Un may¨²sculo desastre
Analizando por encima una parte de las tramas y sucesos de la pel¨ªcula, cada cosa que ocurre resulta m¨¢s rid¨ªcula que la anterior en el guion
Entre los estrenos semanales, el apartado que ocupan las pel¨ªculas de amplio presupuesto provenientes de pa¨ªses de primer orden cinematogr¨¢fico, protagonizadas por estrellas internacionales, distribuidas por empresas de gran poder¨ªo econ¨®mico, que llegan a muchas salas y con amplia cobertura publicitaria, las hay buenas, regulares, decepcionantes y malas (como no pod¨ªa ser de otro modo), siempre teniendo en cuenta su objetivo esencial, ya sea art¨ªstico o puramente comercial. Lo que no suele ocurrir es que sean desastrosas, que no haya por d¨®nde agarrarlas, que resulte chocante incluso el hecho de que existan, que en un proceso de producci¨®n donde intervienen y deciden decenas de personas, nadie haya ca¨ªdo en la cuenta de la ruina de producto que estaban construyendo. El ritmo de la venganza, producci¨®n brit¨¢nica protagonizada por Blake Lively y Jude Law, dirigida por la estadounidense Reed Morano, ambientada en Londres, Madrid, Marsella y Nueva York, alrededor del terrorismo internacional, es uno de esos casos extremos.
EL RITMO DE LA VENGANZA
Direcci¨®n: Reed Morano.
Int¨¦rpretes: Blake Lively, Jude Law, Sterling K. Brown, Amira Ghazalla.
G¨¦nero: espionaje. Reino Unido, 2020.
Duraci¨®n: 109 minutos.
Analizando por encima una parte de las tramas y sucesos de la pel¨ªcula, cada cosa que ocurre resulta m¨¢s rid¨ªcula que la anterior en el guion escrito por el novel Mark Burnell. La joven de buena familia que tras una tragedia espantosa cae no en el abismo de la depresi¨®n sino en la prostituci¨®n y en la hero¨ªna; el obsesionado periodista aut¨®nomo que no trabaja para ning¨²n peri¨®dico, sino que es financiado por un millonario que tambi¨¦n ha sido golpeado por el atentado indiscriminado de un avi¨®n con cientos de personas; el exagente del espionaje brit¨¢nico que se presta a convertir a la yonqui que apenas puede andar sin tambalearse en una fr¨ªa m¨¢quina de matar tras un entrenamiento digno de los marines a base de running y buenos alimentos; el romance m¨¢s falso, sorprendente y poco justificado que se haya visto ¨²ltimamente en un cine.
Farragoso, caprichoso y pedestre en cuanto a sus pasos y a las relaciones entre sus personajes, el libreto de Burnell es llevado a im¨¢genes por Morano con una impostada gravedad donde el dise?o de la m¨²sica creada por Steve Mazzaro, a base de pomposos efectos sonoros que nunca dejan respirar los o¨ªdos, se ve acompa?ada por la mejor colecci¨®n de canciones peor colocadas y utilizadas que se recuerde: temas de Lou Reed, The Mamas & the Papas y Elvis Presley, que empiezan a destiempo y se cortan a machete, que nunca est¨¢n justificados por la letra o por el esp¨ªritu.
Quiz¨¢ esos elementos sonoros est¨¦n ah¨ª para despistar, para otorgar tono trascendente a algo que no llega ni a cinta de venganza de serie B de los a?os ochenta, como bonito envoltorio de un regalo basura. Pero lo ¨²nico que consiguen es acrecentar la birria.
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