La justicia defiende al demonio de Segovia
El Alto Tribunal de Castilla y Le¨®n falla que la escultura de un diablillo cercana al acueducto romano no ofende sentimientos religiosos
El diablo se queda. Ese Mefist¨®feles regordete, sonriente y bonach¨®n que se autorretrata delante del acueducto de Segovia (51.600 habitantes) seguir¨¢ atrayendo a los turistas y representando la leyenda local de que fue Belceb¨² el aut¨¦ntico creador de esta colosal estructura romana. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Le¨®n ha rechazado el recurso de una asociaci¨®n que censuraba esta rechoncha figura del Maligno por sentir vulnerados los sentimientos religiosos. El escultor, Jos¨¦ Antonio Abella, no imaginaba el infierno que se le avecinaba cuando se la don¨® al Ayuntamiento.
La obra lleva desde enero de 2019 ubicada en un petril cercano al Acueducto y desde su instalaci¨®n se convirti¨® en un reclamo para una ciudad con muchos atractivos m¨¢s all¨¢ del Patrimonio de la Humanidad que la abandera. El estupefacto Abella rechaza catalogar a los segovianos como ¡°inquisitoriales¡±, pero s¨ª considera que hay una ruidosa corriente ¡°anclada en el Medievo¡±. La resoluci¨®n recoge que la estatua ¡°en ning¨²n caso est¨¢ promoviendo ninguna confesi¨®n o creencia religiosa ni tampoco est¨¢ programando contra ninguna creencia religiosa y tampoco por ello contra la religi¨®n cat¨®lica¡±.
Esta apreciaci¨®n resulta evidente para el autor de este rollizo demonio, que m¨¢s que comerse ni?os parece haberse hinchado a cochinillos, seg¨²n confiesa entre risas por tel¨¦fono. Tambi¨¦n le desagrada que los afrentados crearon una plataforma, la Asociaci¨®n San Miguel y San Frutos, para oponerse espec¨ªficamente a su diablillo y presentar m¨¢s de 10.000 firmas en su contra. M¨¢s satisfacci¨®n le genera que las cruzadas judiciales emprendidas, como la inicial en el juzgado contencioso administrativo de Segovia, dieran con negativas y el pago de las costas. ¡°Estos s¨ª que desean que caigamos todos en el infierno¡±, lamenta. Las denunciantes tienen un mes para recurrir en el Tribunal Supremo. Una de ellas, la abogada Esther L¨¢zaro, indica que van a estudiarlo y asegura que la estatua ¡°se puso sin respetar las convicciones de los segovianos¡±. Su denominaci¨®n, ¡°SegodevsAquaeductiArtifex¡±, les indigna por incluir una referencia al nombre de la ciudad. Clara Mart¨ªn, concejala de Patrimonio, celebra la sentencia y reivindica que el Consistorio ha defendido la l¨ªnea de los jueces.
Abella, m¨¦dico jubilado de 64 a?os, burgal¨¦s de nacimiento y segoviano de coraz¨®n, afirma que su objetivo era darle otro enfoque al turismo y rememorar la leyenda del acueducto. La f¨¢bula relata que una aguadora, harta de cargar con los c¨¢ntaros hasta el manantial del exterior de la urbe, se dijo que dar¨ªa lo que fuese para que las aguas llegaran solas a Segovia. Entonces apareci¨® un apuesto diablo con el que la joven, pobre de posesiones, negoci¨® un intercambio: le ofreci¨® su alma siempre que al amanecer hubiese cumplido su deseo. Mefist¨®feles y sus esbirros infernales se pusieron manos a la obra pero justo cuando faltaba una ¨²ltima piedra, y tras una noche en la que la mujer rez¨® todo lo rezable para enmendar su pecado, el canto del gallo frustr¨® el pacto. As¨ª, la jocosa pieza de bronce muestra a Lucifer con una tenaza que sostiene dicho bloque de granito.
La sentencia expresa las dudas de los magistrados, que se preguntan ¡°d¨®nde est¨¢ la ofensa al ¡®nombre de Dios¡¯, d¨®nde est¨¢ la ofensa a la religi¨®n cat¨®lica, si en definitiva dicha leyenda lo que rememora es el triunfo del rezo de la muchacha¡±. Abella considera que ¡°la gente normal, que no lleva el odio en el alma¡±, siempre acogi¨® bien a la escultura: ¡°Es magn¨ªfico que en este mundo tan serio, lleno de bulos y malas caras, haya gente que sonr¨ªa¡±.
Los magistrados asumen tambi¨¦n que tampoco rompe el urbanismo y el ambiente de la zona y admiten que ha dado valor a esa parte de Segovia: ¡°Se coloca en dicho lugar con la finalidad de revitalizar esa zona de cara al turismo, lo que tambi¨¦n constituye un fin justo y leg¨ªtimo, totalmente ajeno a cualquier intenci¨®n de menospreciar una determinada creencia religiosa¡±. Asimismo, la obra se encuentra muy pr¨®xima a una de las primeras sedes de la Santa Inquisici¨®n, entidad refundada por los Reyes Cat¨®licos y al frente de la cual pusieron al sangriento Tom¨¢s de Torquemada, prior entonces en Segovia.
El artista se inspir¨® en una representaci¨®n similar en L¨¹beck (Alemania), donde otro Lucifer se vio enga?ado y construy¨® una iglesia y no una taberna, como le hicieron creer. Nunca entendi¨® por qu¨¦ recibi¨® tantos ataques, especialmente en redes sociales, ese ¡°despellejadero inmundo¡±. Abella insiste en que este Satan¨¢s con sobrepeso muestra a una figura atemporal, previa y posterior al ser humano. Por eso lo present¨® haci¨¦ndose un selfi: ¡°Si existiera, tendr¨ªa tel¨¦fono m¨®vil y estar¨ªa orgulloso¡±. Y probablemente no solo lo usar¨ªa para sacarse fotos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.