¡°Gracias, Jos¨¦ Luis G¨®mez¡±
Decenas de profesionales del teatro participan en el homenaje al fundador del Teatro de la Abad¨ªa en el 25? aniversario del centro
La palabra ¡°gracias¡± es lo que m¨¢s se oy¨® ayer en el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid. Se cumple el 25? aniversario de la instituci¨®n y anoche arrancaron las celebraciones con un homenaje a Jos¨¦ Luis G¨®mez, su fundador y director hasta el a?o pasado, cuando cedi¨® el tim¨®n a Carlos Aladro. En primera fila, solemne, justo bajo el centro de la c¨²pula de la bella iglesia en la que se ubica el escenario principal del teatro, G¨®mez escuch¨® emocionado durante cerca de dos horas las alabanzas y los agradecimientos de un centenar de compa?eros de profesi¨®n, amigos y c¨®mplices que lo acompa?aron desde el principio en su proyecto de la Abad¨ªa.
¡°Maestro¡±, ¡°buscador de la verdad¡±, ¡°director exigente e implacable¡±, ¡°perfeccionista¡±, ¡°se?or de la palabra¡±, ¡°generador de ilimitada felicidad¡±¡ son algunas de las variadas virtudes que se le atribuyeron. Pero hubo otra en la que todos coincidieron: ¡°transformador de la escena¡±, reconociendo la importancia del proyecto de la Abad¨ªa en la renovaci¨®n del teatro espa?ol del ¨²ltimo cuarto de siglo, tanto por la excelencia de sus montajes como por la formaci¨®n de buena parte de la nueva generaci¨®n de actores que ahora puebla los escenarios del pa¨ªs. ¡°?Soy yo de veras el que acaba de ser descrito?¡±, se pregunt¨® asombrado el homenajeado en su intervenci¨®n cuando las loas hubieron acabado. A lo que ¨¦l mismo se respondi¨® con una cita de Don Quijote: ¡°Yo no s¨¦ si soy bueno, pero s¨¦ decir que no soy el malo¡±.
El acto comenz¨® como todas las representaciones que se han visto a lo largo de los 25 a?os de existencia de la Abad¨ªa: con el ta?ido de una campana de mano. As¨ª lo estableci¨® G¨®mez desde la primera funci¨®n con el prop¨®sito de conservar el aura sagrada del edificio y acentuar el car¨¢cter ceremonial del teatro. El p¨²blico arranc¨® a aplaudir en cuanto reconoci¨® a Gloria Navarro, jefa de sala del teatro desde su fundaci¨®n hasta que se jubil¨® hace cuatro a?os, con la campana de nuevo en la mano. El patio de butacas estaba lleno de conocidos que se sab¨ªan bien el rito: actores como Gonzalo de Castro, Ana Bel¨¦n, Carlos Hip¨®lito, Jos¨¦ Luis Alcobendas, Emilio Guti¨¦rrez Caba, Beatriz Arg¨¹ello, directores como Alfredo Sanzol, Helena Pimenta o Llu¨ªs Pasqual, los escen¨®grafos Kurt Allen Willmer o Ricardo S¨¢nchez Cuerda, el iluminador Juan G¨®mez Cornejo, el m¨²sico Amancio Prada. Estaban tambi¨¦n representantes de las tres instituciones que financian la Abad¨ªa: el ministro de Cultura, Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Uribes, junto a la plana mayor del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas de la M¨²sica; la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, y Jorge Moreta en nombre del Ayuntamiento de Madrid.
En el escenario, entre reliquias de escenograf¨ªas de espect¨¢culos emblem¨¢ticos (la alfombra de Aza?a, el perchero de Cernuda, los fot¨®foros del Mes¨ªas), el primero en hablar fue Gregorio Mara?¨®n, presidente de la Fundaci¨®n Teatro de la Abad¨ªa, que cont¨® c¨®mo se forj¨® el proyecto: idas y venidas a las instituciones en busca de apoyo para un tipo de teatro que no exist¨ªa entonces en Espa?a, un centro de creaci¨®n y formaci¨®n con financiaci¨®n enteramente p¨²blica pero gesti¨®n privada y totalmente independiente de los vaivenes p¨²blicos, siguiendo el modelo de los grandes teatros de arte europeos. Habl¨® despu¨¦s Carlos Aladro, sucesor de G¨®mez al frente de la Abad¨ªa, ¡°un inesperado y extraordinario privilegio¡±: ¡°La mejor manera de corresponder a un regalo es aceptarlo con alegr¨ªa y asumir el doble desaf¨ªo que supone: preservar un legado y a la vez darle un nuevo vuelo¡±.
Juan Luis Cebri¨¢n, acad¨¦mico de la Real Academia Espa?ola, record¨® la entrada de Jos¨¦ Luis G¨®mez en esa instituci¨®n y repas¨® algunos de los grandes personajes que ha encarnado el actor, Arturo Ui, Aza?a, la Celestina, Unamuno. Llu¨ªs Homar, actor y actual director de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, ejerci¨® de presentador del acto y record¨®, entre otras an¨¦cdotas, la noche en la que G¨®mez y ¨¦l sufrieron un ataque de risa en medio de una funci¨®n. Ernesto Arias, actor ligado a la Abad¨ªa desde sus inicios, agradeci¨® su labor de formaci¨®n. Vicente Fuentes, maestro de voz, subray¨® la importancia que siempre le ha dado G¨®mez a la palabra. Rosario Ruiz Rodgers, responsable del departamento de formaci¨®n, glos¨® el esfuerzo del fundador por alcanzar siempre la excelencia. Y el abogado Antonio Garrigues Walker, gran aficionado al teatro y espectador habitual de la Abad¨ªa, asegur¨® que nunca hab¨ªa visto ning¨²n espect¨¢culo malo en ese escenario.
Durante el acto se proyectaron tambi¨¦n numerosas im¨¢genes de espect¨¢culos dirigidos o interpretados por G¨®mez y v¨ªdeos con saludos de profesionales de las artes esc¨¦nicas y figuras del mundo? de la cultura que no pudieron acudir al homenaje: directores internacionales como Declan Donnellan, Georges Lavaudant, Fabrice Murgia, Krystian Lupa o Eugenio Barba y destacados nombres espa?oles como Emilio Lled¨®, Andr¨¦s Lima, Jos¨¦ Mar¨ªa Pou, Ernesto Caballero, ?lex Rigola, Xavier Albert¨ª, Joan Matabosch, Clara Jan¨¦s, Luis Mar¨ªa Anson o Pedro Almod¨®var.
Finalmente N¨²ria Espert, escueta, cediendo todo el protagonismo al homenajeado, invit¨® a subir al escenario para cerrar el acto.
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