Elpidio Vald¨¦s vuelve a la carga medio siglo despu¨¦s de su creaci¨®n
Una gran campa?a promocional, con edici¨®n de libros, proyecciones de pel¨ªculas y una web con informaci¨®n in¨¦dita, homenajea al fallecido dibujante cubano Juan Padr¨®n y su personaje
Medio siglo despu¨¦s de su creaci¨®n por el dibujante cubano Juan Padr¨®n, Elpidio Vald¨¦s regresa otra vez a la batalla con el machete en la mano. El personaje, un simp¨¢tico coronel mamb¨ª de los tiempos de la guerra de independencia en permanente combate contra las tropas espa?olas del general Resoplez, marc¨® la infancia de generaciones de cubanos hasta convertirse en parte de la identidad de la isla. Para celebrar su medio siglo de vida y homenajear a Padr¨®n, fallecido el pasado 24 de marzo, su familia junto al Ministerio de Cultura de Cuba y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematogr¨¢ficos (ICAIC), entre otras instituciones, han lanzado Mucho machete por dar todav¨ªa, una gran campa?a promocional que prev¨¦ la edici¨®n de libros, proyecci¨®n de pel¨ªculas, creaci¨®n de perfiles en las redes sociales y de un paquete de stickers de Elpidio con sus frases m¨¢s c¨¦lebres ¡ªdisponibles para WhatsApp y Telegram¡ª, adem¨¢s de una p¨¢gina web con informaci¨®n poco conocida o in¨¦dita sobre los personajes creados por Padr¨®n.
El primer c¨®mic de Elpidio Vald¨¦s apareci¨® publicado en la revista infantil cubana Pionero en agosto de 1970. El personaje naci¨® curiosamente dentro de una historia de samur¨¢is, pero nada m¨¢s dibujarlo Padr¨®n presinti¨® su fil¨®n y lo hizo protagonista de una saga de aventuras. En el perfil creado ahora en Facebook e Instagram (ElpidioValdesOficial), se cuenta la historia verdadera del nacimiento de Elpidio un 24 de marzo de 1970, el mismo d¨ªa de la muerte de Padr¨®n, pero 50 a?os antes.
El humorista ten¨ªa 23 a?os y los caprichos del amor lo hab¨ªan llevado a San Petesburgo, donde viv¨ªa con su primera esposa, de nacionalidad rusa. Llevaba meses recluido en casa con un fr¨ªo de espanto, a?orando el sol y el ron de Cuba, cuando se le encendi¨® la luz mientras trabajaba en una historieta protagonizada por un samur¨¢i llamado Kashibashi. ¡°Estaba en Leningrado, bajo cero y con tremendo gorri¨®n. Me gust¨® tanto trabajar al personaje cubano que descarte todo lo que hab¨ªa dibujado de Kashibashi. Fui al mercado y me compr¨¦ una botella de vino tinto moldavo, un cart¨®n de [cigarrillos] Ligeros, pan negro y medio queso Gruyere, y comenc¨¦ de nuevo, pero con el cubano de protagonista¡±, recordaba Padr¨®n.
En aquella primera aventura Elpidio iba a Jap¨®n a destruir un arma secreta espa?ola. En la siguiente, Vald¨¦s volvi¨® a salir fuera de la isla a comprar armamento para la guerra de Independencia. Juan Padr¨®n explic¨® que el problema era que no sab¨ªa dibujar ni al ej¨¦rcito mamb¨ª ni al espa?ol. S¨®lo despu¨¦s de que hizo una detallada investigaci¨®n y se inform¨® de como eran los uniformes, los grados de los militares, las armas implicadas en la contienda, dej¨® cabalgar a Elpidio por tierras cubanas. Por cierto, tan minuciosa fue aquella indagaci¨®n hist¨®rico-militar, que a?os despu¨¦s Padr¨®n la publicar¨ªa en un delicioso volumen que titulo El libro del Mamb¨ª, que ser¨¢ reeditado ahora con nuevas ilustraciones y documentos en el marco de la campa?a Mucho machete por dar todav¨ªa. Tambi¨¦n el Fondo Cubano de Bienes Culturales presentar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas 50 a?os de Elpidio Vald¨¦s, una antolog¨ªa que re¨²ne en un solo volumen todas las tiras e historietas originales publicadas por Padr¨®n de su ¡°pillo manig¨¹ero¡±.
En 1974 Elpidio Vald¨¦s salto del papel al cine y de este modo lleg¨® su consagraci¨®n definitiva. Fueron decenas de cortos y tres largometrajes de dibujos animados ¡ªElpidio Vald¨¦s (1979), Elpidio Vald¨¦s contra d¨®lar y ca?¨®n (1983) y Elpidio Vald¨¦s contra el ¨¢guila y el le¨®n (1995)¡ª cuyos di¨¢logos los cubanos se aprendieron pr¨¢cticamente de memoria. La gente en la calle empez¨® a hablar como Elpidio, su novia Mar¨ªa Silvia, el caballo Palmiche y tambi¨¦n como el incapaz General Resoplez y sus subordinados andaluces, en estos casos marcando la zeta para burlarse de los espa?oles.
Los mu?equitos de Padr¨®n fueron la salvaci¨®n para varias generaciones de ni?os y padres, pues en aquellos a?os en la televisi¨®n cubana no hab¨ªa Superm¨¢n ni Pato Donald, sino dibujos animados rusos que eran vecinos incondicionales del bostezo y la depresi¨®n. Sin muela ni discursos didactistas, simplemente haciendo re¨ªr, el h¨¦roe creado por Padr¨®n hizo digerible la historia de las guerras de independencia y la comprensi¨®n de c¨®mo fue surgiendo en la isla un sentimiento de identidad nacional al calor de aquellas cargas al machete de los desarrapados ej¨¦rcitos mambises.
La campa?a Mucho machete por dar todav¨ªa durar¨¢ varios meses ¡ªla idea es que este se convierta en una especie de A?o Elpidio¡ª, y como parte de ella la televisi¨®n cubana emitir¨¢ la filmograf¨ªa completa de Elpidio y ser¨¢ presentada una p¨¢gina web (todav¨ªa en construcci¨®n) con informaci¨®n de los personajes principales de esta legendaria serie cubana y tambi¨¦n sobre su creador, Juan Padr¨®n, premio nacional de Humor (2004) y de Cine (2008) y autor de Vampiros en La Habana, otra joya de la animaci¨®n cubana, comparada por la cr¨ªtica de EEUU con pel¨ªculas de culto como El gato Fritz y El submarino amarillo. El primer paquete de 25 stickers de Elpidio ya est¨¢ disponible y ha sido un ¨¦xito total. En las conversaciones de Whatsapp, ya los cubanos se despiden con la imagen del sonriente mamb¨ª y su famoso ¡°?Hasta la vista, Compay¡±, o la exclamaci¨®n de su caballo palmiche: ¡°?Ay mamacita, que dolor?¡±.
La Manigua
Como parte de las celebraciones de este A?o Elpidio, comienza a andar en La Habana el centro cultural y recreativo La Manigua, un espacio donde tendr¨¢ cabida el cine, el teatro, la m¨²sica y otras disciplinas, y los ni?os y j¨®venes podr¨¢n aprender, experimentar y divertirse con la historia, el arte y la cultura cubana a trav¨¦s de los valores de la obra de Juan Padr¨®n. En La Manigua se realizar¨¢n talleres de dibujo, fotograf¨ªa y cine y funcionar¨¢n varias salas de exposiciones donde ¡°no tocar¡± estar¨¢ prohibido.
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