Charlie Kaufman: ¡°La f¨ªsica cu¨¢ntica me hace sentir emocionalmente cuerdo¡±
El director, ganador de un Oscar por el guion de ¡®?Olv¨ªdate de m¨ª!¡¯, insiste en su nuevo filme en explorar las relaciones personales y la locura
Lo asombroso es que Charlie Kaufman haga cine. Las historias del ganador del Oscar al mejor guion original con la pel¨ªcula de culto ?Olv¨ªdate de m¨ª! parecen inviables, como demostr¨® el descalabro de su debut como director en Synecdoche, Nueva York (2008). Un vac¨ªo de 12 a?os solo interrumpido por su colaboraci¨®n en el campo de la animaci¨®n con Anomalisa (2015), candidata al Oscar, que poca gente vio. ¡°A m¨ª me sirvi¨® para aprender de stop-motion y poder escribir de ello con propiedad en mi novela, porque va de eso¡±, afirma este guionista y director de 61 a?os en videoconferencia desde su apartamento en Manhattan. De qu¨¦ va su reci¨¦n publicado libro Antkind es otro tema, lo mismo que cu¨¢l es la trama de su ¨²ltimo filme, Estoy pensando en dejarlo, en Netflix, una de esas pel¨ªculas abiertas a interpretaciones que apasionan a unos e irritan a otros.
?l mismo tampoco se explica muy bien por qu¨¦ sigue haciendo cine. Dice sentirse siempre avergonzado ante todo lo que hace, y que por ese pudor no encara algunos proyectos. ¡°Me r¨ªo cuando me preguntan si me arrepiento de algo porque est¨¢ en mi naturaleza. Quiz¨¢s le pase a todo el mundo, pero son tantas las cosas que me habr¨ªa gustado hacer y no hice por duda, por miedo a la humillaci¨®n, a la verg¨¹enza o simplemente por temor a las consecuencias, que mucha parte de mi vida es arrepentimiento¡±.
Kaufman intent¨® ser actor en sus comienzos, fue monologuista hasta que perdi¨® el inter¨¦s y ha disfrutado de otras dos candidaturas al Oscar como guionista con C¨®mo ser John Malkovich (2000) y Adaptation, el ladr¨®n de orqu¨ªdeas (2003). Dos pel¨ªculas que plantean interesantes viajes por los recovecos de la mente humana. Es su inconfundible universo. ¡°El paso del tiempo, envejecer, la alienaci¨®n y la soledad, la ambici¨®n o los encuentros perdidos¡±, enumera. ¡°La imposibilidad de conectar, tanto a nivel personal como en la cultura en la que vivimos. La humillaci¨®n, la verg¨¹enza y esa comedura de coco que impide cualquier conexi¨®n¡±. De todo ello va Estoy pensando en dejarlo, filme basado en la novela de Iain Reid.
El cineasta pens¨® que le ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil presentar un trabajo previo ya existente que un guion propio a la hora de buscar financiaci¨®n. ¡°Y Netflix me dej¨® hacerla como quer¨ªa as¨ª que, ?qu¨¦ m¨¢s puedo pedir?¡±, explica. Eso s¨ª, dos horas y 14 minutos de pel¨ªcula en 24 d¨ªas combinando diferentes t¨¦cnicas, g¨¦neros, saltos en el tiempo y una continua tormenta de nieve. ¡°Eso fue lo m¨¢s dif¨ªcil¡±, afirma. Sin embargo, lo que deja al p¨²blico m¨¢s perplejo de Estoy pensando en dejarlo no es precisamente c¨®mo consigui¨® ese realismo en las im¨¢genes de un filme m¨¢s cercano al surrealismo de David Lynch que al apocalipsis nevado de Roland Emmerich.
Con un reparto que incluye a Jesse Plemons, Toni Collette, David Thewlis y Jessie Buckley en los papeles principales ¡ªy casi ¨²nicos¡ª, en esta pel¨ªcula sin g¨¦nero (¡°Todo lo que hago suele ser muy dif¨ªcil de clasificar¡±, admite Kaufman) solo cabe el acuerdo sobre el punto de partida: una pareja coge el coche para ir a ver a los padres de ¨¦l. Ella parece que quiere dejarlo. Y nieva sin parar, como en una novela rusa. Entre tanto, se acumulan las citas literarias de extra?a gravedad (del pope del situacionismo Guy Debord al novelista posmoderno David Foster Wallace, del poeta rom¨¢ntico William Wordsworth o de la ind¨®mita cr¨ªtica cinematogr¨¢fica Pauline Kael). Tambi¨¦n, los saltos en el tiempo y las im¨¢genes entre poderosas y desconcertantes.
Lo m¨¢s f¨¢cil fue su trabajo con los actores, pese a que Plemons reconoci¨® recientemente a The New York Times que el reparto nunca tuvo demasiado claro el argumento. ¡°No quiero solo que mis int¨¦rpretes sean buenos, sino que sean majos¡±, dice el cineasta. Buckley, que interpreta a ella, sustituy¨® a la actriz Brie Larson pocos d¨ªas antes de comenzar a rodar y cuando recibi¨® el guion ven¨ªa con una nota de Kaufman que dec¨ªa: ¡°No te preocupes. S¨¦ exactamente de qu¨¦ va¡±. Kaufman se vuelve a re¨ªr con la an¨¦cdota. ¡°A veces voy demasiado lejos en mi cabeza. Supongo que se debe a esta personalidad obsesivo compulsiva que tengo, y a mis ansiedades. Pero me gusta perseverar, cavar m¨¢s hondo, porque ah¨ª es donde encuentro la verdad¡±.
Zona de confort
Esa verdad cat¨¢rtica le llega cuando rueda ¡ª"no tanto cuando escribo"¡ª, y espera que tras ver su pel¨ªcula, quienes compartan sus inseguridades se sientan liberados de las situaciones inc¨®modas del mundo cotidiano que, como a ¨¦l, les producen miedo. ¡°Eso es lo que m¨¢s disfruto de la f¨ªsica cu¨¢ntica¡±, a?ade en un giro que parece salido de uno de sus guiones. ¡°Que me hace sentir emocionalmente cuerdo al hacerme ver la enormidad del mundo, que es mucho m¨¢s complicado de lo que puedo entender. No todo va sobre m¨ª, y eso, de alg¨²n modo curioso, me saca de mi zona de confort¡±.
Su pr¨®xima aventura ser¨¢ una serie para HBO en la que ha transformado el guion que no pudo hacer como pel¨ªcula para Paramount basado en la novela IQ 83, de Arthur Herzog y que se centra en una pandemia v¨ªrica que causa la estupidez. ¡°Algo muy apropiado para este momento y a lo que estoy incorporando todo lo vivido en estos meses¡±.
Un debut como escritor "demasiado largo"
A pesar de la sensaci¨®n de vac¨ªo existencial que deja Estoy pensando en dejarlo, late un extra?o sentido del humor en la obra de Charlie Kaufman. Alguien capaz de decir que nadie ha le¨ªdo su propio libro porque es ¡°demasiado largo¡±. ¡°Es mi lado de vodevil. M¨¢s C¨®mo ser John Malkovich que ?Olvidate de m¨ª! [su ¨²nico Oscar] o Anomalisa. Quise escribir algo que me hiciera re¨ªr mientras lo escrib¨ªa y quiz¨¢s permita que la gente se r¨ªa un poco cuando lo lea¡±. Antkind es su debut como novelista, tiene 720 p¨¢ginas, y supone otro viaje al mundo interior del artista, con innumerables referencias culturales. Como la defin¨ªan en The Guardian, ¡°su lectura es como esprintar para alcanzar el final de una escalera de Escher¡±.
Babelia
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