Sagi vuelve a llenar de rosas La Zarzuela
La instituci¨®n recupera con ¨¦xito uno de sus montajes fetiche, estrenado hace 30 a?os
FICHA T?CNICA
'La del manojo de rosas'. M¨²sica de Pablo Soroz¨¢bal. Libreto de Francisco Ramos de Castro y Anselmo Cuadrado Carre?o. Direcci¨®n musical, Guillermo Garc¨ªa Calvo. Direcci¨®n de escena, Emilio Sagi. Escenograf¨ªa, Gerardo Trotti. Reparto: Ruth Iniesta / Raquel Lojendio, Carlos ?lvarez / Gabriel Berm¨²dez, Vicenc Esteve, David P¨¦rez Bayona / Joselu L¨®pez, Silvia Parejo / N¨²ria P¨¦rez, ?ngel Ruiz, Milagros Mart¨ªn, Enrique Baquerizo, C¨¦sar S¨¢nchez¡ Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de la Zarzuela. Del 10 al 22 de noviembre. Teatro de la Zarzuela.
Camino de la entrada del Teatro de la Zarzuela, para asistir a la considerada como la zarzuela republicana por antonomasia, con sus conflictos entre obreros y se?oritos, aparece en la puerta del teatro algo parecido a una concentraci¨®n de protesta. ?Ser¨¢ parte del montaje para calentar el ambiente? Pues no, es una protesta de trabajadores del Inaem que llaman la atenci¨®n sobre la aletargada Ley de Reforma del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y la M¨²sica con la que se apag¨® el conflicto de hace dos a?os, cuando se pretendi¨® que el popular teatro perdiera su estatuto y se fusionara con el Real. Que la suerte los acompa?e, tanto como lo hace la raz¨®n. Pero el espect¨¢culo debe continuar y los trabajadores reales deben dar paso a los representados.
Dentro, uno de los montajes fetiche de esta instituci¨®n: La del manojo de rosas, de Pablo Soroz¨¢bal en versi¨®n recuperada del siempre a?orado Emilio Sagi. Estrenada aqu¨ª hace 30 a?os y que ha realizado un recorrido espectacular, m¨¢s de 11 reposiciones.
Es un momento de nostalgia suprema. El protagonista masculino es el gran bar¨ªtono Carlos ?lvarez, que la estren¨® aqu¨ª hace tres d¨¦cadas. En el papel de su madre, Milagros Mart¨ªn, que entonces hizo de su acalorada novia Asunci¨®n. Y, sobre las tablas, una escenograf¨ªa hoy considerada antol¨®gica, una calle de Madrid con tonos hiperrealistas y una teatralizaci¨®n que no admite la menor incoherencia entre la historia que se cuenta y lo que se propone desde la escena. Todo lo contrario de lo que ha sido casi obligaci¨®n en estas d¨¦cadas de deslocalizaciones dram¨¢ticas. Quiz¨¢ alguien deber¨ªa sacar conclusiones.
La parte m¨¢s actual de este montaje viene de la pandemia, la brillante orquesta de aquel formidable m¨²sico que era Soroz¨¢bal se reduce a 23, como en el montaje anterior de esta temporada. Una reducci¨®n que no alcanza el brillo de la de Falla/Gim¨¦nez, pero que tienen momentos incluso simp¨¢ticos, con una sonoridad casi de cafet¨ªn.
Y, en la escena, Carlos ?lvarez, genio y figura, haciendo olvidar esos 30 a?os de m¨¢s para hacer de joven enamorado, voz plena y recursos sobrados, y el p¨²blico entregado que reclama un bis en Madrile?a bonita que el malague?o elude con buen criterio. Frente a ¨¦l, la soprano Ruth Iniesta, plena de recursos t¨¦cnicos y garbosa en ese papel de madrile?a enrabietada que tanto gusta en esta zarzuela. Pero esta pieza no estar¨ªa completa sin unos secundarios que deben intervenir con precisi¨®n cinematogr¨¢fica; por ejemplo, la contra pareja de Cap¨® (David P¨¦rez) y Clarita (Silvia Parejo) y el virtuoso de la dicci¨®n castiza ?ngel Ruiz, con unos di¨¢logos que a veces son puro ultra¨ªsmo. En rigor, todos act¨²an como si sintieran la mano maestra de Sagi dictando sus ¨²ltimas lecciones. El equipo t¨¦cnico que ha recreado el montaje original se entrega a la labor encandilando al espectador, incluida la recreaci¨®n coreogr¨¢fica de Nuria Castej¨®n debida al desaparecido Goyo Montero. Menci¨®n para la escenograf¨ªa, casi un s¨ªmbolo de este montaje, de Gerardo Trotti; la iluminaci¨®n de Eduardo Bravo y el vestuario de otra ausente, Pepa Ojanguren.
En la direcci¨®n musical, Guillermo Garc¨ªa Alcalde concierta con eficacia un conjunto nada sencillo y tiene momentos de gracia y tambi¨¦n de lirismo en la reducida orquesta. Y queda la sospecha de si, en un teatro siempre complicado para la buena sonoridad, estas reducciones orquestales fruto de la pandemia no ser¨¢n una bendici¨®n para unas voces que, habitualmente, luchan por ser escuchadas en circunstancias normales.
Sea como fuere, este montaje proyecta la imagen de ¨¦xito del arranque de la actual temporada de la Zarzuela que se alcanz¨® en la inauguraci¨®n con esa Granada m¨¢gica. Dos producciones y dos matr¨ªculas de honor. Lo que sigue no ser¨¢ tan f¨¢cil.
Babelia
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