La mirada fotogr¨¢fica del primer confinamiento
El libro ¡®Tiempo detenido¡¯ re¨²ne im¨¢genes de 42 profesionales, desde el fotoperiodismo a la introspecci¨®n, tomadas en las semanas de encierro por el coronavirus
Ahora, que ha vuelto el estado de alarma, que hay toque de queda, que mueren m¨¢s de un centenar de personas al d¨ªa en Espa?a por el coronavirus, no est¨¢ de m¨¢s traer de nuevo a la memoria las im¨¢genes del gran confinamiento, el que tuvo casi tres meses a todos en casa. A ello ayuda un libro con im¨¢genes de 42 fot¨®grafos tomadas esas semanas, Tiempo detenido, tambi¨¦n disponible en formato web. Ahora, que se est¨¢ en los bares y terrazas como si el mundo fuera a acabarse, que los hospitales vuelven a estar saturados y ciudades y comunidades aut¨®nomas se encierran para que nadie entre ni salga, sobrecoge contemplar fotograf¨ªas como las de Eduardo Nave de un Madrid desierto, con una arteria como el Paseo de la Castellana vac¨ªa de coches.
Nave fue el encargado de seleccionar a los fot¨®grafos para este libro, editado por La F¨¢brica, con la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Enaire, dependiente del Ministerio de Transportes. El volumen, con una gran calidad de papel e impresi¨®n en sus 248 p¨¢ginas, est¨¢ dividido en cuatro apartados: Ausencia, Urgencia, Espera y Enso?aci¨®n. La mirada de los profesionales al confinamiento comienza con los espacios en los que se hizo el silencio, una sensaci¨®n tan extra?a sobre todo en las grandes ciudades, como Barcelona, donde Samuel Aranda fotografi¨® un solitario Arc del Triomf y Jordi Bernard¨® a la Sagrada Familia sin un solo turista. Como escribe Elvira Lindo en uno de los textos de presentaci¨®n del volumen, ¡°las calles se quedaron sin vida¡±. Un d¨ªa a d¨ªa con ¡°una sucesi¨®n de horas que cobraban sentido por los encuentros virtuales con los seres queridos¡±, a?ade la escritora.
En la parte titulada Urgencia est¨¢n los lugares en que se combate la pandemia. Carlos Spottorno, en la que es probablemente una de las mejores fotos de esta obra colectiva, logra, en una imagen a doble p¨¢gina, dividirla, con militares en fila en diagonal entrando en una residencia. La otra mitad de la imagen muestra a un grupo de mayores sentados en una salita tras un ventanal, con mascarillas y guantes para esquivar la muerte. El fotoperiodista Manu Brabo retrat¨® a los sanitarios y sus pacientes. As¨ª, en un ascensor de hospital, una persona envuelta en su traje de protecci¨®n acaricia con su mano enguantada la cabeza de una enferma. Gestos que en Ricardo Garc¨ªa Vilanova surgen entre sombras y reflejos.
Es tambi¨¦n el apartado de los entierros y ata¨²des, que a algunos tanto molest¨® ver. Como si lo que no se viera, no existe. El reparto de comida en una parroquia bajo un mural religioso, por Jordi Cohen, o el abrazo de dos sanitarias que lloran, de Susana Vera, completan el cap¨ªtulo m¨¢s dram¨¢tico del libro y en el que quiz¨¢s m¨¢s se echan en falta los pies de foto para tener informaci¨®n.
Con Espera, esta obra entra en la introspecci¨®n, en la sensaci¨®n de aturdimiento de aquellos meses. Estampas de una naturaleza que segu¨ªa su curso sin la mano humana que suele domarla; de las gentes aplaudiendo en sus ventanas a las ocho de la tarde, retratadas por Sandra Balsells: ¡°Sombras a las que ¨ªbamos concedi¨¦ndoles una edad, incluso un car¨¢cter¡±, describe en su pr¨®logo Elvira Lindo. Mientras que Santi Burgos muestra los anocheceres con las familias en sus casas, entre ni?os y mascotas.
M¨¢s ¨ªntimo es el relato que cierra este volumen, Enso?aci¨®n, im¨¢genes que en algunos casos aliviaban a sus autores, como cuenta Estela de Castro: ¡°La fotograf¨ªa me ayud¨® a llevar todo esto mucho mejor¡±. Las hay que parecen sacadas de pesadillas, como las inquietantes estampas que aporta Juan Manuel Castro Prieto; o est¨¢ la irrealidad en la que se fusionan la naturaleza y elementos cotidianos en Juan Mill¨¢s. Es el mosaico fotogr¨¢fico de un tiempo perdido, de los meses en que la vida se par¨®.
El relato de la pandemia
Una obra colectiva como 'Tiempo detenido', que recoge, desde el fotoperiodismo en primera l¨ªnea de la covid a la intimidad de las casas en los meses del confinamiento, aviva el debate sobre c¨®mo ha sido el relato gr¨¢fico de la pandemia en los medios de comunicaci¨®n espa?oles. Eduardo Nave, que se encarg¨® de elegir a sus compa?eros para este proyecto, afirma que ¡°hubo un exceso de informaci¨®n¡±. ¡°Hay que tener en cuenta que ha sido un fen¨®meno nuevo y dentro de lo que hemos podido, creo que se ha cubierto bien¡±, agrega. Del mismo parecer es Jon¨¢s Bel: ¡°Ha habido mucho ruido¡±, y subraya que ¡°todo estaba muy controlado¡±. En este sentido, Estela de Castro considera que ¡°no se ha puesto f¨¢cil a los fot¨®grafos¡± y abog¨®, eso s¨ª, por no ofrecer un relato ¡°que infantilice la pandemia¡±. En la imagen, fotograf¨ªa de Susana Vera en la que dos sanitarias se abrazan en un homenaje a un enfermero del Hospital Severo Ochoa, de Legan¨¦s (Madrid), fallecido por la covid-19.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.