Isak Dinesen en Kenia sin alm¨ªbar
La directora Mar¨ªa P¨¦rez Sanz retrata en ¡®Karen¡¯, estreno en el festival de cine de Sevilla, los ¨²ltimos d¨ªas en ?frica de la escritora danesa, a la que pone rostro Christina Rosenvinge
¡°Yo ten¨ªa una granja en ?frica a los pies de las colinas Ngong¡±. La frase, dicha en ingl¨¦s con acento dan¨¦s por Meryl Streep, catapult¨® el mito de Isak Dinesen, seud¨®nimo literario de Karen Blixen, y a la vez mat¨® a la escritora, aplastada por el retrato sentimental de sus a?os en ese continente dibujado en Memorias de ?frica, pel¨ªcula de Sydney Pollack, basada en la novela hom¨®nima de Blixen. ¡°En esa pel¨ªcula a Karen le lavaba el pelo Robert Redford, en la realidad se lo lavaba ella solita¡±, cuenta, mitad en serio mitad en broma, la cineasta Mar¨ªa P¨¦rez Sanz (C¨¢ceres, 36 a?os), que ayer estren¨® en la secci¨®n Oficial del festival de cine europeo de Sevilla Karen, su propia recreaci¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas en Kenia de Blixen.
En Karen, pel¨ªcula que apenas dura una hora con t¨ªtulos de cr¨¦dito incluidos, P¨¦rez Sanz ha decidido basarse en las cartas de Blixen (Rungsted, 1885-1962) para ahondar en su aut¨¦ntica experiencia vital, m¨¢s cercana a la miseria que a los atardeceres almibarados. Para encarnar a la escritora, que no empez¨® a publicar hasta su retorno a su Dinamarca natal, P¨¦rez Sanz ha contado con Christina Rosenvinge, que adem¨¢s ha compuesto la banda sonora. ¡°Quedamos para hablar de la m¨²sica", recuerdan ambas, y Rosenvinge lo desarrolla: ¡°Le dije que s¨ª a componerla, y a los pocos d¨ªas me ofreci¨® tambi¨¦n interpretarla. Hacer el personaje de una de mis escritoras favoritas que ya hab¨ªa hecho una de las actrices m¨¢s respetadas en un filme mito del cine... Fue un desaf¨ªo que iba a rechazar, pero Mar¨ªa me convenci¨® porque su planteamiento era muy audaz: contar lo que no aparece en una pel¨ªcula ¨¦pica".
Karen juega con los paisajes: los de la Extremadura en la que se ha rodado casi ¨ªntegramente el filme -a la directora no le importa mucho que el espectador descubra que esa sabana es en realidad dehesa- y los de los rostros de Rosenvinge y de Alito Rodgers jr., el actor que da vida al criado somal¨ª Farah Aden. ¡°Primero queremos contextualizar ese entorno y su relaci¨®n con esa pareja, y despu¨¦s ya vamos a ellos, porque su amistad sustenta el metraje¡±, reflexiona la directora. ¡°La casa es un mundo, el todo que envuelve a los dos. Vamos cerrando la pel¨ªcula, tanto en imagen como en sonido". Efectivamente, el filme va oprimi¨¦ndose seg¨²n avanza y se concreta en la mirada de la cantante y compositora Rosenvinge. ¡°Nunca persegu¨ª una carrera en el cine¡±, recuerda la aludida, que s¨ª actu¨® en Todo es mentira (1994) y La pistola de mi hermano (1997). ¡°Aunque es cierto que tom¨¦ clases de interpretaci¨®n para poder estar en el escenario con todo lo que significa. En realidad no est¨¢ tan lejos la interpretaci¨®n musical de la actoral. Se trata de recrear una emoci¨®n creada en fr¨ªo y tras estudiar e internalizar la recreas con frescura en circunstancias antinaturales, como un concierto con problemas t¨¦cnicos o un rodaje¡±.
Sifil¨ªtica y arruinada
El guion se basa en las cartas de Blixen -que vivi¨® en Kenia de diciembre de 1913 (en aquel momento parte del ?frica brit¨¢nica del Este) a agosto de 1931, cuando se rindi¨® a la evidencia de que jam¨¢s sacar¨ªa adelante su cafetal-, en las que hay algunas pistas de su aut¨¦ntica y m¨ªsera existencia. ¡°S¨ª ten¨ªamos claro que tanto el bar¨®n Bror Blixen-Finecke [su marido, el hombre que le contagi¨® la s¨ªfilis y de quien se separ¨® en 1921] como Denys Finch Hatton [el personaje al que encarn¨® Redford] aparecer¨ªan como ausencias. Porque quien nos interesa es Farah, lo mismo que le pas¨® a ella, que le dedic¨® el libro Sombras en la hierba¡±, cuenta la directora, que ya habl¨® de mitos en su documental Malpartida Fluxus Village (2015). Rosenvinge apunta: ¡°En sus p¨¢ginas en realidad habla del peso del fracaso. Cuando se va de ?frica es una mujer sifil¨ªtica, arruinada -ella y por su culpa su familia-, que se pone a plasmar en papel los relatos que hab¨ªa trabajado durante a?os de forma oral, y que as¨ª encuentra sin quererlo su destino, cuando est¨¢ pensando m¨¢s en un curso de cocina en Par¨ªs¡±.
La pareja Aden-Blixen aparece marcada en pantalla por el destino. ¡°Dir¨ªa m¨¢s bien por Dios y el destino¡±, replica P¨¦rez Sanz. ¡°Uno es musulm¨¢n, la otra cristiana, y ella le replica que si un d¨ªa la devora un leopardo pues que sea, porque el destino har¨¢ con ella lo que le tenga preparado. Est¨¢n ambos unidos por una fe inquebrantable en ese destino y en que si se han encontrado y est¨¢n juntos en la granja ser¨¢ por algo. Yo no soy nada sin ti, t¨² no eres nada sin m¨ª. Ahora bien, ?cu¨¢l ser¨ªa la versi¨®n de Farah? Nunca la sabremos¡±.
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