Nada tumba a Manolo Kabezabolo
Pese a una vida de sobresaltos, el m¨²sico resiste. ¡°No esperaba llegar a los 25¡±, dice ahora con 54 y nuevo disco. Casi todo lo que pone Wikipedia sobre ¨¦l es mentira
?Cu¨¢ntas depresiones ha tenido? ¡°Solo una. A los 12 a?os, pero todav¨ªa me dura¡±.
?Por qu¨¦ ha abusado tanto en sus letras de tratar el tema de la droga? ¡°Es que era lo que conoc¨ªa. Cuando las escrib¨ª sab¨ªa mucho m¨¢s de ese mundo que de cualquier otro¡±.
?Le sorprende haber llegado a los 54? ¡°Yo no me esperaba llegar ni a los 25. Cuando cumpl¨ª 40 pens¨¦ que era un triunfo. Pero ahora me veo con 54 y estoy en mejores condiciones que gente m¨¢s joven. No estoy tan mal para lo que pod¨ªa haber sido¡±.
Manolo Kabezabolo se ha pedido un caf¨¦ con leche, que no probar¨¢ en dos horas de conversaci¨®n. Ha llegado a la cita en una cafeter¨ªa madrile?a con una botella de agua en la mano que le cuesta soltar al posar para las fotograf¨ªas. Mientras el fot¨®grafo de EL PA?S dispara con su c¨¢mara en la calle, dos cuarentones pasan y cuchichean al mirar al m¨²sico. Sonr¨ªen. Le han reconocido. Parece que es verdad: no est¨¢ tan mal para lo que pod¨ªa haber sido.
Seguramente no hay figura del rock espa?ol que suscite tantos enigmas como ¨¦l. Surgi¨® a mediados de los noventa: un tipo solo con una guitarra con dificultades para afinar y que cantaba de forma excesivamente nasal letras gamberras. Esa transgresi¨®n humor¨ªstica le funcion¨®. El cantautor punk conect¨® con canciones como Nino gramo, El aborto de la gallina, P¨®ngame un Dyc, Viva yo y mi caballo, No komas keso en exzeso¡ Su relato era potente: un m¨²sico que viv¨ªa en un centro psiqui¨¢trico y solo sal¨ªa para actuar. Sus canciones se convirtieron en la banda sonora de las quedadas beodas noventeras.
Hoy se podr¨ªa construir una conversaci¨®n con ¨¦l exclusivamente con preguntas que empezaran por: ¡°Es verdad que¡¡±. Mucho de lo que cuenta su entrada de la Wikipedia es mentira. ¡°No s¨¦ qui¨¦n lo habr¨¢ escrito, pero la mayor¨ªa es falso¡±, asegura. Entonces, ?cu¨¢l es su verdadera historia?
Quiz¨¢ haya que contar primero que Manuel M¨¦ndez Lozano (Zaragoza, 1966) proviene de una familia acomodada. El mayor de cuatro hermanos, su padre es militar (se retir¨® de comandante) y su madre la hija ¡°del cacique¡± del pueblo, Carenas, a unos 100 kil¨®metros de la capital ma?a. ¡°Era de los mejores de la clase. Incluso ayudaba al profesor a corregir los ex¨¢menes. Eso hasta octavo de EGB. Primero de BUP lo saqu¨¦ sin estudiar y en segundo de BUP lo dej¨¦¡±, relata. A partir de los 13 a?os comenz¨® a beber. ¡°Y fui sumando sustancias paulatinamente¡±, informa.
¡°Me fui al ej¨¦rcito por cobard¨ªa y comodidad. Lo analic¨¦, y era eso o la c¨¢rcel¡±
El m¨²sico habla sereno, r¨¢pido. No se toma pausas para ordenar las ideas. Sonr¨ªe algunas veces al finalizar una historia que suele coincidir con alguna travesura. Con 16 a?os le dijo a su padre que no quer¨ªa estudiar y, a partir de aqu¨ª, su progenitor mantuvo un tutelaje sobre ¨¦l con connotaciones emocionales y psicol¨®gicas que el m¨²sico dice que solvent¨® muchos a?os m¨¢s tarde.
Su padre le busc¨® un empleo de instalador de gas en una empresa que suministraba al ej¨¦rcito. Trabaj¨® unos meses, pero cuando llegaron las fiestas de Calatayud prefiri¨® marcharse de farra. Tambi¨¦n por recomendaci¨®n de su padre, Kabezabolo se alist¨® voluntario a la mili larga: 20 meses. Cuando la termin¨®, inici¨® la carrera militar. ¡°Me fui al ej¨¦rcito por cobard¨ªa y comodidad. Lo analic¨¦, y era eso o la c¨¢rcel¡±, explica. Pronto lleg¨® a cabo. ¡°Mi padre se encargaba de que viviera bien, ya que ¨¦l era el jefe de la compa?¨ªa y me buscaba chollos para no trabajar mucho. Me meti¨® en la banda de cornetas y tambores. Estaba cerca de casa, nunca dorm¨ªa en el cuartel, desaparec¨ªa el viernes y no aparec¨ªa hasta el domingo¡¡±, explica. Hace una pausa y dice, con ¨¦nfasis: ¡°Mi padre siempre estaba all¨ª, siempre mi padre, siempre mi padre¡±.
Poco antes de cumplir cuatro a?os en el ej¨¦rcito (contando los 20 meses de la mili) ocurre algo que condicionar¨¢ su vida: padece un brote psic¨®tico. ¡°Fui al m¨¦dico militar y dijeron que era esquizofrenia. Viv¨ªa en varios mundos paralelos, que no tienen nada que ver, pero se entrelazan. Es algo gen¨¦tico que la droga potencia. En mi familia mi bisabuelo tuvo esquizofrenia, y curiosamente era m¨²sico: tocaba el clarinete¡±. Con 21 a?os ingresa en el hospital psiqui¨¢trico de Sant Boi (Barcelona). ¡°Estuve ocho meses. Fue el mayor infierno que he pasado en mi vida. Me ten¨ªan anulado completamente. Me llegaron a dar veintitantas pastillas al d¨ªa. Me despertaban a las tres de la madrugada para darme una¡±. En una de las visitas sus padres le vieron tan mal que pidieron el alta.
De vuelta a Zaragoza se pas¨® dos a?os sin apenas hablar. Sal¨ªa con sus amigos, pero no interactuaba. Siempre callado, moh¨ªno, en un rinc¨®n, en su mundo. ¡°Lo ¨²nico que sent¨ªa era agon¨ªa¡±, define. Un d¨ªa un amigo le incit¨® a probar speed. ¡°Y ah¨ª empec¨¦ a ser persona. Qu¨¦ curioso. Hasta me apetec¨ªa jugar al futbol¨ªn. Pero, claro, cuando el consumo era controlado me iba bien. Pero aquello se convirti¨® en un pozo sin fondo¡±, lamenta.
¡°No puedo: vivo en un centro psiqui¨¢trico¡±
El 28 de diciembre de 1993 ingres¨® en el Centro Neuropsiqui¨¢trico Nuestra Se?ora del Carmen en Zaragoza por otro ataque psic¨®tico. La cosa es seria por otra circunstancia: debido a sus trapicheos le impusieron una condena de tres a?os, flexible seg¨²n el criterio de los m¨¦dicos. En un permiso conoci¨® al promotor de conciertos Manuel Delgado, que trabajaba con La Polla Records. Hab¨ªa escuchado una grabaci¨®n casera del m¨²sico y le propuso unos conciertos. ¡°No puedo: vivo en un centro psiqui¨¢trico¡±, le respondi¨® Kabezabolo. Delgado, su ¨¢ngel de la guarda, acudi¨® al hospital y convenci¨® al m¨¦dico para que los conciertos fuesen parte de la terapia. Ah¨ª empez¨® su carrera musical. En 1995 grab¨® su primer disco, Ya hera ora (faltas de ortograf¨ªa premeditadamente incluidas), que vendi¨® 30.000 ejemplares. En poco m¨¢s de un a?o ofreci¨® 220 conciertos. En 1996 sali¨® del psiqui¨¢trico convertido en una estrella del punk.
Reconoce que empez¨® siendo heavy. Deep Purple, AC/DC, Judas Priest, Bar¨®n Rojo, Le?o¡ ¡°Luego descubr¨ª a los Sex Pistols y mi vida dio un vuelco. De ah¨ª pas¨¦ a Siniestro Total, Rip, Cicatriz, Eskorbuto¡ Y La Polla Records, claro. Para m¨ª Evaristo es el m¨¢s grande¡±, comenta.
Manolo Kabezabolo ha editado siete discos en 25 a?os, ha ofrecido cientos de conciertos y ha visitado los centros de psiquiatr¨ªa con regularidad. ¡°Los s¨ªntomas son siempre parecidos: aceleraci¨®n, euforia, hipersensibilidad, las cosas que me crispan me hacen llorar enseguida¡ Cuando me veo as¨ª, ingreso voluntariamente¡±. Pasa unas semanas y vuelve a la calle. Su mejor etapa en este aspecto ocurri¨® de 2001 a 2011, que coincidi¨® con una relaci¨®n sentimental. ¡°Solo tuve dos reca¨ªdas en esos diez a?os¡±, informa.
Debido a estos problemas ha tenido periodos en los que apenas ha actuado, meses en los que solo ha ingresado ¡°unos 300 euros¡±. Ha podido vivir gracias a que la vivienda y la comida se la ha proporcionado su familia. ¡°Lo reconozco: he vivido siempre con un colch¨®n econ¨®mico gracias a mis padres. Si no hubiera sido por la familia que tengo habr¨ªa acabado en la c¨¢rcel muy joven¡±, afirma. Nunca ha tenido intenci¨®n de comprarse una casa.
Actualmente vive en Calatayud en un bloque donde reside toda la familia. En la planta baja viven ¨¦l, su hermano y su hermana; en la primera sus padres, ya octogenarios; y en la tercera, su hermana mayor, la ¨²nica con hijos, con su pareja. ¡°Durante mucho tiempo no me hablaba ni con mis padres ni con mis hermanos. Que tu familia te trate de indeseable no es agradable. Pero no les culpo: era dif¨ªcil maniobrar con una persona como yo. Ahora ellos se han dado cuenta de que no soy un indeseable. Tuve una conversaci¨®n con mi padre en la que los dos rebajamos nuestras posiciones y arreglamos las cosas. Creo que incluso me ha ido a ver a alg¨²n concierto, aunque no me lo ha dicho¡±, explica.
¡°Lo he dejado todo hace cuatro d¨ªas¡±
Kabezabolo lleva a?os sin presentarse solo con su guitarra. Le acompa?a una potente banda, con la que ha lanzado este 2020 el disco Tanto tonto monta tanto. Las letras ya no tratan sobre sustancias: son diatribas contra un sistema ¡°podrido y corrupto¡±. En cinco meses ten¨ªa 50 conciertos contratados, algunos de ellos con todo vendido. Sigue teniendo tir¨®n. Ahora espera a la vacuna para recomponer la gira.
Desde 2017 no sufre reca¨ªdas en el plano mental. Ese a?o estuvo tres meses ingresado. ¡°A los psiquiatras nunca les he mentido, quiz¨¢ les haya enga?ado¡±, reconoce, y revela que la ¨²nica persona que le llama ¡°Manuel¡± es el doctor Pablo Padillo, que le ha tratado 20 a?os. ¡°Se jubil¨® recientemente. Le tengo mucho cari?o. Ya es una relaci¨®n de amistad¡±.
Haciendo memoria asegura que sus momentos de debilidad ps¨ªquica coinciden con separaciones sentimentales. Ahora lleva seis meses con una chica. Est¨¢ contento. ¡°Veremos¡¡±, declara. En cuanto a las drogas, dice que cerr¨® la ¨¦poca desaforada. Consume con prudencia. Y anuncia: ¡°Pero lo he dejado todo hace cuatro d¨ªas¡±. ?Literal? ¡°S¨ª, literal, cuatro d¨ªas. Esta vez estoy decidido a dejarlo¡±. Hace una pausa y a?ade: ¡°Veremos¡¡±.
Babelia
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