¡°Los coleccionistas mexicanos han dejado de comprar arte joven¡±
EL PA?S re¨²ne a dos comisarios para debatir sobre el estado de la escena mexicana durante la semana de Zona Maco, la mayor feria de arte de Latinoam¨¦rica
La escena mexicana de arte contempor¨¢neo explot¨® a finales de los a?os 90 gracias a una excitante mezcla de proyectos alternativos y espacios consolidados. Desde entonces ha ido creciendo hasta asentarse como el puente comercial y art¨ªstico del eje norte-sur. En gran parte, gracias a Zona Maco, la mayor feria de Am¨¦rica Latina, que celebra esta semana en la capital su 17 edici¨®n. EL PA?S re¨²ne a dos figuras mexicanas del sector, Humberto Moro y Magali Arriola, curador y directora del Museo Tamayo, para reflexionar sobre el crecimiento de la escena, el nacimiento de nuevas ferias, el estado del coleccionismo y la renovaci¨®n de aquella efervescencia inicial.
Pregunta. ?C¨®mo ha cambiado la escena desde el boom de los 90?
Magali Arriola. Cuando yo empec¨¦ a trabajar a principios de esa d¨¦cada, la escena operaba mucho a nivel alternativo. Poco a poco se fue profesionalizado y a finales de los 90 llega el cambio gracias a diferentes factores: Oswaldo S¨¢nchez, un curador cubano tom¨® la direcci¨®n del [Museo] Carillo Gil y empez¨® a integrar a la generaci¨®n nueva. Galer¨ªas como OMR o Benjam¨ªn D¨ªaz entraron a trabajar con los j¨®venes que ahora est¨¢n ya en la escena establecida internacional, como Francys Alys y Silvia Gruner. Nace tambi¨¦n Kurimanzutto, cuya contribuci¨®n es s¨²per importante, sobre todo en t¨¦rminos de internacionalizaci¨®n. A la vez, Eugenio L¨®pez (el propietario de la Colecci¨®n Jumex), empezaba a coleccionar. Todos estos actores son los mismos que siguen ahora.Pero en estos ¨²ltimos 20 a?os se ha fortalecido un ecosistema maduro de galer¨ªas, colecciones, autores, curadores e instituciones.
Humberto Moro. Para 2010, Maco ya era la feria m¨¢s grande de Latinoam¨¦rica. Pero a la vez, empezaron a surgir iniciativas que recuperaban estos espacios independientes que hab¨ªan muerto en los 2000, como La panader¨ªa o el OPA, que eran lugares donde se hab¨ªa hecho un arte bastante radical. Proyectos como Perros Negros o galer¨ªas muy j¨®venes como Lodos o el programa de Karen Huber dedicado 100% al arte queer, que hace poco era impensable en M¨¦xico. El ambiente comercial de las ferias tambi¨¦n se est¨¢ diversificando con nuevos actores como Material Art Fair o Sal¨®n Acme. Son plataformas para artistas sin cabida en otras estructuras m¨¢s grandes. Y al final, eso se absorbe tambi¨¦n desde arriba. Ahora Maco est¨¢ empezando a dar cabida a proyectos informales. De esa manera se renueva ese ciclo entre mainstream y underground, que sigue caracterizando a la escena mexicana.
P. El mercado global sin embargo tiende a la concentraci¨®n: cinco galer¨ªas se reparten la mitad de las ventas totales, mientras que el 20% de los artistas vivos copan m¨¢s del 60% del mercado ?No sucede lo mismo en M¨¦xico?
M. A. En parte s¨ª, pero este es un pa¨ªs muy generoso, con mucha porosidad. Hay mucha convivencia entre distintos niveles. Kurimanzutto ha abierto su espacio para proyectos independientes y artistas j¨®venes. Acme, por ejemplo, siempre cuenta con un estado invitado para remediar el centralismo, que ha sido una de nuestras flaquezas.
P. ?Los coleccionistas bajan verdaderamente hasta estos estratos del mercado?
H. M. Eso es lo importante. Los grandes coleccionistas mexicanos dejaron de comprar artistas mexicanos en alg¨²n punto de la ¨²ltima d¨¦cada, o por lo menos de artistas j¨®venes. Las nuevas ferias, con precios accesibles y promoviendo artistas en carrera temprana, est¨¢n educando a un nuevo p¨²blico en t¨¦rminos de coleccionismo y patronazgo. Material, por ejemplo, tiene un programa de performance, algo que pocas ferias se atreven a realizar porque parece un poco in¨²til. Son iniciativas muy flexibles, porosas y que mutan a?o por a?o, donde artistas establecidos dialogan con j¨®venes, algo que en otros ambientes no sucede.
P. ?Por qu¨¦ ha emergido M¨¦xico como el puente americano del arte?
M. A. En los 90, M¨¦xico era una escena m¨¢s dentro de Latinoam¨¦rica. Pero cuando Venezuela, Colombia y Argentina, por diferentes razones econ¨®micas y pol¨ªticas, sufren un bache, todo el mundo voltea a ver arriba. Tambi¨¦n tuvo que ver con pr¨¢cticas art¨ªsticas que estaban sucediendo aqu¨ª y que resonaban tambi¨¦n en Europa. En concreto, la est¨¦tica relacional. Ahora estamos viendo un resurgir de las escenas del sur, con la feria de Bogot¨¢ y Buenos Aires. Y con respecto a EE UU, la recepci¨®n est¨¢ siendo m¨¢s abierta. Empiezan a respetar nuestros discursos desde donde los estamos ejerciendo nosotros y no imponi¨¦ndonos su versi¨®n, que es lo que suced¨ªa antes.
H. M. M¨¦xico est¨¢ mucho m¨¢s relacionado con el resto del mundo, principalmente con Am¨¦rica Latina y Europa, que con EE UU. En la ¨²ltima d¨¦cada los artistas j¨®venes han tenido que salir fuera para legitimarse, buscar maestr¨ªas o carreras en Europa sin poner un pie aqu¨ª. Es el caso de Rodrigo Hern¨¢ndez. Tiene galer¨ªas en Europa y ninguna en M¨¦xico.
P. ?Qu¨¦ papel ha jugado Maco en este proceso?
M. A. Antes de que naciera Maco fue fundamental el referente de Expo-arte Guadalajara, con una vocaci¨®n internacional. Por all¨ª pasaron desde Achille Bonito Oliva, embajador de la transvanguardia, o Catherine David, que estaba a punto de hacer Documenta. Luego, Z¨¦lika Garc¨ªa (directora de Zona Maco) retom¨® la iniciativa en Monterrey de manera muy valiente. Y este es otro dato importante: estas iniciativas nunca salieron del antiguo DF. Zona Maco ya se ha trasladado a la capital y ha crecido a pasos agigantados. Es como un aglutinante en el que participamos todos. Porque, como dec¨ªamos antes, no hay un solo mercado.
H. M. Yo tuve la fortuna de trabajar por tres a?os en Maco. Como toda feria especializada, tiene niveles y capas. La parte comercial es lo que dirige toda la iniciativa pero hay tambi¨¦n distintos invitados internacionales que vienen y hacen visitas a artista en su estudio. Existen intercambios suaves que no se pueden medir y que tienen un impacto fort¨ªsimo. Hay tantas cosas que ocurren que no se pueden registrar y que benefician a la econom¨ªa local y al ambiente del arte.
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