La Unesco cumple medio siglo en la lucha contra el expolio multimillonario de bienes culturales
Solo 141 pa¨ªses han ratificado la Convenci¨®n de 1970, que proh¨ªbe el traslado y comercio ilegal de antig¨¹edades
10 mil millones de d¨®lares, unos 8.250 millones de euros. Eso es lo que el contrabando de artefactos patrimoniales gener¨® en 2018, seg¨²n la Unesco, y que represent¨® la sexta parte de la facturaci¨®n generada por los bienes culturales en todo el mundo ese a?o. La Convenci¨®n de 1970, que proh¨ªbe el traslado y comercio ilegal de estas antig¨¹edades, cumpli¨® el 24 de noviembre medio siglo de existencia y la organizaci¨®n ha presentado la campa?a El verdadero precio del arte, en colaboraci¨®n con la agencia de publicidad DDB, con im¨¢genes de objetos robados y mensajes como ¡°El arte no conoce fronteras, tampoco el crimen organizado¡± o ¡°?C¨®mo borras una cultura entera? Pieza por pieza¡±.
El subdirector general de Cultura de la Unesco, Ernesto Ottone, explica en una videollamada que el estatuto posee ciertas limitaciones y obst¨¢culos. Solo 140 de los 193 estados miembros, m¨¢s Estados Unidos ¡ªque se retir¨® de la organizaci¨®n bajo la presidencia de Donald Trump¡ª, han suscrito el documento, lo cual genera una falta de coordinaci¨®n internacional. Reino Unido, por ejemplo, solo ratific¨® el documento en 2002, Alemania en 2007 y B¨¦lgica y los Pa¨ªses Bajos en 2009. ¡°?frica es una de las regiones m¨¢s activas sobre ese tema pero de 54 pa¨ªses del continente, hay 18 que todav¨ªa no han ratificado la convenci¨®n. Si lo hacen este a?o o el pr¨®ximo, todo lo que haya pasado antes no es tomado en cuenta¡±, afirma el subdirector, y agrega que los grupos que se dedican al tr¨¢fico il¨ªcito de objetos hist¨®ricos y culturales aprovechan la falta de legislaci¨®n para circular por estos territorios.
Otro factor es que el documento, con 50 a?os de antig¨¹edad, est¨¢ enfocado hacia el tr¨¢fico a trav¨¦s de redes humanas pero buena parte de estas operaciones se realiza hoy en d¨ªa a trav¨¦s de plataformas digitales. La Unesco, que trabaja de manera cercana con la Interpol y la Organizaci¨®n Mundial de Aduanas, logr¨® junto al Proyecto de Investigaci¨®n del Tr¨¢fico de Antig¨¹edades y Antropolog¨ªa Patrimonial (ATHAR) que Facebook prohibiera el comercio de artefactos hist¨®ricos a trav¨¦s de su plataforma.
No todos est¨¢n de acuerdo con algunas de las afirmaciones presentadas por la organizaci¨®n. La Confederaci¨®n Internacional de Marchantes de Objetos de Arte (Cinoa), gremio con sede en Bruselas que afirma englobar a 30 asociaciones en 20 pa¨ªses, se?ala en un texto publicado este a?o ciertas irregularidades respecto a la cifra de 8.250 millones de euros. Una representante de Cinoa argumenta, en un correo electr¨®nico, que ¡°hay un creciente conjunto de pol¨ªticas y legislaciones basadas en falsas premisas que perjudica los intereses leg¨ªtimos e ignora los problemas que ten¨ªan la intenci¨®n de resolver¡±. No obstante, la asociaci¨®n reitera su compromiso con la Unesco y la Convenci¨®n de 1970.
Puntas de flechas y metales preciosos
Hay diferentes caminos que estas piezas toman para llegar al mercado. El etnohistoriador mexicano Dami¨¢n Olvera, licenciado del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH) y profesor de la Red de Universidades An¨¢huac, comenta que en su pa¨ªs puede ser tan sencillo como un agricultor o un constructor que desentierre alg¨²n objeto antiguo mientras trabaja: ¡°La gente, por lo general, teme a notificar al INAH, pues creen que van a perder sus terrenos al encontrarse restos arqueol¨®gicos all¨ª, sin ser este realmente el caso¡±.
Olvera se?ala que estos hallazgos, en el caso de M¨¦xico, van desde ¡°puntas de flechas relativamente rudimentarias hasta ricas ofrendas de finas cer¨¢micas y piedras y metales preciosos¡± y abarcan desde los tiempos de los cazadores-recolectores hasta la llegada de los espa?oles en el siglo XVI. El resultado tiende a ser el mismo: los residentes en las ¨¢reas donde estos yacimientos abundan prefieren vender las piezas que encuentran a traficantes que avisar a instituciones como el INAH. Esto imposibilita que estos objetos tengan un debido registro y seguimiento, mucho menos un estudio y an¨¢lisis adecuado.
El vicedirector de Cultura de la Unesco asegura que este es un problema muy com¨²n en las colecciones y museos de ?frica y Latinoam¨¦rica. ¡°Imagine el problema que esto implica en los sitios arqueol¨®gicos donde los objetos a¨²n no est¨¢n catalogados¡±, apunta enf¨¢ticamente Ottone y da como ejemplo el caso de los museos saqueados en Siria, Libia e Irak por el Estado Isl¨¢mico, con la venta del expolio en el mercado negro para financiar al grupo terrorista. Este es uno de los puntos de choque con Cinoa, que alega que estos nexos han sido exagerados.
El etnohistoriador Dami¨¢n Olvera subraya que el tr¨¢fico de bienes culturales se ha convertido, junto a la extorsi¨®n, el secuestro y la explotaci¨®n sexual, en una de las maneras en que los c¨¢rteles de su pa¨ªs han diversificado sus negocios m¨¢s all¨¢ del narcotr¨¢fico e indica que, en algunos casos, ¡°la habilidad con la que algunos yacimientos arqueol¨®gicos han sido saqueados¡± releva la asistencia de t¨¦cnicos especializados. ¡°Esto produce grandes huecos en el conocimiento que tenemos sobre ciertas sociedades, sobre todo aquellas cuyos vestigios se limitan a ricas tumbas que los saqueadores han aprendido a identificar desde la superficie¡±, lamenta.
Ottone, quien fue ministro de Cultura de Chile durante el segundo mandato de Michelle Bachelet, cree que un elemento decisivo para combatir el contrabando de bienes culturales es la capacitaci¨®n adecuada de las autoridades competentes. Apunta a los carabinieri de Italia como los mayores expertos ante este tipo de delito pero que cada vez es m¨¢s com¨²n tener cuerpos de seguridad con adiestramiento m¨¢s especializado. ¡°A m¨ª me toc¨® participar en la entrega de diploma a una formaci¨®n de la polic¨ªa aduanera de ?frica oriental donde capacitamos a 54 agentes de forma online¡±, comenta el chileno y agrega que ¡°lo hermoso es ver c¨®mo podemos utilizar las redes para capacitar en masa¡±.
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