Juan Madrid, la pervivencia de un cl¨¢sico callejero
El autor, uno de los fundadores del g¨¦nero negro en Espa?a, recibe el Premio Pepe Carvalho, un reconocimiento a su capacidad para convertirse en el crudo cronista de una ¨¦poca
La culpa de todo la tuvo un certificado de buena conducta moral que el franquismo neg¨® a un joven Juan Madrid, licenciado tard¨ªo y aspirante a profesor de historia. Madrid (M¨¢laga, 72 a?os) se ech¨® entonces en brazos de su verdadera vocaci¨®n, la ¨²nica: contar historias. Inici¨® as¨ª una carrera period¨ªstica y literaria que se le ha valido, casi medio siglo despu¨¦s y con m¨¢s de 50 novelas en su haber, el Premio Pepe Carvalho del festival BCNegra que recibe este jueves en Barcelona. ¡°Cuando yo era peque?o, en M¨¢laga hab¨ªa mucha tradici¨®n oral. Yo contaba cuentos a mis hermanos o me inventaba los argumentos de las pel¨ªculas con las fotos que ve¨ªa en la pared del cine Alb¨¦niz¡±, recuerda a este diario en una soleada ma?ana de esta semana en Madrid, ciudad a la que lleg¨® en su juventud.
Gran cronista de la Transici¨®n, de la Movida y el desencanto posterior, Madrid supo plasmar en las ocho novelas protagonizadas por el expolic¨ªa y antiguo boxeador Toni Romano la vida nocturna que hab¨ªa conocido desde muy joven. Vendedor de puros en la calle Desenga?o, donde complementaba por la noche y los fines de semana su sueldo como botones en la editorial Alfaguara, Madrid se empap¨® del argot callejero, del habla de los cabarets de mala muerte. ¡°Fueron mis a?os de formaci¨®n o deformaci¨®n. Me nutr¨ªa del mundo de los drogadictos, los bandidos, las putas. Bares que abr¨ªan a la 1 de la noche, porno clandestino. De todo¡±, rememora.
Publicada en 1980, su primera novela, Un beso de amigo, es un punto de inflexi¨®n en el g¨¦nero policial en Espa?a, hasta entonces infradesarrollado. En aquella ¨¦poca, junto a su amigo Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, creador de Pepe Carvalho, Francisco Gonz¨¢lez Ledesma y Andreu Mart¨ªn refundan el policial en Espa?a y lo llevan a una dimensi¨®n m¨¢s social. ¡°Yo dec¨ªa que la literatura espa?ola estaba catat¨®nica. Manolo dec¨ªa que estaba ensimismada. Ten¨ªamos que pedir perd¨®n por lo que hac¨ªamos. Ahora, eso ha cambiado¡±.
Toni Romano, el hermano macarra de Carvalho
Exboxeador, ex polic¨ªa y antiguo cobrador de deudas, Antonio Carpintero, alias Toni Romano, no es un dechado de virtudes, como reconoce su creador, pero s¨ª un tipo honesto. Se sali¨® de la polic¨ªa porque no soportaba a los que mandaban y tiene como norma no dejarse invitar los por indeseables que pueblan el mundo nocturno que habita. "No es especialmente pulcro. Es honesto pero no va de honesto. No es progre y por eso me tuve que inventar a Juan Delforo, que soy yo, para que pudiera hacer esos discursos progresistas. Un personaje que aprende a escribir novelas leyendo las de Toni Romano. Un juego literario", cuenta Juan Madrid. En Bares nocturnos (2009), un crepuscular Romano es acompa?ado por su hijo en una de las mejores historias de la serie, pero la ¨²ltima palabra sobre el personaje a¨²n no est¨¢ escrita.
M¨¢s tarde, como periodista de sucesos patrullaba esas mismas calles con el inspector jefe Pardeiro, ¡°un polic¨ªa bajo, fuerte y chulo¡±. Lo que aprendi¨® se refleja en Turno de noche y en el resto de novelas de la saga?Brigada central, convertida a finales de los ochenta en serie de televisi¨®n. El autor completaba el retrato de una ciudad que ya no existe con lo que ve¨ªa desde su casa. ¡°Viv¨ªa en la plaza del Dos de mayo. Sal¨ªa a la ventana y ya me documentaba. La gente, los ricos, no ten¨ªan ni idea de la calle, as¨ª que alguien lo ten¨ªa que contar¡±, resume cuando recuerda sus primeras novelas, sus reportajes en?Cambio16, una ¨¦poca que termina para este novelista a principios de los a?os noventa. ¡°D¨ªas contados es el reflejo de ese fin. Por eso est¨¢ dedicado a la generaci¨®n que nos hizo y nos deshizo. A partir de ah¨ª la ciudad cambia¡±.??
El premio, la reedici¨®n de sus libros en la editorial Alianza y el recorrido acad¨¦mico que est¨¢ teniendo su obra en tesis doctorales devuelven a Madrid al primer plano. ?Est¨¢ siendo reivindicado? ¡°Es un t¨®pico, pero a m¨ª me reivindican los lectores. No siempre, pero es as¨ª. Es curioso que me hayan reconocido antes en Barcelona que en Madrid. Ahora, lo m¨¢s bonito del premio es que recuerda a Manolo y eso me ha hecho mucha ilusi¨®n¡±.
El boxeo, la literatura y la vida son un todo para Madrid. En sus a?os mozos conoci¨® en la pensi¨®n en la que viv¨ªa al Negro Qui?ones, un personaje que hab¨ªa sido boxeador y que le ense?¨® a pelear sin fintas, sin amagos. ¡°Lo mismo ocurre con mis libros, no quiero filfa. Soy directo¡±, cuenta para resumir un estilo seco, de frase corta, que ha mantenido a lo largo de los a?os, aunque su ¨²ltimo libro Perros que duermen, fusionara novela hist¨®rica y policial, aunque a lo largo de su carrera haya cultivado el guion o, por ejemplo, el falso true crime en la visionaria Viejos amores (1994).
El anecdotario inagotable de un testigo de excepci¨®n de los a?os que cambiaron Espa?a se mezcla con reflexiones literarias que jalonan las horas de conversaci¨®n. Gald¨®s, Sender o Baroja son referencias constantes en un discurso dominado por su fascinaci¨®n por Cervantes. Su mirada atr¨¢s no es siempre amable: ¡°Mi obra no me desagrada, me sigue gustando, pero me gusta m¨¢s a partir de D¨ªas contados (1993). A lo mejor he escrito demasiado. ?Habr¨ªa sido mejor si hubiera escrito 16 novelas en vez de m¨¢s de 50? Igual. No estoy seguro¡±.
El ictus que sufri¨® cuando repasaba el manuscrito de Perros que duermen (2017) lo cambi¨® todo. ¡°Creo que fue el estr¨¦s de este libro lo que me lo provoc¨®. Hac¨ªa demasiado y estaba demasiado viejo. Pero no me daba cuenta. Le vi las orejas al lobo¡±, reconoce. La vuelta fue dura. ¡°Empec¨¦ con un diario para coger ritmo. Ahora escribo m¨¢s despacio. Me cuesta. Me emociono. Me cabreo. Trabajo mucho, pero soy m¨¢s virgen que la ostia cuando escribo¡±, confiesa. ¡°Me duelen las manos. Ya hace tiempo que no escribo a mano¡±, cuenta mientras agarra el manuscrito de una novela nunca publicada, En esta esquina. Sigue, sin embargo, al pie del ca?¨®n, ma?ana y tarde, en Salobre?a, en su retiro a los pies de un castillo. Est¨¢ a punto de terminar otra novela y quiere hacer una ¨²ltima de Toni Romano, un final en el que su antih¨¦roe tenga su edad. Y tambi¨¦n unas memorias literarias. ¡°Las tengo todas en la cabeza. Pero a ver si no palmo antes¡±.
Un g¨¦nero amable con el sistema
El car¨¢cter contestatario de Juan Madrid se ve muy bien en sus reflexiones sobre el g¨¦nero negro. "El problema de Simenon no es que escribiera mucho. Es que con ¨¦l los polic¨ªas empezaron a ser servidores del Estado. Maigret es un hombre bueno. Con ¨¦l el sistema no est¨¢ en peligro alguno. Y lo mismo pasa, por ejemplo, con Kostas Jaritos. Ya se lo dije a Markaris. ?C¨®mo va a ser un comisario as¨ª?", comenta. Adem¨¢s, asegura, en Espa?a se ha perdido identidad dentro del g¨¦nero porque lo que se cuenta es ajeno. "Aqu¨ª no tenemos el imaginario de la novela policiaca como en Estados Unidos. Lo propio de aqu¨ª es el crimen pasional, no el asesino en serie. Eso es otra cosa. Hay que estar m¨¢s pegados a la realidad y contar conflictos. Si no hay conflicto, ?qu¨¦ me est¨¢s contando?", se pregunta.?
Babelia
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