La Ma?a: memoria oral de la gran ¡®vedette¡¯ de la Transici¨®n
La ¨²ltima gran estrella del Paralelo de Barcelona narra sus recuerdos en un audiolibro que es tambi¨¦n un retrato de la Espa?a de finales del siglo XX. 'Babelia' ofrece una selecci¨®n de su relato
¡°Se?ores, yo soy La Ma?a. / La que ustedes esperan / de baturra o de gitana, yo soy la Ma?a. / Y que se mueran las feas. / Dal¨ª ha dicho de m¨ª: / ¡®Eres la amante de Espa?a / asombro del mundo entero / como un cardo borriquero / que lleva de apodo Ma?a¡±. Esto canta sobre s¨ª misma Emilia Gim¨¦nez, verdadero nombre de la carism¨¢tica vedette espa?ola conocida como Lita Claver, La Ma?a, en las memorias que acaba de publicar en formato audiolibro dentro de la colecci¨®n de autobiograf¨ªas de la Fundaci¨®n AISGE, que son mucho m¨¢s que una colecci¨®n de recuerdos. Le¨ªdas por la propia artista, salpicadas de an¨¦cdotas y coplillas a capella como la que da inicio a este art¨ªculo, son tambi¨¦n un retrato de la Espa?a de las ¨²ltimas d¨¦cadas del franquismo y los primeros a?os de la democracia, cuando los espect¨¢culos de variedades eran de los pocos espacios de esparcimiento que hab¨ªa totalmente libres de prejuicios: las plumas, los chistes y las coristas ligeras de ropa atra¨ªan tanto a hombres solitarios, matrimonios de bien, pol¨ªticos, empresarios, banqueros y la intelectualidad progre del momento.
Lo recuerda la propia Ma?a en estas memorias, que presenta bajo el t¨ªtulo Historias de una star, en las que repasa sus inicios como vedette en Zaragoza en los sesenta hasta convertirse en una de las grandes estrellas del Paralelo, el gran eje de ocio de Barcelona durante el siglo XX. ¡°Recuerdo la ilusi¨®n que me hizo ver en un palco de El Molino [el teatro m¨¢s emblem¨¢tico del g¨¦nero de variedades en el Paralelo] a Rafael Alberti, a Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n, a Salvador Dal¨ª (que era muy asiduo), a los directores de cine Milos Forman y Federico Fellini, con su esposa y gran actriz Giulietta Massina, a escritores tales como Terenci Moix, a deportistas como el golfista Severiano Ballesteros y el futbolista Enrique Castro, Quini, a actrices de la talla de N¨²ria Espert y Sara Montiel, y a un sinf¨ªn de cantantes, pol¨ªticos y todo tipo de personalidades del mundo del arte y de la cultura¡±, explica en un fragmento. Y en otro: ¡°Una noche, al salir a actuar, cu¨¢l ser¨ªa mi sorpresa al ver sentado en platea a Vittorio Gassman, un actor impresionante. Vino a saludarme al camerino. Me dej¨® casi que no pod¨ªa hablar, por su sencillez y la forma tan respetuosa con que me abraz¨®. Me felicit¨® y me caus¨® una gran impresi¨®n, ?me encant¨®!¡±.
Nacida en Zaragoza en 1945 en una familia gitana, muy pronto tuvo que contribuir a la econom¨ªa de la casa porque su padre muri¨® cuando ella ten¨ªa cuatro a?os y su madre qued¨® sola al cargo de 16 hijos. A los cinco a?os empez¨® a acompa?ar a un t¨ªo suyo que tocaba la guitarra en algunos bares, bailando flamenco y pasando el platillo despu¨¦s. Con ocho actu¨® por primera vez en un teatro, participando en unas matinales infantiles que se hac¨ªan los domingos en el Fleta y el Principal de Zaragoza, en las que no era la ¨²nica que luego se har¨ªa un nombre en la escena espa?ola: V¨ªctor Ullate, Fernando Esteso y Corita Viamonte, entre otros. De ah¨ª pas¨® a la sala Oasis, donde debut¨® como vedette, para disgusto de su madre. ¡°Cuando me tocaba actuar con mi n¨²mero de solista, ella bajaba a la platea y gritaba: ¡®?No aplaudan a mi hijaaa! ?Con lo bien que baila flamenco y est¨¢ ense?ando las garras!¡¯. Y me echaba maldiciones: ¡®Malas desgracias tengas. La cabeza se te vea a galope. Como vengan tus hermanos, ya ver¨¢s¡¯. La gente se re¨ªa a carcajadas. Creo que parte del p¨²blico repet¨ªa para o¨ªrla a ella¡±, recuerda.
Y as¨ª fue como empez¨® la larga carrera de La Ma?a como artista de variedades, en la que destacar¨ªa no tanto por su f¨ªsico como por su capacidad para la improvisaci¨®n y sus dotes para meterse al p¨²blico en el bolsillo. "Yo era una lagartija al lado de las vedettes de El Molino ¡ªcuenta¡ª. Nunca fui de t¨ªa buena y me re¨ªa de m¨ª misma". Consigui¨®, por ejemplo, que El Molino instalara por primera vez una escalera entre el escenario y la platea para que ella pudiera bajar a dialogar con el p¨²blico. Con su poder¨ªo esc¨¦nico demostr¨® que el g¨¦nero podr¨ªa sobrevivir econ¨®micamente sin necesidad de que las artistas alternaran con los clientes, algo a lo que ella se neg¨® desde su primer contrato y que consigui¨® que dejara de ser obligatorio para sus compa?eras en El Molino desde mediados de los setenta.
Tambi¨¦n hay historias sobre la censura franquista en los recuerdos de La Ma?a. "La famosa bombilla roja me libr¨® de m¨¢s de una multa. Estaba ubicada estrat¨¦gicamente y me avisaba cuando ven¨ªan los censores. En el a?o 1969 esa labor la llevaba a cabo la polic¨ªa de la que, por cierto, guardo muy mal recuerdo, ya que cuando terminaba el espect¨¢culo cog¨ªan a los bailarines, los sub¨ªan a una furgoneta y los met¨ªan en el calabozo, donde les hac¨ªan pasar toda la nocche. ?Motivos? Ser gay. Qu¨¦ barbaridad", relata.
Su fama se fue extendiendo poco a poco por toda Espa?a gracias a las largas giras en las que se embarc¨® con su marido, Rafael Garc¨ªa, tambi¨¦n artista de variedades. Algunas las hizo en aquellos teatros de revista ambulantes que se instalaban en los alrededores de las ferias de atracciones durante las fiestas de ciudades y pueblos, el Lido y el Argentina b¨¢sicamente, que congregaban a un p¨²blico m¨¢s popular. Despu¨¦s vino la televisi¨®n, alguna aparici¨®n en cine, una temporada en el Mu?oz Seca de Madrid y vuelta al Paralelo de Barcelona, donde se instal¨® como empresaria del Arnau hasta que el g¨¦nero empez¨® a decaer a finales de siglo.
Hizo tambi¨¦n algunas incursiones en el teatro de texto y hasta lleg¨® a estrenar una obra e.n el Centro Dram¨¢tico Nacional en 1996, dirigida por Juan Margallo, pero este g¨¦nero no era lo suyo. "Me llamaron para representar otras obras, pero echaba a faltar poder dirigirme al p¨²blico, o¨ªrles re¨ªr, colaborar conmigo, la verdad es que me agobiaba mucho tener que llorar todos los d¨ªas en las obras, que fueran tan duras. Yo estaba acostumbrada a hacer feliz al p¨²blico, no verlo llorar", explica en las memorias.
Con el cambio de siglo, las actuaciones de La Ma?a se fueron haciendo cada vez m¨¢s espor¨¢dicas, pero no se retir¨® oficialmente hasta 2017, con nada menos que 72 a?os. "Siempre he dado alegr¨ªa y no quiero dar pena. No quiero que pase conmigo como me pas¨® cuando fui a la reapertura de El Molino [en 2010], le hab¨ªan robado el alma con una rehabilitaci¨®n tan fr¨ªa", declar¨® en una entrevista con este peri¨®dico cuando se despidi¨® de los escenarios.
Una colecci¨®n para la memoria
La Fundaci¨®n AISGE ten¨ªa previsto lanzar en un libro impreso las memorias de La Ma?a esta primavera, dentro de su colecci¨®n Taller de la Memoria, formada por autobiograf¨ªas de actores y cantantes, pero la crisis del coronavirus oblig¨® a posponerlo a septiembre. Hasta entonces, la entidad ha decidido publicarlo como audiolibro, narrado por la propia artista, disponible de forma gratuita en su web. Y no es el ¨²nico que avanza en este formato, pues cada semana lanzar¨¢n uno nuevo hasta llegar a seis. Esta martes se puede escuchar ya el segundo: la historia de la actriz Maribel Alt¨¦s.
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