El pozo de la comedia

En el drama quiz¨¢ sea m¨¢s f¨¢cil encubrir la falta de talento para la escritura. Se puede ser sutil o, por el otro extremo, tremendista, y se logra disfrazar durante m¨¢s tiempo la verdadera cara de la creatividad. En la comedia es imposible: tres o cuatro tentativas de gracia seguidas y el castillo se derrumba en segundos. La suite nupcial, cuarta pel¨ªcula como director y guionista del tambi¨¦n actor Carlos Iglesias, es un vodevil de otro tiempo, seguramente sin parang¨®n en el ¨²ltimo cine espa?ol.

Rancia en sus situaciones, rid¨ªcula en sus di¨¢logos y pedestre en su puesta en escena, la pel¨ªcula puede tener el honor de incluir la secuencia de pelea sentimental y de guerra de sexos m¨¢s larga que este cr¨ªtico recuerde haber visto en una comedia: 21 minutos ininterrumpidos de chistes sonrojantes entre un maduro infiel, interpretado por el propio Iglesias, y su joven amante. Una especie de suma de sketches de mala televisi¨®n, al estilo de aquellas jur¨¢sicas matrimoniadas, pero en una producci¨®n de 2020, ambientada en Toledo, con el apoyo econ¨®mico de instituciones p¨²blicas de la comunidad de Castilla-La Mancha.

Iglesias, que comenz¨® su carrera con Un franco, 14 pesetas, pel¨ªcula popular de corte autobiogr¨¢fico y variadas virtudes, que consigui¨® conectar con un amplio sector de p¨²blico tanto en cines como en sucesivos pases televisivos, no ha logrado repetir posteriormente aquel ¨¦xito. Pero ?Ispansi! (?Espa?oles!), de 2011, y la secuela Dos francos, 40 pesetas, de 2014, que en modo alguno eran buenas, tampoco auguraban este pozo creativo, del que sale vivo Jos¨¦ Mota, en el que hay secuencias que parecen cortadas a hachazos en montaje, seguramente porque en rodaje no se cubrieron con las tomas necesarias.