Tres arque¨®logos achacan falta de rigor cient¨ªfico al hallazgo de Iru?a-Veleia
Los testigos explican que los grafitos excepcionales nunca aparec¨ªan sobre el terreno sino tras los lavados
Todo era inaudito. Los hallazgos del yacimiento vitoriano de Iru?a-Veleia sorprend¨ªan a diario a los arque¨®logos, que se topaban con restos de valor hist¨®rico sin parang¨®n en aquellas excavaciones. Ese 2005 y 2006 se hac¨ªa realidad el sue?o de este gremio. Hasta que empezaron a sospechar que algo fallaba. Era muy extra?o que se hallaran inscripciones jerogl¨ªficas, supuestos caracteres de un primitivo euskera nunca fechado o referencias paleocristianas que a nadie le constaban. Lo m¨¢s raro, en cambio, no era el qu¨¦ sino el c¨®mo: todos estos restos valiosos se notificaban tras pasar por el ¨¢rea de lavado y nunca sobre el terreno.
Los m¨¦todos del grupo Lurmen, que actuaba con una subvenci¨®n de 3,7 millones de euros a cargo de la sociedad p¨²blica Euskotren, desanimaron a Miguel Berj¨®n, ?ngel Apellaniz y Carlos Crespo. Los tres renunciaron el 8 de enero de 2007, 13 a?os y un mes antes de que la Audiencia Provincial de Vitoria juzgue si estos tesoros hist¨®ricos fueron fraude. Ejercen de testigos en una causa que investiga a Eliseo Gil, director del yacimiento y acusado de fraude, y a Rub¨¦n Cerd¨¢n, cuyos informes t¨¦cnicos sobre la autenticidad de los vestigios han sido cuestionados. Ambos se enfrentan a penas de prisi¨®n y multas cuantiosas.
Las declaraciones han transcurrido durante todo este mi¨¦rcoles y han mostrado un denominador com¨²n: la falta de procedimiento cient¨ªfico en la forma de recoger y estudiar los restos. Estos expertos han asegurado que no hab¨ªa control cient¨ªfico suficiente para avalar el valor de los art¨ªculos. No afirman que sean falsos, sino que no hab¨ªa forma de aclarar d¨®nde y c¨®mo los localizaron. Nunca sali¨® nada cuando grabaron las labores con c¨¢mara; nadie vio con sus ojos piezas excepcionales. Ni en aquel plato donde, que se extrajo sin nada destacado, mostr¨® grabados extraordinarios tras pasar por los lavados que realizaba Ainhoa Gil, hermana del director.
Una de las claves de la sesi¨®n ha sido algo tan b¨¢sico como la saliva, que a su vez supone un recurso habitual en el ¨¢mbito de la arqueolog¨ªa, seg¨²n estos testigos. Todo se debe a las suspicacias generadas porque esos hallazgos ¡°an¨®malos¡±, ¡°sorprendentes¡±, ¡°anormales¡± o ¡°chocantes¡± jam¨¢s aparecieron sobre las campas, sino que se ve¨ªan tras pasar por los lavados.
Los especialistas han explicado que es normal ¡°frotar con el dedo o incluso con saliva¡± para comprobar si un resto cuenta con un grafito excepcional. Los vestigios romanos se encontraron en verano, con la tierra seca, as¨ª que no hab¨ªa barro adherido al material que impidiese que observar muescas tan valiosas. Carlos Crespo se lo ha resumido rotundamente a la juez: ¡°Nadie vio un grafito excepcional in situ¡±.
Berj¨®n admite que en Lurmen se excavaba bien, pero que los m¨¦todos de registro y trato del material eran m¨¢s que cuestionables. Sus dos compa?eros y ¨¦l nunca fueron escuchados cuando reclamaron m¨¢s precisi¨®n, pues hab¨ªa restos que se almacenaban durante meses hasta se limpiaban y, a la postre, aparec¨ªan los grafitos. Incluso se toparon con un ¡°bofet¨®n¡± en forma de una broma de ?scar Escribano, quien acept¨® el lunes un a?o de prisi¨®n, que manipul¨® una pieza para hacer parecer que hab¨ªan dado con el primer grabado que alud¨ªa a ¡°Veleia¡±. Apellaniz ha indicado que pens¨® ¡°a ver si ?scar ha hecho m¨¢s y se las est¨¢ callando¡±.
Dudas sobre la autenticidad
La ocurrencia lo cambi¨® todo. El ambiente se hizo tenso. Tambi¨¦n gener¨® suspicacias, pues se cernieron dudas sobre la autenticidad de los jerogl¨ªficos y se apag¨® la euforia ante la riqueza hist¨®rica del material. Berj¨®n ha recordado un episodio cuando dieron con una pieza en la que se le¨ªa ¡°Descartes¡±, fil¨®sofo franc¨¦s muy posterior a la ¨¦poca del yacimiento. Eliseo le dijo exactamente: ¡°?No crees que a alguien del equipo se le puede haber ido la pinza?¡±. Habl¨® tambi¨¦n de personalidades m¨²ltiples. Escribano les hab¨ªa explicado c¨®mo adulter¨® y percuti¨® en los restos. La psicosis se hab¨ªa extendido.
Los testigos han mostrado versiones pr¨¢cticamente id¨¦nticas sobre c¨®mo se divulgaron piezas sin la certeza de ser aut¨¦nticas. Tambi¨¦n en que t¨¦cnicos del Museo de Arqueolog¨ªa vitoriano reclamaron cambios en el modo de limpiar los hallazgos. Y lo m¨¢s importante: en que la comunidad cient¨ªfica no se lo iba a creer por las formas empleadas y las imprecisiones.
Era enero de 2006 cuando Eliseo, mudo ahora en su silla ante la magistrada, cit¨® a los arque¨®logos. Crespo ha narrado que el jefe de la excavaci¨®n les transmiti¨® preocupaci¨®n porque Euskotren pudiera cortar la prestaci¨®n ante la ausencia de resultados: ¡°Era necesario dar la campanada y sacar algo gordo¡±.
-¡°?Y sali¨® algo gordo?¡±, ha preguntado la juez, que se ha abanicado varias veces durante las declaraciones.
-¡°Pues aqu¨ª estamos¡±, le ha contestado el arque¨®logo, flem¨¢tico, a las cinco de la tarde.
Cuatro horas despu¨¦s, segu¨ªan los interrogatorios. Las sesiones para determinar si los relieves los hicieron ciudadanos de Roma o tramposas manos modernas est¨¢n previstas hasta el 18 de febrero.
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