N¨²ria Espert: ¡°El teatro es sanador¡±
¡°En los momentos m¨¢s duros de mi vida me he acogido a su protecci¨®n¡±, dice la actriz. Quiere volver cuanto antes a 'Romancero gitano'. Y a un drama de Wajdi Mouawad
El desastre del coronavirus pill¨® a N¨²ria Espert y Llu¨ªs Pasqual en plena gira (y en pleno ¨¦xito) del Romancero gitano. Para no volver al nubarr¨®n negro, la actriz me habla ¡°de la alegr¨ªa de viajar con Lorca y de la acogida del p¨²blico¡±. P¨²blico de Espa?a, de Italia, de Sudam¨¦rica. ¡°No sabemos cu¨¢ndo retomaremos las funciones. Todo es profundamente incierto. Como la misma acogida del estreno¡±, me dice. Le cuento que yo he visto a gente muy joven, para quienes Lorca era una referencia extra?a y lejana, fascinada por el espect¨¢culo. Una chica comentaba a su compa?era: ¡°Yo no hab¨ªa visto ni o¨ªdo una cosa as¨ª¡±. ¡°Es que no nos lo imagin¨¢bamos¡±, le dec¨ªa su amiga. R¨ªe la actriz: ¡°En las compa?¨ªas de revista hab¨ªa antes aquel anuncio que dec¨ªa ¡®El ¨¦xito ha sorprendido a la propia empresa¡¯. Hubiera servido tambi¨¦n para nosotros. Tanto Pasqual como mi hija Alicia como el coproductor, Julio ?lvarez, como yo misma pens¨¢bamos que el Romancero solo ir¨ªa a verlo un p¨²blico que ya lo conoc¨ªa. Nos equivoc¨¢bamos. Ninguno pensaba que se convertir¨ªa en algo tan popular. Hubo muchos aciertos, como cuando Pasqual decidi¨® poner mis recuerdos de infancia en primer plano. Eran cosas que produc¨ªan una gran empat¨ªa. Luego record¨¦ que en La violaci¨®n de Lucrecia ya hab¨ªa notado yo p¨²blico joven en la sala. Y con el Romancero volv¨ª a notar aquel eco, aquel revuelo¡±. Basta repasar su trayectoria para ver que su olfato, su conexi¨®n con los j¨®venes, viene de lejos: de la elecci¨®n de directores tan pronto pudo hacerlo. Nombre tras nombre: V¨ªctor Garc¨ªa, Llu¨ªs Pasqual, Mario Gas, Miguel del Arco. O inusuales estrellas invitadas como Jorge Lavelli o Robert Lepage.
Le pregunto cu¨¢ndo brota su confianza en un director. ?Por su capacidad de escucha, por una confluencia de sensibilidades? Y le recuerdo las frases de Del Arco: ¡°No tiene miedo a nada. Puede dudar de lo que le propones, pero siempre dice: ¡®Vamos a probarlo¡¯, y se lanza¡±. ¡°Es cierto¡±, contesta ella, ¡°y estoy contenta de que sea verdad. Miguel debe ser el que m¨¢s notas me ha dado. Y me las tomo absolutamente en serio, pero muchas veces al d¨ªa siguiente hago una funci¨®n horrorosa porque solo pienso en las notas. No hab¨ªa visto La funci¨®n por hacer, pero lo de Miguel fue amor a primera vista. Cuando me dijo que Lucrecia le parec¨ªa una pel¨ªcula de Tarantino pens¨¦: ¡®Este es mi hombre¡¯. Me volv¨ªa loca, pero es un gran director y un gran hombre de teatro. Y un cielo de persona. ?Sabes una cosa? Yo creo que todo el que tiene talento suele ser un cielo de persona¡±.
L¨¢stima que no haya vuelto a darse un montaje con Del Arco. Ni con Lepage. ¡°Con Miguel seguimos buscando el material para juntarnos. Con Robert Lepage lo ten¨ªamos todo a punto para hacer Madre Coraje en el Mar¨ªa Guerrero, pero una parte de los productores se ech¨® para atr¨¢s en el ¨²ltimo momento¡±. Ha dirigido bastante ¨®pera pero, que yo recuerde, poco texto. ¡°Hice tres montajes de texto: La casa de Bernarda Alba en ingl¨¦s, en Londres, con Glenda Jackson y Joan Plowright; una Medea con Irene Papas, en el Grec, y Contradanza, de Francisco Ors, en Tokio. Pero no me gusta dirigir. Ni ¨®pera ni texto. No pongo el coraz¨®n ah¨ª. Como actriz siento que he hecho algo, y por lo general estoy contecta. En la ¨®pera solo estaba contenta cuando hab¨ªa terminado¡±. Hablamos de un tema eterno: las diferencias entre actores y actrices. Me dice: ¡°Que mis compa?eros me perdonen, pero yo creo que nosotras tenemos mejores cualidades para interpretar. Somos m¨¢s moldeables, sabemos ponernos en peligro. A las actrices nos gusta el riesgo, sorprender y que nos sorprendan. Es parad¨®jico: a un hombre se le pide constantemente que se exponga¡ que se exponga como una mujer¡±. Destellos: ¡°?Dificultades de El rey Lear? Es muy dif¨ªcil estremecerse con ese personaje. Cuando lo sientes cerca, la dificultad se desvanece. Y sin embargo, no atrap¨¦ al Pr¨®spero de La tempestad. Pero no era culpa de Lavelli: fue un error de reparto¡±.
La ¨²ltima vez que nos vimos me dijo que hab¨ªa una obra de Wajdi Mouawad que era de lo poco que le apetec¨ªa hacer como actriz. ¡°Se llama Tous des oiseaux. Es tan bella como Incendios. O m¨¢s. Es una familia donde hay una abuela, unos padres y unos hijos, todos maduros. Y un conflicto y un mensaje absolutamente universales. Me gust¨® locamente. Tengo unos deseos enormes de que este horror se acabe, y volvamos como podamos, porque el teatro es sanador. En los momentos m¨¢s duros de mi vida me he acogido a su protecci¨®n. Primero he de seguir con el Romancero. Y luego he de hablar con Wajdi. Hay unos problemas que espero se solucionen. Espero que todo se solucione cuanto antes¡±.
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