Kit de supervivencia cultural para el encierro (d¨ªa 43)
¡®Babelia¡¯ recomienda los mejores libros, discos, pel¨ªculas, series, c¨®mics y videojuegos para disfrutar en casa
![Una plancha de 'Flash Gordon', del dibujante Dan Barry.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ECTAIGR5OE3W5CZAWD7CRGXU4Y.jpg?auth=e4f010d31043132d230d7c81ba5c8a90585a6b2c63be223348d9139db64c787e&width=414)
Babelia propone un libro, un disco, una pel¨ªcula, una serie, un c¨®mic y un videojuego cada d¨ªa, mientras dure el confinamiento en los hogares y la par¨¢lisis del sector del ocio, para poder disfrutar de la cultura desde casa.
UN LIBRO: La maleta, Sergei Dovl¨¢tov
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En 1978, con 36 a?os, Sergei Dovl¨¢tov decidi¨® abandonar la Uni¨®n Sovi¨¦tica y se dirigi¨® al Departamento de Visados. All¨ª le dijeron que cada emigrante ten¨ªa derecho a llevarse solo tres piezas de equipaje. ¡°?Y qu¨¦ hace uno con sus cosas?¡±, protest¨® el escritor. ¡°Por ejemplo, con mi colecci¨®n de coches de carreras¡±. Al final result¨® que todo lo que ten¨ªa cab¨ªa en una maleta: unos botines, un traje cruzado ideal para la ceremonia de entrega del Nobel, un cintur¨®n militar de cuero o un gorro de invierno de falsa nutria. A cada una de esas prendas les dedic¨® un cuento en el fulgurante y desopilante La maleta, una colecci¨®n de relatos que funciona como memoria personal del escritor. Tambi¨¦n como retrato pol¨ªtico de la Guerra Fr¨ªa, porque su destino final era Nueva York, donde se instal¨® para practicar su deporte favorito: no salir de casa. ¡°Me corto el cabello cuando pierdo el aspecto humano. Y me lo corto al cero, para no tener que volver a hacerlo en tres meses¡±, escribe en ¡®Camisa de popel¨ªn¡¯.
El estilo de Dovl¨¢tov est¨¢ hecho de iron¨ªa y frases cortas. Sabe que la crueldad bien entendida empieza por uno mismo. Por eso se presenta desde el principio como un descre¨ªdo integral que consigue que lo expulsen de la Universidad de Leningrado a pesar de que sus instalaciones tienen una atm¨®sfera ideal para el estudio. ¡°En semejante ambiente¡±, apunta, ¡°es dif¨ªcil ser holgaz¨¢n, pero yo lo lograba¡±. Ni que decir tiene que su descreimiento es tanto pol¨ªtico como cultural. Dedicado a objetos concretos ¨Cla magdalena de Proust es un calcet¨ªn¨C, el suyo es el libro menos fetichista de la historia de la literatura. As¨ª, cuando habla de la chaqueta de Fernand L¨¦ger que termin¨® en su poder, retrata al artista franc¨¦s como alguien que ¡°muri¨® siendo comunista, despu¨¦s de creer para siempre en la mayor charlataner¨ªa del mundo¡±. Y a?ade: ¡°No se excluye que, como muchos pintores, fuera tonto¡±. Haciendo amigos. Javier Rodr¨ªguez Marcos
La maleta. Sergei Dovl¨¢tov. 1986. Traducci¨®n de Justo E. Vasco. Fulgencio Pimentel. Disponible en Todos tus libros, Amazon, Fnac.
UNA ?PERA: Parsifal de Richard Wagner
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Como todas sus obras, la ¨²ltima ¨®pera de Wagner, Parsifal, admite m¨²ltiples lecturas, desde perspectivas incluso opuestas, y su historia interpretativa as¨ª lo demuestra. Hay en ella elementos religiosos indudables, aunque no es en absoluto una obra cristiana ni un ¡°festival esc¨¦nico sacro¡±, como suele traducirse equivocadamente la denominaci¨®n que le dio el propio compositor, sino una creaci¨®n que consagraba la Festspielhaus de Bayreuth ¨Cinaugurada seis a?os antes con El anillo del nibelungo¨C como un templo dedicado en exclusiva al arte wagneriano. Pero lo que requiere volver a ella en estos d¨ªas es la ense?anza central que nos regala, aquello que ha de comprender su protagonista para lograr que se cierre la herida siempre lacerante de Amfortas: la compasi¨®n. Hay que entender este sustantivo en su sentido etimol¨®gico original (cum patere), el de sufrir con otra persona, haciendo nuestro, sinti¨¦ndolo incluso f¨ªsicamente, su dolor. Para ello se necesitaba a alguien, como hab¨ªa predicho el propio Amfortas, puro y necio, un adjetivo este ¨²ltimo que tambi¨¦n debemos traducir buceando en su antecedente latino nesciens: no el loco o el bobo, como a veces se lee, sino el que no sabe. Y es justamente la compasi¨®n la llave que le abre las puertas del conocimiento. Pensar¨¢n muchos que cuatro horas son excesivas para explicar una lecci¨®n en apariencia tan sencilla. Que los largos parlamentos de Gurnemanz, las artes seductoras de Kundry, los desvar¨ªos de Klingsor o los lamentos de Amfortas son a todas luces desmesurados. Pero cualesquiera horas son pocas para aprender, de verdad, qu¨¦ es la compasi¨®n, para sufrir realmente con quienes sufren.
Una interpretaci¨®n de Parsifal destaca sobre todas: la que dirigi¨® Hans Knappertsbusch en 1951 en la primera edici¨®n del Festival de Bayreuth despu¨¦s de que reabriera sus puertas tras la Segunda Guerra Mundial. Con un reparto incomparable (Wolfgang Windgassen, Martha M?dl, Ludwig Weber, George London), solo superado en a?os posteriores con la incorporaci¨®n de Hans Hotter, una direcci¨®n esc¨¦nica abstracta y despojada de Wieland Wagner y la batuta honda, pausada y trascendente de ¡°Kna¡±, hace justicia como ning¨²n otro registro a las infinitas bellezas de esta m¨²sica. Ahora, cuando el sufrimiento se ha abatido sobre tantas personas, cuando es tanto lo que no sabemos, cuando vivimos cada d¨ªa con una nueva dimensi¨®n del tiempo (¡°Zum Raum wird hier die Zeit¡±: ¡°el tiempo deviene aqu¨ª en espacio¡±, sentencia Gurnemanz en el primer acto), es el momento perfecto para sumergirnos sin prisas en esta liturgia laica de la compasi¨®n. Luis Gago
Parsifal. Richard Wagner. Dirigida por Hans Knappertsbusch. Disponible en Spotify, Apple Music y otras plataformas.
UNA PEL?CULA: Los lunes al sol, de Fernando Le¨®n de Aranoa
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Esto es un cuento. Pero no un cuento sin m¨¢s. Es un cuento con su moraleja, sus protagonistas y sus antagonistas, con su princesa y sus h¨¦roes. Por desgracia no hay castillos ni perdices, pero s¨ª f¨¢bulas de hormigas y cigarras. Esto es Los lunes al sol, Concha de Oro en el Festival de San Sebasti¨¢n de 2002, retrato exacto de una generaci¨®n expulsada del mundo laboral y que solo puede asomarse al d¨ªa al d¨ªa del resto de los trabajadores desde los bancos al sol. Por desgracia, en perspectiva, lo mostrado en pantalla no ha mejorado. Si acaso, han cambiado las generaciones, porque una tras otra vuelve a sufrir el aplastamiento vital de la falta de un trabajo con sueldo digno, si es que encuentran una salida laboral. Los Rico, Amador, Santa, Lino del Vigo del cambio de siglo, sufridores de una reconversi¨®n industrial que enmascara otra maniobra m¨¢s del capitalismo liberal desaforado, encuentran hoy eco en cualquier calle, d¨¢rsena, muelle o pol¨ªgono industrial en Espa?a.
Si Le¨®n de Aranoa rod¨® Los lunes al sol de una manera dura y desesperanzada, con cierta melancol¨ªa por el tiempo en que los obreros importaban algo ¨Cy en 2001 ya no era as¨ª¨C, hoy no hay ni una raz¨®n para el optimismo en ese paisaje en el que los ricos son m¨¢s ricos y los pobres, claramente m¨¢s pobres. El madrile?o cont¨® con los acompa?antes perfectos para este viaje: Luis Tosar, Celso Bugallo, Aida Folch, Jos¨¦ ?ngel Egido, Nieve de Medina, Joaqu¨ªn Climent, El¨ªas Querejeta en la producci¨®n y Ignacio del Moral como coguionista. Pero, sobre todo, Los lunes al sol es una (otra) vigorosa muestra del talento de Javier Bardem, el mejor actor espa?ol. Suya es la construcci¨®n de Santa, el r¨¦quiem andante del trabajador espa?ol. Gregorio Belinch¨®n
Los lunes al sol. Fernando Le¨®n de Aranoa. 2002. La pel¨ªcula est¨¢ disponible en Filmin y HBO.
UNA SERIE: Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®
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?C¨®mo habr¨ªa sido el confinamiento en San Genaro? En realidad, no se puede descartar que terminemos vi¨¦ndolo si Cu¨¦ntame sigue el paso que lleva. Conocimos a los Alc¨¢ntara el 13 de septiembre de 2001, dos d¨ªas despu¨¦s de que un atentado derribara las Torres Gemelas y cambiara el mundo para siempre. En 2020, con medio planeta confinado por una pandemia que ha sacudido nuestras vidas, Cu¨¦ntame cerr¨® su 20? temporada sabiendo que regresar¨¢ por, al menos, una entrega m¨¢s. Antonio, Merche, In¨¦s, Toni, Herminia y dem¨¢s miembros del clan llevan tanto tiempo siendo parte de la vida de los espa?oles que nadie se atreve a imaginar c¨®mo ser¨¢ su final. Para los Juegos de Barcelona queda solo un a?o (la serie ya est¨¢ en 1991), pero el tir¨®n que todav¨ªa tiene hace pensar que es m¨¢s probable que concluya con los Alc¨¢ntara vi¨¦ndose a ellos mismos en la televisi¨®n o incluso viviendo el confinamiento en sus propias carnes.
Cu¨¦ntame es la serie que siempre est¨¢ ah¨ª, toda una instituci¨®n, y por eso a veces se olvida el m¨¦rito que tiene haber sabido renovar su lenguaje (narrativamente se atreve a saltos temporales o rupturas de la cuarta pared que pocas series espa?olas osan intentar) y sus tem¨¢ticas con el paso de los a?os. Ya es memoria emocional e hist¨®rica de un pa¨ªs que se mira a s¨ª mismo reflejado en una familia de clase media que tiene la suerte o la desgracia de estar metida en todos los follones posibles. Natalia Marcos
Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®. Miguel ?ngel Bernardeau. TVE. 2001. Sus 20 temporadas est¨¢n disponibles en el servicio a la carta de TVE y en Amazon Prime Video.
UN C?MIC: Flash Gordon: la prisi¨®n del espacio, de Dan Barry
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Para la gran mayor¨ªa de aficionados al c¨®mic, el personaje de Flash Gordon est¨¢ indisolublemente unido a la figura de Alex Raymond. Es l¨®gico: no solo fue su creador, es que sus l¨¢pices plasmaron algunas de las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas del c¨®mic de todos los tiempos. Soberbias p¨¢ginas dominicales que siguen dejando boquiabiertos a quien las ve y que influenciaron a much¨ªsimas generaciones posteriores de dibujantes. Pero, siempre hay un pero, hay que reconocerlo: las historias que escrib¨ªa Don Moore abusaban de una visi¨®n estereotipada de la fantas¨ªa, de f¨®rmulas ya exhaustas que solo lograban que el lector se volcase m¨¢s y m¨¢s en la genialidad del dibujante. Que se lo digan a Dino de Laurentiis, cuya adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de los 80 intent¨® seguir la trama original en un desastre que se salv¨® al ser reconvertida en objeto de culto kitsch.
Pero Flash Gordon sobrevivi¨® a sus creadores, demostrando una fuerza carism¨¢tica imparable pese a caer en la repetici¨®n de esquemas, solo soportada por la calidad de dibujantes como Austin Briggs o Mac Raboy. Sin embargo, todo cambi¨® con la llegada de Dan Barry en los 50. Dibujante s¨®lido, supo crear un equipo de lujo para la serie, con dos genios a los guiones: Harvey Kurtzman y Harry Harrison, que abandonaron la fantas¨ªa para entrar en una ciencia-ficci¨®n moderna heredera de Bradbury, Heinlein, Simak o Asimov. Una forma moderna de entender el g¨¦nero que fue interpretada a la perfecci¨®n por un equipo de ayudantes sublime: Frank Frazetta, Al Williamson, Bob Fujitani o Jack Davis crearon un aut¨¦ntico canon del c¨®mic de ciencia-ficci¨®n moderno, que extendi¨® su influencia a otros g¨¦neros como los superh¨¦roes (con Stan Lee a la cabeza) y a otros medios como el cine. Puede que el Flash Gordon de Dan Barry no sea el m¨¢s ic¨®nico, pero es un obra maestra del g¨¦nero de ciencia-ficci¨®n que sigue manteniendo su fuerza y atractivo. ?lvaro Pons
Flash Gordon. Dan Barry. Editorial Dolmen. El episodio La prisi¨®n del espacio est¨¢ disponible gratis en la web de la editorial.
UN VIDEOJUEGO: Inside, de Playdead
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El (sobreexplotado) potencial narrativo de los videojuegos quiz¨¢ solo sea comparable a su (infravalorado) poder sugestivo. Un buen ejemplo de lo que un buen juego puede sembrar en la mente de quien lo juega es Inside. La obra de Playdead, lanzada en 2017, atesoraba ¨Ccomo pasaba con Limbo, su antecesor espiritual¨C un potencial narrativo absoluto en el que, sin embargo, la historia nos es escamoteada, y el contexto de lo que nos cuenta (un mundo dist¨®pico de maldad colectiva, fuerzas superiores y humanidad estabulada) nos es sugerido por peque?os detalles de los niveles: la posici¨®n de ciertos elementos, ciertas luces a lo lejos, el comportamiento de algunos animales o el envolvente y tan importante apartado sonoro. Juego bidimensional y oscuro, contenido en sus ambiciones y, a la vez, extra?amente satisfactorio, Inside se queda dentro de quien lo juega y, si bien peca de tener una duraci¨®n excesivamente corta, no hay duda de que constituye una gran experiencia. Jorge Morla
Inside. Playdead, 2017. El juego est¨¢ disponible para Xbox One, Windows, PlayStation 4, Nintendo Switch e iOS.
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