El camino hacia los Goya 2020: ¡°Si todo el mundo hace series, ?qui¨¦n rodar¨¢ las pel¨ªculas del a?o que viene?¡±
EL PA?S re¨²ne en un debate a Pedro Almod¨®var, Alejandro Amen¨¢bar, Jose Mari Goenaga y Oliver Laxe, los cuatro directores candidatos a los premios Goya
Madrid. Inicio de las Navidades. En EL PA?S se re¨²nen los cuatro directores candidatos al Goya. Durante una hora charlar¨¢n sobre galardones, plataformas, realidad y ficci¨®n ¡ªdebate del que nacen sus trabajos¡ª, formas narrativas, festivales y el futuro del cine espa?ol. No volver¨¢n a juntarse hasta que el pr¨®ximo s¨¢bado 25 se celebre la 34? edici¨®n de los Premios Goya en M¨¢laga. Jose Mari Goenaga (Ordizia, 43 a?os) representa a sus compa?eros de direcci¨®n Jon Gara?o y Aitor Arregi, los realizadores de La trinchera infinita (15 candidaturas). Pedro Almod¨®var (Calzada de Calatrava, 70 a?os) comenta entre risas que este a?o el cine espa?ol va a casa de Antonio Banderas ("Casi en su sal¨®n", bromea); con Dolor y gloria ha logrado 16 nominaciones. Alejandro Amen¨¢bar (Santiago de Chile, 47 a?os) deja un d¨ªa de lado la preproducci¨®n de una serie para defender Mientras dure la guerra, la pel¨ªcula con m¨¢s nominaciones, 17. Y Oliver Laxe (Par¨ªs, 37 a?os) se aleja de los ensayos de una obra de teatro en la que act¨²a bajo la direcci¨®n de Ang¨¦lica Liddell para hablar de su primera aparici¨®n en los Goya gracias a Lo que arde, con cuatro candidaturas. La conversaci¨®n arranca con las reflexiones sobre c¨®mo mezclar realidad y ficci¨®n. ?A cu¨¢l de las dos hay que someterse para obtener una buena pel¨ªcula?
Jose Mari Goenaga. A m¨ª me preocupa mucho. Tanto en Handia como en La trinchera infinita partimos de historias reales para hacer nuestras pel¨ªculas. Ten¨ªamos muy claro que deb¨ªan funcionar como pel¨ªculas. En los documentales previos todav¨ªa nos comimos m¨¢s el tarro en el montaje, porque est¨¢s jugando con elementos de la realidad. Un compa?ero dec¨ªa que en el cine hay que ser m¨¢s fiel a la realidad que a la verdad, porque al final se trata de eso, de hacer cine.
Alejandro Amen¨¢bar. Obviamente, Mientras dure la guerra es hist¨®rica y siempre hablo de respetar el esp¨ªritu de lo que est¨¢s haciendo. Es imposible, e incluso aburrido, ser fiel a la letra. Hay veces que la reconstrucci¨®n tiene un elemento de morbo, desde luego, pero en general tienes que estar jugando, plegando, moviendo el puzle para que encaje cinematogr¨¢ficamente. Luchas por encontrar el equilibrio para no traicionar lo que pas¨®. En este filme hubo tentaciones de dinamizar la historia, pero eso supon¨ªa traicionar lo ocurrido... y ah¨ª decides envain¨¢rtela y ser fiel.
Pedro Almod¨®var. Es muy distinto si hablamos de la Historia, con may¨²sculas, que de una historia. La Historia que ha pasado a los libros no debe ser alterable, aunque tenemos buenos ejemplos de esa traici¨®n en, por ejemplo, el cine de Tarantino. En dos ocasiones, al menos, cambia una realidad que conoce todo el mundo. Y lo hace no por mentir o crear algo artificial, sino por su creencia absoluta, y casi demente, de que la ficci¨®n mejora la realidad. Yo tambi¨¦n he hecho una pel¨ªcula sobre mi realidad. Todas mis pel¨ªculas se han basado en algo real: una noticia del peri¨®dico, un hecho visto en televisi¨®n¡ y esa realidad siempre me ha proporcionado los primeros minutos del guion. Pero si me interesan suficiente esas primeras p¨¢ginas, soy yo quien tiene que seguir escribi¨¦ndolas. Todo el mundo ve Dolor y gloria como un relato autobiogr¨¢fico, porque es la primera vez que me tomo a m¨ª mismo como referencia para un personaje principal, y algunas cosas vienen directamente de la realidad, vividas por m¨ª o por mi hermano o por mi hermana¡ Me apropio de mis recuerdos y de los de mi familia y amigos, los hago m¨ªos, para con ello crear la ficci¨®n. A m¨ª solo me preocupa que el resultado sea veros¨ªmil en cuanto a lo cinematogr¨¢fico.
A m¨ª me parece terrible que de pel¨ªculas como 'El irland¨¦s' o 'Historias de un matrimonio' te enteres por casualidad que llegan al cine
Pedro Almod¨®var
Oliver Laxe. Los caminos a la verdad son diversos: ficci¨®n, documental... Digo verdad no en sentido moral, sino en el de belleza, justicia¡ Esa emoci¨®n que sientes especial ante una obra de arte. En mi caso Lo que arde se ha hecho en el valle en que naci¨® mi madre, un terreno que conozco muy bien, un sitio donde se corta el pan de una determinada manera, donde se habla a los animales de una determinada manera, y a m¨ª esos gestos, ese patrimonio inmaterial, como cineasta me interesan mucho. Me fascinan esas texturas. Y al mismo tiempo que quiero evocar, hay esa dimensi¨®n de lo real que me parece muy sabroso.
P. A. T¨² hablas de los detalles y en mis pel¨ªculas son todos absolutamente reales. Mis comedias pueden ser exageradas, a veces demasiado, pero la verosimilitud la obtengo usando unas bases reales que son, por ejemplo, el modo de hablar.
O. L. Y por eso llegamos a la conclusi¨®n de que todas esas terminolog¨ªas de documental o ficci¨®n son muy generales. Todo son mentiras, pero esperamos que sean bellas mentiras.
El mundo de los festivales
Las cuatro pel¨ªculas presentes en este debate arrancaron su carrera en festivales. Dolor y gloria y Lo que arde se estrenaron en el certamen de Cannes (donde ambas lograron premios), y Mientras dure la guerra y La trinchera infinita lo hicieron en San Sebasti¨¢n. En un momento en que los festivales se est¨¢n convirtiendo en el ¨²timo reducto para poder ver algunas pel¨ªculas en pantalla grande, ?qu¨¦ opinan los directores?
A. A. Este a?o ha ocurrido una cosa muy significativa, y es que la pel¨ªcula que gan¨® el Le¨®n de Oro de Venecia, Joker, se publicitaba en Espa?a sin alusi¨®n alguna al premio. Alguien ha llegado a la conclusi¨®n de que incluir el palmar¨¦s de Venecia, nada menos, pod¨ªa restar. Es una decisi¨®n muy consciente. Quiz¨¢ se hayan distanciado los festivales de lo que entendemos como p¨²blico, que el paso por los festivales ya no signifique tanto en muchos casos para t¨ªtulos que solo logran una presencia discreta en la sala. A m¨ª los festivales me encantan.
J. M. G. Supongo que tambi¨¦n depender¨¢ del tipo de pel¨ªcula. Una de superh¨¦roes va a otra audiencia. Y s¨ª, he o¨ªdo esa teor¨ªa de que a una clase de p¨²blico un cartel con muchas estrellas de cr¨ªticos y muchos laureles de festivales les echa para atr¨¢s. En el cine que hacemos nosotros, aunque sea tan diferente, ser¨ªa un plus muy grande ganar premios.
A. A. Lo mismo tambi¨¦n viene determinado por hacia d¨®nde va el cine de las salas, ya que ah¨ª es cada vez m¨¢s dif¨ªcil encontrar un cine¡ llam¨¦mosle serio, dramas. Se proyectan pel¨ªculas de arte y ensayo y superproducciones, con lo que el cine de en medio, del que tambi¨¦n se nutr¨ªan los festivales, se asfixia.
Me niego a pensar que haya que modificar el lenguaje porque haya chavales que lo vayan a ver en un m¨®vil Alejandro Amen¨¢bar
O. L. Los festivales son una bendici¨®n y tambi¨¦n un peligro. A m¨ª me han salvado. Y al mismo tiempo, puede ser una zona de confort¡ Es maravilloso encontrar un p¨²blico con el que puedes tener un di¨¢logo muy bonito, muy f¨¦rtil. Pero al mismo tiempo es una ¨¦lite autista. A m¨ª eso me preocupa. Lo bello del cine es la mezcla de alta cultura y cultura popular, y a veces eso se olvida en los festivales.
P. A. Las pel¨ªculas tardan tanto en estrenarse o se estrenan de un modo tan irregular que importan los festivales. Sumas, y alg¨²n espectador se sentir¨¢ atra¨ªdo por ese reclamo. Todo lo que signifique visibilizar el cine en estos momentos de pleno cambio es bueno.
J. M. G. Yo no soy muy consciente del cambio y lo digo como un error m¨ªo. Como espectador soy muy cl¨¢sico y me gusta vivir la experiencia de que se apaguen las luces y arranque una imagen y un sonido¡
P. A. Rodeado de extra?os.
J. M. G. Exacto. F¨ªjate, creo que me gusta m¨¢s que ver cine ir al cine. Y si eso se pierde sufrir¨¦ como espectador.
P. A. Pero eres consciente de que en Espa?a hay comarcas enteras sin una sola pantalla. Aqu¨ª vivimos una realidad ¡ªque por ejemplo no ocurre en Francia¡ª en la que la necesidad de vivir la experiencia cinematogr¨¢fica la sentimos cada vez menos gente.
Las cadenas privadas de televisi¨®n apuestan solo por un tipo de pel¨ªcula? Jose Mari Goenaga
J. M. G. A cambio es bienvenido que ese p¨²blico que no puede acceder de otra manera a las pel¨ªculas las pueda ver, que se democratice en cierta forma esa experiencia. Puede que empecemos a pensar en una pantalla m¨¢s peque?a y modifiquemos la forma en que trabajamos.
A. A. Ahora que voy a hacer una miniserie, me niego a pensar que haya que modificar el lenguaje porque haya chavales que lo vayan a ver en un m¨®vil. Las historias se tienen que contar como se tienen que contar y verse en una pantalla grande. El cine en salas no va a desaparecer, aunque se mantendr¨¢n los blockbusters, las pel¨ªculas de acci¨®n¡ Y la sed de dramas, de filmes serios, se va filtrando a trav¨¦s de las plataformas, que permiten que la gente vea m¨¢s historias que nunca. ?Qu¨¦ es lo inquietante de eso? Me siento un poco dinosaurio dici¨¦ndolo, pero me gusta contar historias y que me las cuenten. Cuando eres ni?o y te pones delante de una estanter¨ªa entera de botes de chocolate, te vuelves loco. Y a la vez acabas harto del chocolate. Ahora mismo hay much¨ªsimo contenido, todo el mundo est¨¢ contando historias¡ Pero, ?ad¨®nde nos va a llevar esto? Esa es mi inquietud en el formato. Y otra inquietud tiene que ver con la autor¨ªa. Las plataformas sobre todo lo que quieren es un contrato de suscripci¨®n, obtener millones de clientes, y para eso necesitan un chorro de contenido. Y ah¨ª el autor queda diluido. Se est¨¢ hablando de la marca, como en los antiguos estudios de Hollywood, y no de los responsables de los contenidos.
P. A. Lo veremos en los pr¨®ximos a?os, Alejandro. Ojal¨¢ hagas una pel¨ªcula despu¨¦s de las series, porque ahora mismo si uno piensa en un mont¨®n de directores espa?oles de primera l¨ªnea todos est¨¢is haciendo series. Yo me pregunto: ?cu¨¢l va a ser la producci¨®n espa?ola cinematogr¨¢fica del a?o que viene? Las plataformas han llegado como un tsunami, con aspectos positivos como que todo el mundo est¨¢ trabajando, o que haya m¨¢s oferta de ficci¨®n que nunca, pero est¨¢ cambiando el modelo de ver la ficci¨®n. Eso pretend¨ªan desde el principio y lo est¨¢n consiguiendo. A m¨ª me parece terrible que de pel¨ªculas como El irland¨¦s o Historias de un matrimonio te enteres por casualidad que llegan al cine, porque no hay inter¨¦s en que sepas que puedes verlas en una pantalla. La sala es un bien cultural esencial, porque el cine se invent¨® para ser proyectado en un lugar mucho mayor que el individuo. Yo soy muy catastr¨®fico en estos momentos, porque el cambio nos pilla en Espa?a sin presupuestos. Esto necesitar¨ªa un an¨¢lisis de la situaci¨®n, que a las plataformas se les exija que parte de sus ganancias se inviertan en Espa?a.
O. L. En la pantalla grande hay una relaci¨®n misteriosa con el cine. Salimos embriagados, transformados, levitando¡ Por la relaci¨®n con la pel¨ªcula y con los espectadores. Es un misterio.
A. A. La comuni¨®n que se da en una sala no pasa en otros sitios.
Los cineastas somos, como poco, animales en extinci¨®n. Y estamos en un zoo
Oliver Laxe
O. L. Los cineastas somos, como poco, animales en extinci¨®n. Y estamos en un zoo donde nos dicen que pongamos al lado de los guardias de seguridad a estos cazadores, las plataformas, sobre todo las que vienen de fuera, para que convivamos juntos. Pues no, no se puede. Y hablamos de plataformas que ni pagan impuestos. M¨¢s all¨¢ de todos estos debates, hay una pregunta sustancial: ?son mejores las pel¨ªculas desde que hay plataformas? Y la respuesta es no, radicalmente no. Los defensores de las plataformas son los primeros que te lo dicen. Y prueba de ello es que siempre que se habla de este debate y de Netflix, solo se habla de?Roma. Cuando, ?cu¨¢ntas pel¨ªculas ha hecho Netflix en 10 a?os? Cientos y solo se habla de esa.
P. A. Es que a lo mejor hay que crear una reserva cultural para proteger el ecosistema cinematogr¨¢fico. Porque las plataformas apuestan por el mainstream local, y no contemplan a nuevos creadores. Desde el Ministerio deber¨ªan vigilar y ayudar a quien empieza. Nosotros cuatro lo tenemos m¨¢s f¨¢cil, pero los debutantes son el futuro.
O. L. Y la plataforma es un caramelito envenenado para algunos j¨®venes. Porque es un dinero f¨¢cil, que no hay que pelear mucho¡
J. M. G. Eso no solo pasa con las plataformas, sino con las cadenas privadas de televisi¨®n, que apuestan solo por un tipo de pel¨ªcula. Habr¨ªa que impulsar que parte de esas ganancias se deriven en un cine distinto.
O. L. Al menos las plataformas han demostrado que el p¨²blico no es algo p¨¦treo. En muchas televisiones se dec¨ªa: "Es que el espectador quiere esto". Pues no: el nivel creciente de las series extranjeras ha empujado a aumentar la calidad de las espa?olas. Dejemos de hablar del espectador como algo que no es org¨¢nico. Al espectador lo creamos entre todos, y tenemos que elevar el nivel.
A. A. Lo que me preocupa que saques un guion de un caj¨®n y pienses: ¡°Esto no lo voy a levantar porque como no es una serie¡¡±. Y que cambies para adaptarte al formato, a una temporada, a dos temporadas. Ah¨ª es cuando te asustas.
Acabada la charla, llega el momento de las fotograf¨ªas. Goenaga comenta su nerviosismo. Laxe charla sobre detalles de Dolor y gloria, y Almod¨®var coge del brazo a Amen¨¢bar y confiesa: "Mira, Alejandro, mi pr¨®ximo proyecto es...". El sonido se diluye mientras el cuarteto se aleja.
Babelia
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