Kit de supervivencia cultural para el encierro (d¨ªa 37)
¡®Babelia¡¯ recomienda los mejores libros, discos, pel¨ªculas, series, c¨®mics y videojuegos para disfrutar en casa
Babelia propone un libro, un disco, una pel¨ªcula, una serie, un c¨®mic y un videojuego cada d¨ªa, mientras dure el confinamiento en los hogares y la par¨¢lisis del sector del ocio, para poder disfrutar de la cultura desde casa.
UN LIBRO: Juegos de inteligencia, de Rosario Castellanos
Una casa puede ser un campo de minas. Lo comprob¨® Rosario Castellanos el 7 de agosto de 1974. Ese d¨ªa sali¨® del ba?o con las manos mojadas, fue a encender una l¨¢mpara y muri¨® electrocutada. Sucedi¨® en Tel Aviv, donde era embajadora de M¨¦xico. Tambi¨¦n era una de las grandes poetas de la lengua espa?ola. Cuando Elena Poniatowska recogi¨® en Alcal¨¢ su premio Cervantes dijo que su compatriota habr¨ªa merecido el galard¨®n. Lo que tambi¨¦n merece es tener en Espa?a los lectores que tiene en Latinoam¨¦rica. Y tal vez la mejor manera de conseguirlos sea esta antolog¨ªa preparada por la tambi¨¦n poeta Amalia Bautista. Despu¨¦s de leer el relato de una infancia como hija de terratenientes que termin¨® devolviendo parte de su herencia a los indios de Chiapas, el matrimonio desgraciado con el fil¨®sofo Ricardo Guerra y la muerte de dos de sus tres hijos, nos encontramos con una selecci¨®n de poemas que pasan sin pudor de lo sublime al sarcasmo. ¡°La palabra tiene una virtud: si es exacta es letal¡±, dice uno de sus versos. La suya, que no pierde el humor, lo es. Ya hable de la Gioconda ¨C¡°?Te r¨ªes de m¨ª? Haces bien¡±¨C, de Gabriel ¨C¡°Como todos los hu¨¦spedes mi hijo me estorbaba¡±-¨C o de la matanza de Tlatelolco.
En todos sus poemas est¨¢ ella, blanca entre indios, mujer entre hombres. Sin soberbia, al desnudo. Como en este ¡®Autorretrato¡¯ de 1969, que termina: ¡°Ser¨ªa feliz si yo supiera c¨®mo. / Es decir, si me hubieran ense?ado los gestos, / los parlamentos, las decoraciones. // En cambio me ense?aron a llorar. Pero el llanto / es en m¨ª un mecanismo descompuesto / y no lloro en la c¨¢mara mortuoria / ni en la ocasi¨®n sublime ni frente a la cat¨¢strofe. / Lloro cuando se me quema el arroz o cuando pierdo / el ¨²ltimo recibo del impuesto predial¡±. Javier Rodr¨ªguez Marcos
Juegos de inteligencia. Rosario Castellanos. Renacimiento, 2011. Disponible en Todos tus libros, Libelista, Amazon y Fnac.
UN DISCO: Stupidity, de Dr. Feelgood
Dentro de la lista de grupos que ¡°deber¨ªan haber sido mucho m¨¢s populares¡± hay que colocar a Dr. Feelgood, de Canvey Island, Inglaterra. Sobre todo su primera etapa es altamente reivindicable, cuando compart¨ªan jefatura el cantante y armonicista Lee Brilleaux y el guitarrista, Wilko Johnson. Apenas cinco a?os se aguantaron, tres discos en estudio y un vibrante directo, este Stupidity. Luego Johnson sigui¨® su camino como m¨²sico de acompa?amiento (en los Blockheads de Ian Dury nada menos) y en solitario, y Brilleaux estuvo hasta su fallecimiento, en 1994, al frente del grupo con desigual resultado art¨ªstico. Pero este directo es dinamita. Empezando por la portada, m¨¢s rocanrolera imposible, con Johnson y su rostro anfetaminado mirando c¨®mo Brilleaux sopla su arm¨®nica. En la parte de atr¨¢s del vinilo hay una instant¨¢nea de Johnson capturado en el aire con su guitarra, en pleno salto. Otra imagen que gusta poner en las tiendas de vinilos que todav¨ªa existen.
Y qu¨¦ me dicen del contenido: rock and roll de cuando esa palabra ten¨ªa el significado m¨¢s genuino: cuatro tipos apretando el acelerador sin zarandajas est¨¦ticas. Adem¨¢s de canciones propias, a los Feelgood se les ve el plumero cuando escogen versiones: Sonny Boy Williamson, Chuck Berry, Solomon Burke, Rufus Thomas¡ El directo se cierra con lo m¨¢s parecido a un cl¨¢sico que tuvo la banda, Roxette. Este disco fue triturado de tanto pincharlo en los pubs setenteros de una Espa?a que sal¨ªa de la caverna. Y consta al escribiente que j¨®venes espa?oles montaron una banda animados al escuchar las diabluras de Johnson y Lee Brilleaux. Mermelada (de Javier Teixidor) es una y Los Enemigos (solo hay que escuchar su primer disco) es otra. Las dos siguen en activo. Carlos Marcos
Stupidity. Dr. Feelgood. United Artists Records, 1976. El disco est¨¢ disponible en Spotify y otras plataformas.
UNA PEL?CULA: Luces al atardecer, de Aki Kaurism?ki
Con un solo fotograma se puede deducir r¨¢pidamente que el espectador se adentra en una pel¨ªcula del fin¨¦s Aki Kaurism?ki. Colores planos, sombras anguladas cercanas al expresionismo alem¨¢n, personajes solitarios y separados f¨ªsica y sentimentalmente de sus coet¨¢neos (viven su propia distancia social), m¨²sica extra?a, constante melancol¨ªa sin sentido, huida de cabriolas estil¨ªsticas, profundo respeto por la bonhom¨ªa y grandes dosis de humor negro y de alcohol. Como es invierno, a Kaurism?ki le habr¨¢ pillado la cuarentena en su guarida del norte de Portugal, a salvo de las g¨¦lidas temperaturas de su Finlandia natal. Cada cierto tiempo sale, rueda una obra maestra y vuelve a pasear por festivales mientras cata todo tipo de caldos et¨ªlicos. En su obra solo se permite peque?as y productivas variaciones, como en esta Luces al atardecer (2006) ¡ªel cierre de la trilog¨ªa compuesta por Nubes pasajeras (1996) y Un hombre sin pasado (2002)¡ª, que pasea por el g¨¦nero negro gracias a su protagonista, Koistinen, un guardia de seguridad nocturno que recorre las calles buscando su lugar al sol. Otra cosa es que lo encuentre por culpa de la indiferencia general y de unos mafiosos, que se aprovechar¨¢n de su sed de amor con la ayuda de una mujer fr¨ªa y calculadora. Sin libertad, sin sue?os. Por cierto, como gran ejemplo de indiferencia est¨¢ el momento en que la banda de atracadores juega a las cartas con desgana y la ¡®femme fatale¡¯ pasa el aspirador. Sin di¨¢logos ni un movimiento de c¨¢mara. ?Habr¨¢ m¨¢s luz al amanecer? ¡°Por suerte para el protagonista, el director de la pel¨ªcula tiene la reputaci¨®n de ser un viejo tierno, lo que nos lleva a creer que alg¨²n rayo de esperanza iluminar¨¢ la ¨²ltima secuencia¡±, dice Kaurism?ki. Y nosotros le aplaudimos. Gregorio Belinch¨®n
Luces al atardecer. Aki Kaurism?ki. 2006. La pel¨ªcula est¨¢ disponible en Filmin.
UNA SERIE: Vamos Juan
Pocas series se han atrevido en Espa?a a adentrarse en la pol¨ªtica contempor¨¢nea. O m¨¢s bien, pocas cadenas han comprado proyectos con la pol¨ªtica en el centro. ?Un Borgen a la espa?ola? Ni hablar. Ni siquiera con un House of Cards y sus desvar¨ªos se atreven las cadenas aqu¨ª. La comedia s¨ª se ha arriesgado algo m¨¢s, con series que ya se han perdido en la memoria como Se?or alcalde o Moncloa, ?d¨ªgame?, all¨¢ por 1998 y 2001. Cu¨¦ntame o La que se avecina tambi¨¦n han abordado la pol¨ªtica desde puntos de vista muy distintos. Por eso, la mera existencia de Vota Juan (rebautizada como Vamos Juan en su continuaci¨®n) es casi un milagro en el panorama televisivo espa?ol.
Javier C¨¢mara da vida en ella a un pol¨ªtico trepa dispuesto a cualquier cosa, por pat¨¦tica que sea, desde hacer la pelota a quien haga falta hasta vender a quien le pidan, con tal de ascender en el escalaf¨®n. Solo tiene ideas absurdas y muy pocos escr¨²pulos, pero qu¨¦ importa eso. Esto es pol¨ªtica. La serie creada por el guionista Diego San Jos¨¦ contaba en su primera temporada los intentos de Juan Carrasco de hacerse con la presidencia del Gobierno desde el Ministerio de Agricultura. Seg¨²n avanzaba la primera temporada y la historia iba dando con el tono, la serie fue creciendo. En Vamos Juan despega del todo, con un Carrasco que pretende plantar cara en las elecciones a quien le oblig¨® a regresar con las orejas gachas a Logro?o. El episodio Estambul, dirigido por el propio C¨¢mara, una especie de Lost in Translation a la espa?ola, es de lo mejor que se ha hecho en lo que va de a?o en las series espa?olas. Dicen que algunos pol¨ªticos r¨ªen con la serie porque reconocen en ella situaciones y personajes reales. Qu¨¦ miedo. Natalia Marcos
Vota Juan / Vamos Juan. Diego San Jos¨¦. TNT. 2019. Las dos temporadas de la serie se pueden ver bajo demanda en TNT.
UN C?MIC: Mis cien demonios, de Lynda Barry
Es imposible entender la escena del c¨®mic independiente americano sin la figura de Lynda Barry. Su obra es un continuo reto a todo lo que entendemos sobre el c¨®mic, una reflexi¨®n infinita alrededor de las posibilidades del c¨®mic que se nutre de una personalidad art¨ªstica tan rica como poli¨¦drica: historietista, pintora, escritora, ilustradora, editora, dramaturga, maestra¡ No hay l¨ªmites para la curiosidad inacabable de Barry, que ha explorado y explotados las posibilidades expresivas de la historieta de forma ¨²nica, manteniendo una mirada que sab¨ªa preservar la ingenuidad y fascinaci¨®n infantil por el dibujo a la par que hac¨ªa un fino an¨¢lisis acad¨¦mico de hasta d¨®nde puede llegar el c¨®mic como lenguaje y medio de expresi¨®n. Obras premiadas y reconocidas como Picture this! o What it is son obras maestras del noveno arte que, inexplicablemente, no han sido publicadas todav¨ªa en Espa?a. Una ausencia que se resuelve por fin con la edici¨®n de una de sus primeras obras, Mis cien demonios. Publicada originalmente como c¨®mic digital en la web de Sal¨®n.com, es una apasionante disecci¨®n de la vida a trav¨¦s del dibujo. P¨¢ginas de recargadas composiciones visuales, de colores vivos en los que cualquier t¨¦cnica es posible, desde el collage a los l¨¢pices, sin dejar espacio para el relax visual, dejando que la mirada se pierda en cualquier recoveco. Un lugar id¨®neo para dar salida a los demonios escondidos de la autora, que camparan libres por la p¨¢gina: peque?os diablillos que pueden recordar momentos profundos o hacer memoria de situaciones cotidianas intrascendentes, poniendo en apariencia al mismo nivel los problemas con los piojos de la ni?ez que el maltrato, su pasi¨®n por las mascotas o las dificultades con los hombres. Piezas aisladas que Barry esculpe con naturalidad, componiendo un retrato de su realidad, una fotograf¨ªa que obvia su exterior para desnudarse con honestidad salvaje, empatizando con el lector sin dificultades. Una obra maestra. ?lvaro Pons
Mis cien demonios. Lynda Barry. Reservoir Books, 2020. El c¨®mic puede adquirirse en formato digital en Reservoir Books.
UN VIDEOJUEGO: Shovel Knight
Shovel Knight es tan simple de explicar como divertido de jugar. Un mundo de aventuras bidimensionales de ambientaci¨®n medieval en el que controlamos a un caballero que, en vez de espada, blande¡ una pala. Pocas cosas podemos hacer aparte de saltar, golpear y movernos, y sin embargo el juego est¨¢ tan bien medido, tan bien pensado, que es imposible no rejugarlo. Aunque sali¨® al mercado en 2014, su historia comenz¨® en 2013 cuando fue de los primeros en inaugurar la moda del micromecenazgo (la desarrolladora, Yacht Club Games, triplic¨® los 75.000 d¨®lares que ped¨ªa). Buena met¨¢fora del propio juego, donde la recolecci¨®n de tesoros (de ah¨ª la pala) tiene un papel fundamental. Un juego que sigue igual de vivo hoy (porque se sigue jugando y porque ha tenido varias expansiones con los a?os), y una armadura azul con cuernos que ya se ha convertido en todo un icono. Jorge Morla
Shovel Knight. Yacht Club Games, 2014. Disponible para Windows, Nintendo 3DS, OS X, Linux, PlayStation Network, Nintendo Switch, Xbox Live.
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