Triunfo memorable de Gustavo Dudamel en su debut en el Liceu
El director venezolano anima una versi¨®n de concierto de ¡®Il trovatore¡¯ de precios desorbitados e irregular reparto
Como dice el refr¨¢n, en el pecado lleva la penitencia. Contratar a Anna Netrebko como gran estrella de la primera ¨®pera que ofrece en tiempo de pandemia ¡ªIl trovatore, de Giuseppe Verdi¡ª llevaba impl¨ªcita la exigencia de contar con los servicios de su marido, el tenor de Azerbay¨¢n Yusif Eyvazov, para cantar Manrico, uno de los papeles m¨¢s exigentes del repertorio verdiano. Al final, la gran diva rusa, afectada por el coronavirus, cancel¨® su actuaci¨®n dejando al tenor consorte solo ante el peligro. Le ech¨® valor y, sin el manto protector de Netrebko, tuvo su mejor aliado en el foso, un inspirado Gustavo Dudamel, que el jueves triunf¨® por todo lo alto en su debut en el Liceo. El domingo se ofrece la segunda y ¨²ltima funci¨®n.
Andaban quejumbrosos muchos aficionados al ver sumergido en el mar de las cancelaciones, muy revuelto por la covid-19, el gozo de ver en acci¨®n a Netrebko en el papel de Leonora. Tambi¨¦n estaban muy enfadados, y con raz¨®n, ante los desorbitados precios ¡ªlas localidades m¨¢s baratas a 36 euros en el gallinero y las m¨¢s caras a 355 en el anfiteatro¡ª reclamando sin ¨¦xito algunas rebajas por ausencia de la superdiva. Su sustituta, la soprano estadounidense Rachel Willis-S?rensen, cosech¨® un ¨¦xito razonable, pero su Leonora est¨¢ a a?os luz de la diva rusa.
Asegurarse el debut de Dudamel dirigiendo por primera vez en su carrera la popular ¨®pera de Verdi es un puntazo que se anota en su haber el director art¨ªstico del Liceo, V¨ªctor Garc¨ªa de Gomar. Aprovech¨® la cancelaci¨®n del inicio de la temporada de la Filarm¨®nica de Los ?ngeles, de la que es titular, para contratar al vuelo al medi¨¢tico director venezolano. Su energ¨ªa en el foso, derrochando expresividad y nervio, fue el motor permanente.
Dudamel llev¨® con tino las riendas en una lectura de tempi lentos, pero bien sostenidos, consiguiendo colores densos y matices de gran belleza en una orquesta galvanizada por su magnetismo. Verdi derrocha un caudal de melod¨ªas antol¨®gicas en esta partitura de atm¨®sfera nocturna y colores sombr¨ªos, acordes con el esp¨ªritu rom¨¢ntico y el aliento tr¨¢gico de este dramma en cuatro partes de libreto imposible, inspirado en la obra del mismo t¨ªtulo de Antonio Garc¨ªa Guti¨¦rrez.
Era todo un espect¨¢culo ver la cara de felicidad de Dudamel ¡ªpor su comunicativa gestualidad facial, dirige sin usar mascarilla¡ª subrayando con desbordante expresividad la belleza de estas melod¨ªas, marcando acentos y animando el relato verdiano con fantas¨ªa y un arco din¨¢mico de alto voltaje. Pocas veces se ha escuchado tal nivel de precisi¨®n, claridad y brillo sin efectismo en el coro del Liceu, y eso que tuvieron que lidiar con las mascarillas, un prodigio de incomodidad para el fluir natural de las voces
?pera de voces, sin duda. Y tambi¨¦n de grandes directores. Dec¨ªa Arturo Toscanini que para montar Il Trovatore con ¨¦xito solo hace falta tener a los cuatro mejores cantantes del mundo, frase que tambi¨¦n se atribuye al no menos legendario tenor Enrico Caruso. Pese a los precios de infarto, en esta ocasi¨®n no pisaron el escenario del Liceo los cuatro mejores cantantes del mundo, ni de lejos. El mejor, por temperamento, nobleza en el fraseo e intensidad dram¨¢tica fue el bar¨ªtono franc¨¦s Ludovic T¨¦zier, un Conde Luna de primer¨ªsima fila. En el resto del reparto, no hubo tanta fortuna.
Et¨¦rea expresividad
Hay que tener el sentido justo del canto verdiano y una t¨¦cnica bien asentada para recrear en toda su grandeza el papel de Leonora. Desde la et¨¦rea expresividad de su aria de salida y la agilidad en la cabaletta, a los adornos en trinos y cadencias en D?amor sull?alli rosee, el sentido dram¨¢tico del Miserere y la creciente intensidad en su d¨²o con el bar¨ªtono y la magistral escena de la muerte, todo en Leonora es de m¨¢xima dificultad. Rachel Willis-S?rensen, que altern¨® aciertos y titubeos, impresion¨® en muchas escenas por la belleza de sus medios l¨ªricos. Le falta m¨¢s brillo en los agudos y colores m¨¢s oscuros para ser una Lenorora de primera divisi¨®n, pero se llev¨® grandes aplausos. No era f¨¢cil sustituir a la Netrebko y, gracias al cuidadoso acompa?amiento de Dudamel, super¨® el reto.
El timbre ingrato de Yusif Eyvazov y su mon¨®tono sentido del canto rebajan mucho el nivel que se espera en un Manrico de primera divisi¨®n. Solvent¨® con arrojo y buenos agudos Di quella pira, la reina de las cabalettas para tenor l¨ªrico-spinto, pero en los detalles belcantistas y las majestuosas frases verdianas su actuaci¨®n fue m¨¢s voluntariosa que memorable. Muy irregular la mezzosoprano alemana Okka von der Damerau, con una voz que pierde color cuando m¨¢s lo necesita el tremendo papel de Azucena y de canto efectista el bajo ucraniano Dmitry Belosselskiy como sonoro Ferrando.
La soprano argentina afincada en Barcelona Mercedes Gancedo y el tenor valenciano N¨¦stor Los¨¢n cumplieron sus cometidos como In¨¦s y Ruiz, completando un Trovatore sin ning¨²n cantante italiano en el reparto. No deja de ser curioso en una ¨®pera ¡ªRiccardo Muti la considera ¡°la ¨®pera m¨¢s ¨®pera¡± de Verdi¡ª que mantiene viva la gran tradici¨®n del canto italiano.
En el aspecto log¨ªstico, el Liceo estren¨® un servicio de restauraci¨®n adaptado a la normativa sanitaria del Procicat con una oferta de mesas muy reducida que exigen reserva previa durante el acceso al teatro para poder utilizar alguna de las 21 mesas del Sal¨®n de los Espejos o de las 50 en el Foyer, que admiten un m¨¢ximo de cuatro personas y guardan escrupulosamente las distancias de seguridad.
Babelia
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