El hechizo oriental, de los harenes a la descolonizaci¨®n
Dos exposiciones en Valencia y Sevilla revisan, a partir de las ense?anzas de Edward W. Said, los estereotipos ligados a Oriente Pr¨®ximo, de los harenes y odaliscas del siglo XIX al fin de ese imaginario en la era poscolonial
La experiencia del turismo contempor¨¢neo no se diferencia mucho del viaje que emprendieron Henri Matisse y Francisco Iturrino en 1911. Los dos pintores fueron a T¨¢nger en busca de lo que esperaban encontrar y volvieron reforzados en sus ideas preconcebidas. Sus obras posteriores alimentaron el imaginario sobre un Oriente de odaliscas sensuales y harenes prohibidos. Tampoco los vanguardistas Paul Klee y August Macke cuestionaron el discurso imperante cuando visitaron T¨²nez poco despu¨¦s. De un modo u otro, todos ellos perpetuaron la moda orientalista que inaugur¨® la expedici¨®n napole¨®nica a Egipto entre finales del XVIII y principios del XIX. Y todos ellos est¨¢n representados en la exposici¨®n Orientalismos. La construcci¨®n del imaginario de Oriente Pr¨®ximo y del Norte de ?frica (1800-1958), que revisa, a trav¨¦s de 600 obras, la construcci¨®n de ese imaginario en las salas del IVAM.
No en vano, el orientalismo ¡°es una disciplina inventada por Occidente para poder hablar de su opuesto, de lo que denomina oriental¡±, explica Sergio Rubira, comisario de la muestra junto a Rogelio L¨®pez Cuenca. ¡°Si Occidente es racional, Oriente es irracional. Si Occidente es controlado, Oriente, descontrolado. Si el primero es activo, el segundo es pasivo¡±, a?ade en su descripci¨®n de una serie de estereotipos y clich¨¦s de lo que entonces se presentaba como una fuente de conocimiento y que hoy a¨²n perviven. ¡°Lo que se pone en evidencia, como describir¨ªa Edward W. Said en su c¨¦lebre Orientalismo, es que las producciones culturales van acompa?ando las operaciones militares y la geopol¨ªticas¡±, se?ala Rogelio L¨®pez Cuenca, artista que ha trabajado sobre el har¨¦n como s¨ªmbolo de la sexualidad reprimida de los europeos.
La exposici¨®n no habla de la visi¨®n del otro, sino del enfoque etnoc¨¦ntrico que vehiculan las obsesiones, fantas¨ªas y miedos que proyecta Occidente sobre Oriente, sobre el otro. Y lo hace mediante un recorrido b¨¢sicamente cronol¨®gico, que empieza en 1800 con Napole¨®n y acaba en 1958 con el fin del protectorado espa?ol de Marruecos y la independencia de T¨²nez. Una segunda muestra en el CAAC de Sevilla, Desorientalismos, abarca la etapa posterior, entre finales de los cincuenta y la actualidad. Aborda la misma cuesti¨®n, tambi¨¦n a partir del libro de 1978 de Said, pero desde las aportaciones m¨¢s recientes de creadores del norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo, como Amina Agueznay, Kamrooz Aram o Ariella A?sha Azoulay. Comisariada por Juan Antonio ?lvarez, indaga en una geograf¨ªa producida por el colonialismo y caracterizada por el prop¨®sito de ¡°orientalizar lo oriental¡±. A pesar de las conversaciones iniciales entre el IVAM y el CAAC para perge?ar un proyecto expositivo conjunto, al final cada espacio se ha centrado en sus exposiciones con planteamientos de diferente alcance.
La disposici¨®n abigarrada y recargada de las obras, como remitiendo a los gabinetes decimon¨®nicos, caracteriza el recorrido en el IVAM con la idea de circular entre arabescos. Las pinturas del XIX dan paso a la propaganda sovi¨¦tica de los planes quinquenales (1928-1932) destinada a las rep¨²blicas isl¨¢micas o a las postales de aliento pornogr¨¢fico que sexualizaban a los habitantes de Egipto, T¨²nez o Argelia. El cuadro de un ¨¢rabe traspuesto por haber fumado kif exhibe esa pasividad revelada como un t¨®pico que de manera irracional se convierte en fiereza. ¡°Se describe el mundo ¨¢rabe e isl¨¢mico preso de un fatalismo, una pasividad y una indolencia que se explotan sin explicaci¨®n. Ese es un factor fundamental para las pol¨ªticas coloniales¡±, se?ala L¨®pez Cuenca.
Los neones que reproducen t¨¦rminos conocidos entre el p¨²blico, como hiyab, punt¨²an todo el itinerario, que se detiene en los dise?os de los ballets rusos de Di¨¢guilev, reintroductores en el Par¨ªs vanguardista de la moda orientalista, o en la obsesi¨®n de Picasso por la artista argelina Baya como estereotipo ex¨®tico. La proyecci¨®n de pel¨ªculas permite constatar c¨®mo las pir¨¢mides ¡°se convierten en un decorado perfecto para el cine comercial¡±, apunta Rubira. ¡°Las pel¨ªculas de los a?os cincuenta de Hollywood coinciden con la revoluci¨®n de Nasser en Egipto, que se convierte en un sujeto pol¨ªtico protagonista de la escena mundial, rompiendo con la idea del mundo isl¨¢mico atrasado. Justo en ese momento, la cultura de masas, el cine, contrarresta esa imagen con una vuelta a Simbad el Marino y Las mil y una noches, en un ejemplo de la instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica de la cultura para fijar un imaginario¡±, sostiene L¨®pez Cuenca.
Cine, fotograf¨ªa, dibujos, esculturas, carteles publicitarios y, sobre todo, pintura conforman la ambiciosa exposici¨®n Orientalismos, que ha recibido pr¨¦stamos de numerosas colecciones p¨²blicas y privadas. Hay tambi¨¦n mucha presencia de la fotograf¨ªa, cuyo nacimiento y auge es paralelo a la consolidaci¨®n del concepto de orientalismo. Las im¨¢genes de surrealistas como Man Ray o Lee Miller comparten espacio con las del realismo (pese a la persistencia de los t¨®picos) de los fot¨®grafos sovi¨¦ticos.
Ya en la ¨²ltima sala vuelve la referencia intelectual a Edward W. Said, pero esta vez por algunas de sus lagunas, como la perspectiva de g¨¦nero, seg¨²n apunta Rubira, o la ausencia en su an¨¢lisis de las experiencias fronterizas, como la rusa o la espa?ola, seg¨²n apostilla L¨®pez Cuenca. Al calor del regeneracionismo de 1898, Espa?a propone a la organizaci¨®n de la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs de 1900 representar la identidad del pa¨ªs con la sobriedad castellana. ¡°Pero eso no interes¨® a nadie. La organizaci¨®n quer¨ªa espect¨¢culo, flamenco, la Alhambra¡¡±, se?ala el artista, mientras apunta a las fotograf¨ªas e im¨¢genes parisienses, enfrentadas en la sala a los tradicionales carteles de las fiestas de moros y cristianos, donde los segundos, claro est¨¢, nunca pierden.
Orientalismos. Instituto Valenciano de Arte Moderno. Valencia. Hasta el 21 de junio.
Desorientalismos. Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo. Sevilla. Hasta el 5 julio.
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