Jos¨¦ Luis Cuerda, un genio que susurraba regalos
El cineasta, fallecido este mi¨¦rcoles, se pas¨® la vida diciendo s¨ª, y siempre pareci¨® que dec¨ªa no
Miguel Rell¨¢n, que fue actor de Jos¨¦ Luis Cuerda, le contaba el otro d¨ªa a Gonzalo Su¨¢rez que ya hab¨ªa menos gente haciendo regalos. Alguien que llegara y le dijera: ¡°Hoy se me has ocurrido para ser otro en el cine¡±. Cuerda hac¨ªa esos regalos. Pero no solo hac¨ªa regalos de cine.
Cuerda sembr¨® vi?as para regalar vinos, se hizo productor para regalar pel¨ªculas que hicieran otros, se hizo director de cine para demostrarle a la Iglesia que era mejor inventor que Dios, y film¨®, por ejemplo, Amanece que no es poco para regalarle a la historia una pieza ¨²nica del arte de la energ¨ªa de burlarse del cielo y de la tierra y de los ciudadanos solemnes. Cada escena de esa pel¨ªcula en concreto es un verso rescatado de Dante o una frase dicha por Plat¨®n al o¨ªdo de los arbustos. Miraba a los ojos de la realidad para transformarla en una met¨¢fora de espuma o de barro. Esa pel¨ªcula tiene su firma, como si firmara un lienzo del Bosco. Una pel¨ªcula que era una mano pintando. La mano de Cuerda.
A Cuerda le gustaba ver gente feliz a su alrededor. Aunque como cualquiera desplazaba el ego que le correspond¨ªa como ciudadano y artista, se pasaba el d¨ªa pensando en c¨®mo ayudar a los dem¨¢s a ser m¨¢s felices con sus regalos. Cuando no pod¨ªa hacerlos en cine, los hac¨ªa en libros, en Twitter, en las conversaciones, en la alegr¨ªa de compartir vino. Como Domingo Savio (y como Rafael Azcona) era el primero en llegar a las citas, y aunque estuviera en la Ribera Sacra o en Albacete, siempre parec¨ªa que estaba al lado. Y, aunque no viniera, siempre ten¨ªa alguna manera sobrenatural de manifestarse.
Se pas¨® la vida diciendo s¨ª, y siempre pareci¨® que dec¨ªa no. Su manera de decir s¨ª era su forma de hacer regalos inesperados. Uno de esos d¨ªas espl¨¦ndidos de Cuerda y de la amistad vi que llegaba a una cita con su amigo Rafael Azcona con un paquete enorme, como un tocadiscos antiguo. ?Y ad¨®nde vas con esto? ¡°Un regalo¡±. ¡°Solo a un loco como t¨² se le ocurre todav¨ªa hacer regalos¡±. Eran como ni?os, hasta que se pon¨ªan a imaginar juntos. Entonces eran dos genios a los que la cabeza les daba la felicidad de ser de otro mundo.
Una de esas veces en que la plenitud era un regalo que se daban juntos concibieron, con el impulso productivo de Fernando Bovaira (que fue un hijo mayor, como Alejandro Amen¨¢bar), La lengua de las mariposas, a partir de cuentos de Manuel Rivas. Ese fue un regalo po¨¦tico al manifiesto civil de la memoria hist¨®rica. Cuidaron ese filme como si fuera un soneto, para contar en ¨¦l lo que ambos sent¨ªan, desde las distintas distancias de la edad: a Azcona, herido de la historia por la penuria riojana en la Rep¨²blica, esa f¨¢bula terrible contada por el poeta gallego le daba exactamente en la parte del coraz¨®n que tiene memoria. Y Cuerda sintoniz¨® con esa m¨²sica dif¨ªcil porque, en la larga posguerra, sigui¨® habiendo, tambi¨¦n en su tierra manchega, maestros con la cara cruzada por aquellas piedras.
Regal¨® pel¨ªculas que ocurr¨ªan en la parte de adentro de su imaginaci¨®n y de sus sue?os. Amanece que no es poco, que pasa a la historia del cine como un precioso objeto surrealista, es una de esas descendencias suyas. Cuerda es esa pel¨ªcula, la m¨²sica de un rebelde que era a la vez pintor y poeta, un genio que susurraba regalos.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.