Gwyneth Paltrow en Netflix, un problema de salud p¨²blica
'The Goop Lab', el nuevo programa de la plataforma, es todo un manual de uso de las falacias y argucias con las que se defienden los falsos remedios
El mayor hallazgo de saga de Austin Powers, aquella parodia loca de James Bond, fue recordarnos que los esbirros del supervillano tambi¨¦n son personas. ¡°La gente no sabe lo mucho que sufre la familia de un esbirro¡±, dec¨ªa apenada la viuda de uno de los sicarios del Doctor Maligno tras recibir la fat¨ªdica llamada: su marido hab¨ªa muerto al enfrentarse al h¨¦roe. Todo es sufrimiento en la vida del esbirro, como bien muestran los goopers, los secuaces de Gwyneth Paltrow, en la nueva y pol¨¦mica docuserie de Netflix. Porque el objetivo del programa The Goop Lab, en Netflix, es la promoci¨®n de la marca y lo importante es, sin duda, el terrible da?o que este show le hace a la confianza popular en la ciencia, la medicina y las decisiones informadas. Pero el verdadero hilo conductor lo protagonizan los minions del emporio-credo de remedios alternativos y patra?as car¨ªsimas que dirige Paltrow, mi supervillana favorita.
En todos los episodios vemos llorar a los goopers, que se embarcan en viajes cat¨¢rticos en los que probar remedios con escasa base cient¨ªfica
Paltrow, con su sonrisa angelical y sus recuerdos de La Mancha, es una amenaza para la salud p¨²blica. Lo es desde que se dedica a la promoci¨®n de su proyecto, el portal de productos para el bienestar Goop, como no dejan de repetir los especialistas. Y en el caso actual, con la complicidad de una plataforma de alcance planetario como Netflix. Cada uno de los seis cap¨ªtulos del show son media hora de pruebas contra ella, que decide someter a sus umpa-lumpa hipsters a todo tipo de tropel¨ªas pseudocient¨ªficas: exige a los trabajadores unos riesgos f¨ªsicos y emocionales a los que ella casi no se expone, limit¨¢ndose a comentarlos desde el sof¨¢. Paltrow act¨²a como el general que dirige las tropas en un Humor amarillo dedicado a la desinformaci¨®n sanitaria y sus empleados como concursantes que se estampan en los muros embarrados que levantan los vendedores de crecepelo.
En todos los episodios vemos llorar a los goopers, que se embarcan en viajes cat¨¢rticos en los que probar remedios con escasa base cient¨ªfica, con mucha pornograf¨ªa sentimental, ret¨®rica de autoayuda y frases de Mr Wonderful. En uno de los episodios incluso llora quien no se esperaba que lo hiciera: mientras ¡°una de las mejores m¨¦diums del mundo¡± da palos de ciego inventando datos random para que encajen con la biograf¨ªa de la ¨²nica empleada esc¨¦ptica, de pronto aparece entre l¨¢grimas otra mujer del equipo de rodaje convencida de que est¨¢n hablando de ella. ¡°Es lo que pasa cuando me abro¡±, asegura aliviada la mentalista, que escapa con total naturalidad del rid¨ªculo. Imaginen una doctora que receta el tratamiento que necesita una persona de la sala de espera en lugar del paciente que est¨¢ atendiendo y que se justificara as¨ª: ¡°Es que me he abierto mucho y he diagnosticado al de fuera¡±. En The Goop Lab eso es un ¨¦xito, siempre que te falten los mismos escr¨²pulos que a la m¨¦dium, a Paltrow y al departamento de contenidos de Netflix, que se permiten el lujo de arrancar cada cap¨ªtulo con una advertencia de siete segundos que asegura que la serie es para ¡°entretener e informar, no para ofrecer consejos m¨¦dicos¡±.
Gwyneth Paltrow welcomes you to The Goop Lab on January 24 pic.twitter.com/ZzeEEbAy9L
— See What's Next (@seewhatsnext) January 6, 2020
Sin embargo, el programa es todo un manual de uso de las falacias y argucias con las que se defienden los falsos remedios, como convertir lo anecd¨®tico en prueba y disfrazarlo todo con apariencia cient¨ªfica. Paltrow finge una simple conversaci¨®n entre amigas mientras alienta el recelo hacia terapias m¨¦dicas convencionales y pasa por alto los riesgos de las pseudoterapias que propone. ¡°Las ideas m¨¦dicas deber¨ªan ser estudiadas antes de que se puedan ofrecer a la gente como una opci¨®n¡±, resum¨ªa la ginec¨®loga Jennifer Gunter, popular archienemiga de Paltrow.
Uno de los episodios est¨¢ protagonizado por un charlat¨¢n que ¡°canaliza la energ¨ªa para curar¡± a la gente con sus manos y nadie lo pone en duda. En cambio, ¨¦l se permite el lujo de decir que hay que actualizar la medicina con sus pr¨¢cticas: ¡°La ciencia todav¨ªa no est¨¢ preparada para medir la cura mediante energ¨ªas¡±. De este modo, el show se convierte en una gota malaya que mina la confianza en los verdaderos especialistas. ¡°Adem¨¢s de promocionar ideas y productos que no han sido probados, contribuye a la erosi¨®n del pensamiento cr¨ªtico¡±, asegura Tim Caulfield, experto en salud p¨²blica. Caulfield public¨® hace cinco a?os un libro titulado ?Est¨¢ Gwyneth Paltrow equivocada en todo? en el que cargaba contra un sistema de celebrities y medios que promocionan entre el p¨²blico la peligrosa creencia de que todo tiene remedio lejos de las consultas m¨¦dicas.
¡°La ciencia todav¨ªa no est¨¢ preparada para medir la cura mediante energ¨ªas¡±, asegura un pseudoterapeuta
Y aqu¨ª es donde llegamos al meollo de lo que supone este programa: premiar la charlataner¨ªa. En todo este tiempo, las cr¨ªticas a Goop crec¨ªan tanto como su cuenta de resultados (250 millones de d¨®lares en 2018, seg¨²n el New York Times). Paltrow no esconde que se lucra con cada pol¨¦mica: ¡°Monetizo esos globos oculares¡±, aseguraba. Y liga esas controversias a una palabra que grita ante sus seguidores muchas veces: ¡°?Vagina! ?Vagina! ?Vagina!¡±. La actriz y empresaria se sirve de la sexualidad femenina como reclamo, como pretexto, como escudo frente a las cr¨ªticas y como fuente de pol¨¦micas orquestadas para lucrarse con la atenci¨®n que los medios le regalamos. Busquen en internet: cada poco tiempo, Goop lanza una idea descabellada que involucra a la vagina: huevos de jade para introducir en la vagina, infusiones para limpiar la vagina, la vela que huele a vagina. Hay pol¨¦micas, los medios picamos, los productos se agotan (sea cierto o un simple truco promocional) y su web se llena de ojos que monetizar. Los medios no deben ser altavoz, pero los divulgadores y la prensa deben rebatir la filfa porque es su obligaci¨®n. ?Y cu¨¢l es la imagen promocional de este programa? Troleo m¨¢ximo: Paltrow dentro de una vagina. Curiosamente, Paltrow no sabe lo que es una vagina y no le importa que lo veamos en su programa.
¡ª??Est¨¢s lista para hablar de vaginas? Es nuestro tema favorito: ?Vaginas!, grita Paltrow.
¡ª?La vagina es solo el canal del parto ¡ªle corrige una sex¨®loga¡ª, tienes que hablar de la vulva.
¡ª?Es una lecci¨®n de anatom¨ªa que no¡ Pensaba que la vagina era todo¡
Cada poco tiempo, Goop lanza una idea descabellada que involucra a la vagina, para lucrarse con la pol¨¦mica
Da igual. Del mismo modo que lleva a nuestras casas a gur¨²s que confunden conceptos b¨¢sicos de la medicina, ella puede ser la mayor abanderada de las vaginas sin saber de lo que est¨¢ hablando. Y no es un tema menor: muchas de las cr¨ªticas que le han llovido a Paltrow vienen de mujeres hartas de su falso feminismo marketiniano, que se sirve de la ret¨®rica de empoderamiento para defenderse de las cr¨ªticas mientras reproduce los clich¨¦s decimon¨®nicos de la mujer que debe sufrir un calvario para mostrarse radiante para los dem¨¢s¡ previo pago. (Entro en su web, secci¨®n Hombres: solo hay jerseys por m¨¢s de 450 d¨®lares la pieza. Vale, tampoco es para m¨ª). En The Goop Lab el sacrificio y la voluntad desempe?an un papel fundamental: si tirarte al agua helada no te cura la ansiedad, si la energ¨ªa no se canaliza bien por tu cuerpo, es porque no has puesto todo de tu parte. Adem¨¢s de mermar la confianza en la medicina, tiene un mensaje profundamente individualista y clasista: todos podemos ser tan intuitivos, energ¨¦ticos o resistentes como los charlatanes de Goop, pero solo sanas si te esfuerzas y si puedes pagar un caro coach personal o un viaje para drogarte en Jamaica. Si te gusta que se frivolice con la enfermedad, que se mercantilice el bienestar y se ponga en riesgo la salud p¨²blica, hasta ahora ten¨ªas YouTube; ahora, tambi¨¦n lo tienes en Netflix.
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