Kit de supervivencia cultural para el encierro (d¨ªa 22)
'Babelia¡¯ recomienda los mejores libros, discos, pel¨ªculas, series, c¨®mics y videojuegos para disfrutar en casa
Babelia propone un libro, un disco, una pel¨ªcula, una serie, un c¨®mic y un videojuego cada d¨ªa, mientras dure el confinamiento en los hogares y la par¨¢lisis del sector del ocio, para poder disfrutar de la cultura desde casa.
UN LIBRO: El a?o mil, de Georges Duby
Los n¨²meros redondos y los grandes cataclismos son una mina para la supercher¨ªa, la mayor de las cuales es el fin del mudo, acontecimiento medi¨¢tico de gran magnitud que, como sabemos, ha sucedido ya varias veces. Algunos integristas religiosos ya han dicho que el coronavirus es un castigo divino por el orgullo gay. El Apocalipsis de San Juan ¡ªy no la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn, lo sentimos por Hegel y Fukuyama¡ª ha sido tradicionalmente el libro de instrucciones para interpretar las se?ales que anunciar¨¢n el fin de la historia. All¨ª se relata el arresto domiciliario del mism¨ªsimo Satan¨¢s a manos de un ¨¢ngel, que lo encadena en el abismo durante un milenio. La destrucci¨®n total ya ten¨ªa fecha.
Ese episodio, tan de pel¨ªcula que continuar¨¢, convirti¨® el a?o 1000 de nuestra era en ¡°el centro de las tinieblas medievales¡±, la ¡°ant¨ªtesis del Renacimiento¡±. Las expresiones son de Georges Duby. El gran medievalista e historiador de la vida cotidiana public¨® en 1967 un libro, denso a veces, al que conviene asomarse cada vez que los apocal¨ªpticos toman la palabra: El a?o mil. Lo primero que hizo Duby fue comprobar que de la ¨¦poca feudal no quedaba m¨¢s que una cr¨®nica que hablaba de ese tiempo como un momento tr¨¢gico lleno de signos y prodigios: se¨ªsmos, cometas, plagas. La pega es que la cr¨®nica era del siglo XII. Los estrictos contempor¨¢neos le dieron poca importancia. Es verdad que desde el 860 el uso de la escritura se perdi¨® casi por completo y que fuera de la Iglesia nadie sab¨ªa leer, pero tambi¨¦n es cierto que incluso para los que tem¨ªan la llegada del Anticristo surg¨ªa una duda importante: ?De qu¨¦ milenio se trataba en verdad? ?Del que empez¨® con el nacimiento de Cristo o del que empez¨® con su muerte? ?El de la encarnaci¨®n o el de la redenci¨®n? Como recuerda Duby, para los cristianos del siglo XI ¡ªque eran menos de hacer regalos¡ª la Semana Santa ten¨ªa mucha m¨¢s importancia que la Navidad, lo cual retrasar¨ªa la fat¨ªdica fecha 33 a?os. As¨ª no hay quien haga planes. Feliz Domingo de Ramos. Javier Rodr¨ªguez Marcos
El a?o mil, de Georges Duby. Traducci¨®n de?traduccion de Irene Agoff. Gedisa, 1996. Disponible en Todos tus libros, Casa del Libro y Amazon.
UN DISCO: Welcome Interstate Managers, de Fountains of Wayne
El pasado mi¨¦rcoles fallec¨ªa con coronavirus a los 52 a?os Adam Schlesinger, fundador de Fountains of Wayne. La banda de power pop con sede en Nueva Jersey fue un poco como el virus este. Al principio nadie se los tom¨® en serio, eran una gripe com¨²n, acaso una versi¨®n algo despachurrada de Weezer. Pero siempre hubo mucho m¨¢s en ellos de lo que sus azucaradas melod¨ªas y su forma algo estudiantil de acercarse al lado del pop brit¨¢nico de los sesenta, la new wave y los Beach Boys suger¨ªan. En 2003 explotaron de forma global ¡ªmire, como el bicho de las narices¡ª con Welcome Intersate Managers, un ¨¢lbum que es como construir un rascacielos con plastilina. Llega al cielo, pero muchos piensan que, muy bien, pero sigue siendo plastilina, cuando lo que deber¨ªan tal vez ver es que hay que tener mucho talento para con este material acometer y completar tama?a empresa.
'Mexican wine' parece un tema rock com¨²n, pero habla de lo que estamos haciendo aqu¨ª m¨¢s mal que bien: reunirnos para celebrar la obra de un finado con una copa de vino barato antes de mediod¨ªa. Stacey¡¯s mom es una oda algo simplona a las MILF, una especie de augurio de 'La madre de Jos¨¦' de El Canto del Loco. Es de aquellos temas que te gustan pero no te gusta demasiado que te gusten. A partir de ah¨ª, el disco entra en una fascinante espiral de genialidad e incluso presenta cierta coherencia tem¨¢tica. Es casi un ¨¢lbum conceptual. 'Bright future in sales' es una robusta y adictiva s¨¢tira de la ambici¨®n del oficinista mediocre que se emborracha cada d¨ªa al salir del trabajo. 'Little red light', un tema que no desentonar¨ªa en ninguno de los primeros discos de Elvis Costello, utiliza la met¨¢fora de estar atrapado en un atasco en el t¨²nel e Nueva Jersey direcci¨®n Manhattan para hablar de trabajos que no llevan a ning¨²n sitio y lo hace con ingenioso costumbrismo. 'Hey Julie', una de las cimas de largo, utiliza el folk pop para ametrallar a jefes est¨²pidos que llevan peluqu¨ªn y una corbata de aquellas que se sostienen con un clip. Pero si hay una cima en este disco, un tema que se eleva por encima del mismo y al que es imposible no volver una y otra vez, ese es 'Hackensack'. Se trata de una de las mejores canciones pop que se han escrito este siglo. La historia de un tipo que descubre que su amor no correspondido de Instituto se ha convertido en una estrella de Hollywood (¡°te vi hablando con Christopher Walken en la pantalla de mi televisor¡±), mientras ¨¦l sigue en el pueblo (Hackensack, Nueva Jersey) y ha tenido que dejar su trabajo en una tienda de discos por otro en la empresa de su padre puliendo parqu¨¦s. Es como una pel¨ªcula de Cameron Crowe, como Beautiful girls, como todo lo que se le puede pedir a una canci¨®n: emoci¨®n, sentido del humor, sencillez y ganas de volver a escucharla cada vez que termine, aunque sea con los ojos empa?ados. No exagero si aventuro que el jueves por la ma?ana, tras saber de la muerte de Schlesinger, fuimos legi¨®n quienes hicimos esto. Todo parec¨ªa una broma, ?verdad? Xavi Sancho
Welcome Interstate Managers. Fountains of Wayne. 2003. El disco se puede escuchar en Spotify y Apple Music.
UNA PEL?CULA: Colossal, de Nacho Vigalondo
Si la comunicaci¨®n entre humanos ya es compleja, y con las m¨¢quinas se antoja a veces imposible, ?c¨®mo ser¨ªa la relaci¨®n entre una mujer y un monstruo? Y no nos referimos a Frankenstein o la pareja de La Bella y la bestia. ?Y si una chica, que ha destrozado su vida en Nueva York y vuelve a su pueblo en Nueva Jersey, descubre que tiene una conexi¨®n directa en sus borracheras con una cat¨¢strofe provocada por enorme bicho en Se¨²l? Nacho Vigalondo ¡ª?qui¨¦n si no?¡ª tiende cables espirituales entre estos dos seres, conectando el cine de?kaijus con una tragicomedia sentimental, un c¨®ctel de empoderamiento femenino y godzillas de 30 metros en Colossal (2016). Vigalondo cuenta su germen: "Yo quer¨ªa hablar de una masculinidad t¨®xica. El guion se contagi¨® de esa din¨¢mica desde que me di cuenta de que la protagonista era ella y el antagonista, ¨¦l. Antes de eso solo sab¨ªa que en ese libreto iban a enfrentarse f¨ªsicamente dos adultos mientras en la otra parte del mundo dos monstruos est¨¢n destruyendo una ciudad. No pod¨ªa esquivar la violencia f¨ªsica. Y luego descubr¨ª por qu¨¦ se pegaban: celos, orgullo, necesidad de dominaci¨®n¡±. Luego lleg¨® Anne Hathaway (que film¨® embarazada de seis meses el filme, de ah¨ª sus camisolas anchas) y le dio un vuelco al filme. Colossal ense?a al p¨²blico que incluso en extra?os fen¨®menos puede haber una comunicaci¨®n antes inimaginable. Disfrutona y a la vez dolorosa, la pel¨ªcula esconde otro nivel de comunicaci¨®n, en este caso, entre el director y sus seguidores, como que el pueblo al que retorna la chica protagonista se llama Mainhead, o en castellano viejo, Cabez¨®n (Vigalondo naci¨® en el c¨¢ntabro Cabez¨®n de la Sal), o que el monstruo confiese que lo siente mucho y asegure que eso ¡°nunca volver¨¢ a pasar¡±. Gregorio Belinch¨®n
Colossal. Nacho Vigalondo. 2016. La pel¨ªcula est¨¢ disponible en Netflix y Hulu.
UNA SERIE: Community
La ficticia universidad de la ficticia localidad de Greendale re¨²ne al profesorado y alumnado m¨¢s estramb¨®tico que uno se pueda imaginar. All¨ª recala Jeff Winger, un abogado de ¨¦xito al que en realidad le quedan varias asignaturas para terminar la carrera. En esta universidad formar¨¢ un peculiar grupo de estudio con otros estudiantes que no parecen tener nada en com¨²n entre s¨ª: desde un sesent¨®n racista hasta un paquistan¨ª friki, una treinta?era sin rumbo, una madre de familia, un joven deportista o una inocente veintea?era.
El optimismo y el surrealismo son dos de las se?as de identidad de Community, una comedia con un humor muy particular y con un punto friki con el que es posible que no todo el mundo conecte. La serie es reflejo de su creador, Dan Harmon, un tipo peculiar que es tambi¨¦n uno de los padres de la comedia de ciencia ficci¨®n animada Rick y Morty. Para Community se bas¨® en una experiencia en la universidad con un grupo de estudio que result¨® un desastre absoluto.
La existencia de Community a lo largo de sus seis temporadas es todo un culebr¨®n: Dan Harmon fue despedido de su propia serie al final de la tercera temporada, tras lo que el guionista carg¨® contra los ejecutivos de NBC, tild¨¢ndolos de ¡°completos in¨²tiles¡±. Unos meses despu¨¦s, era el actor Chevy Chase el que abandonaba la producci¨®n tras m¨²ltiples enfrentamientos con buena parte del equipo. La quinta temporada recuper¨® a Harmon al frente del barco. Unos meses despu¨¦s, la serie era cancelada por NBC y repescada poco despu¨¦s por Yahoo! para terminar ah¨ª con su sexta entrega convertida en comedia de culto que ha llevado el humor metarreferencial, irreverente y absurdo por bandera. Natalia Marcos
Community. Dan Harmon. NBC. 2009. Las seis temporadas se pueden ver en Netflix, Amazon Prime Video y Sky.
UN C?MIC: El d¨®lar yanqui, de Johnny Hazard
Hay series cl¨¢sicas que resulta sorprendente que sean tan desconocidas, sobre todo por la influencia fundamental que tuvieron despu¨¦s. Johnny Hazard y Frank Robbins son dos nombres que seguramente sean extra?os para la mayor¨ªa. Pero si les digo que estamos hablando de una serie que sienta las bases del g¨¦nero de aventuras moderno y de un autor que proyecta su influencia narrativa y est¨¦tica durante toda la segunda mitad del siglo XX, con nuestro Carlos Gim¨¦nez como uno de los autores m¨¢s marcados por el estilo de Robbins, espero haber despertado su inter¨¦s. Iniciada en 1944 como una aventura protagonizada, l¨®gicamente, por un piloto militar (la serie se estren¨® el d¨ªa antes del desembarco de Normand¨ªa), segu¨ªa todos los c¨¢nones impuestos por el maestro Milton Caniff con su Terry y los piratas. Sin embargo, acabada la guerra, la serie supo evolucionar r¨¢pidamente y adaptarse a las necesidad de evasi¨®n que requer¨ªa la sociedad de posguerra: Hazard se convierte en un aventurero que antecede claramente a los del cine. Desde los h¨¦roes de las pel¨ªculas de Walsh o Hawks a Indiana Jones, pasando incluso por James Bond, todos beben en alg¨²n momento de Hazard. Todo gracias a la gran labor de Robbins, seguidor fiel del estilo y trazo de Caniff, pero con un sentido de la narrativa de un dinamismo y fuerza incontenible. El pincel del dibujante consigue un trazo vigoroso y nervioso, al servicio de una sentido may¨²sculo del storytelling, de la s¨ªntesis narrativa perfecta para poder contar una historia con tan solo tres o cuatro vi?etas cada d¨ªa. A lo que hay que a?adir un dise?o de personajes magistral, con personalidad propia e inolvidables. Por desgracia, la serie qued¨® en un segundo lugar frente a la supremac¨ªa en la prensa de la posterior Steve Canyon, de igual tem¨¢tica, pero firmada por un indiscutible Caniff, excesivamente ideologizado ya y que nunca pudo superar a su disc¨ªpulo. ?lvaro Pons
El d¨®lar yanqui. Johnny Hazard. Dolmen Editorial, 2018. Se puede leer de forma gratuita en la web de Dolmen Editorial.
UN VIDEOJUEGO: Journey
Los videojuegos, como el cine hace un siglo, est¨¢n en pleno proceso de decisi¨®n de qu¨¦ quieren ser de mayores. El cine, como vemos hoy en d¨ªa, dej¨® a un lado el experimentalismo o la vertiente documental para convertirse, mayoritariamente, en un g¨¦nero narrativo. El videojuego no ha llegado (todav¨ªa) a esos extremos, y hoy en d¨ªa los juegos ¡°argumentales¡± luchan de t¨² a t¨² con experiencias sensitivas, pl¨¢sticas o creativas que se cuelan entre lo mejor que el medio puede ofrecer. Y una de las mejores muestras es Journey.
Creado en 2012 por Thatgamecompany, Journey, como su propio nombre indica, era un viaje, la peregrinaci¨®n que nuestro personaje realizaba desde la sedosa arena dorada de un desierto hasta la nevada cumbre de una luminosa monta?a. Nada m¨¢s. No era necesario. Journey era una oda a los sentidos, una descarga de belleza insuperable, que nos atenazaba con sus im¨¢genes y su ardiente m¨²sica. No un ¡°juego¡±, una experiencia sensorial de primer nivel que nadie que lo haya jugado olvidar¨¢ en mucho tiempo. Jorge Morla
Journey. Thatgamecompany, 2012. Disponible para PS3, PS4, Windows, iOS.
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