indoeuropeo y ¨¢reas afines, que por cierto entra de lleno en otro apasionante conflicto, el de las relaciones entre oralidad y escritura y que hallaremos en su libro El r¨ªo de la literatura (2013). En ¨¦l se adentra en el espeso bosque de las literaturas primordiales, siguiendo dos corrientes b¨¢sicas: las indoeuropeas, irradiadas desde las estepas centrales de Asia hace unos 5.000 a?os, y las del Oriente Pr¨®ximo, o sem¨ªticas ¡ªacadios, asirios, babilonios, egipcios antiguos, hebreos¡¡ª; entre aquellas, la de los sumerios, hititas, persas, indios noroccidentales, hasta desembocar en la gran literatura greco-latina, con un rebrote en la Edad Media.
Todas ellas partiendo de un fundamento oral anterior a su escritura. Destac¨® que todas esas literaturas nacen al poner por escrito lo que ya exist¨ªa en la tradici¨®n oral, sin bien Adrados se centra principalmente en la literatura r¨ªtmica y la fabul¨ªstica. Ese fundamento oral de todas las literaturas ya era algo que ten¨ªamos muy en cuenta quienes le¨ªmos a tiempo al formalista ruso, a Vladimir Propp, que dijo lo mismo, solo que en 1928: ¡°El origen de la literatura es folklore traducido a signos gr¨¢ficos¡±. Bueno es recordarlo, siquiera para podernos vacunar, ya que no de otros virus mal¨¦ficos, al menos de los sofisticados productos de la factor¨ªa Disney y de otras mixturas con las que la ideolog¨ªa dominante ha pervertido los relatos b¨¢sicos de la mitolog¨ªa popular, vengan de donde vengan.
Antonio Rodr¨ªguez Almod¨®var es acad¨¦mico correspondiente de la RAE
Babelia
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