Una eternidad proletaria
Jerusal¨¦n, segunda novela de Alan Moore, guionista de V de Vendetta y Watchmen, es un ambicioso y desaforado canto de amor a su barrio. La edici¨®n, lastrada por una irregular traducci¨®n, convierte una obra dif¨ªcil en un calvario

El di¨¢logo religioso Theron y Aspasio le vali¨® a James Hervey el repudio de su mentor, John Wesley, por su antinomismo; es decir, su convicci¨®n de que es la fe y no la sumisi¨®n a la ley divina lo que garantiza la gracia. O, dicho de otra manera, que el pecado no niega necesariamente la salvaci¨®n. Un personaje de Jerusal¨¦n, segunda novela del c¨¦lebre guionista de historietas Alan Moore ¡ªcreador, entre otras obras, de Watchmen y V de Vendetta¡ª, lee una biograf¨ªa de Wesley que considera Theron y Aspasio anticipaci¨®n de la literatura posmoderna por su radical alternancia de tonos, estilos y g¨¦neros, entre ellos ¡°descripciones narrativas, noticias cient¨ªficas, mon¨®logos internos, an¨¦cdotas, autobiograf¨ªa, testimonio presencial, retratos a pluma, cuentos, sermones, estudios ling¨¹¨ªsticos, retratos naturalistas, diarios, poemas e himnos¡±, incluso soluciones estructurales propias del guion cinematogr¨¢fico. Moore est¨¢ jugando ah¨ª a la puesta en abismo, pues lo que cita se puede aplicar a su propia novela, catedral de m¨¢s de un millar y medio de p¨¢ginas que, de hecho, incluye m¨¢s puestas en abismo que una galaxia barroca: desde la condensaci¨®n en azulejos de la biograf¨ªa del reverendo Philip Doddridge, figura clave del inconformismo anglicano, hasta la exposici¨®n de arte que cierra el relato, cuyas piezas recapitulan toda la obra; sin olvidar el juego metaling¨¹¨ªstico del segundo volumen, supuestamente escrito por uno de sus personajes a ratos perdidos en fisuras del espacio-tiempo.
Tras La voz del fuego, que ahora parece un humilde ensayo general, Jerusal¨¦n es una hermosa, agotadora y apabullante monstruosidad, el sue?o cumplido (o la pesadilla desencadenada) de esa obra total que el autor no pudo culminar en el ¨¢mbito de la historieta con Big Numbers, obra que deb¨ªa alcanzar las 500 p¨¢ginas y acab¨® llev¨¢ndose a dos dibujantes por delante: Bill Sienkiewicz y Al Columbia, que abandonaron sobrepasados.

Jerusal¨¦n es un desaforado canto de amor a los Boroughs, el depauperado barrio natal del autor, trascendido como aut¨¦ntico centro m¨ªstico del universo, un lugar hist¨®ricamente marcado por la guerra y la disidencia religiosa, zona de imantaci¨®n para visionarios y territorio de experimentaci¨®n sobre la fuerza devastadora de las met¨¢foras: Moore atribuye a la construcci¨®n de una planta incineradora en el barrio la consolidaci¨®n de la insalvable condena que extermin¨® los sue?os y esperanzas de la clase obrera local.
Firme creyente en el poder transformador del arte, Moore levanta la ant¨ªtesis de ese destructor que dej¨® en el aire una met¨¢stasis espiritual capaz de sobrevivir a su demolici¨®n en los a?os treinta. Su novela aspira a eternizar en el espacio salv¨ªfico del arte lo que aquello aniquil¨®: las voces de los desfavorecidos, la memoria colectiva, incluso el inconsciente, los sue?os y fantas¨ªas de quienes alguna vez pisaron el lugar.
Jerusal¨¦n despliega su relato de relatos en tres partes: la primera entrecruza personajes y teje una red de ecos y conexiones a trav¨¦s del tiempo, mientras graba a fuego el trazado de las calles del barrio ¡ª sus transformaciones a lo largo de la historia ¡ª en los circuitos neuronales del extenuado lector; la segunda funciona como una aventura metaf¨ªsica de los Cinco escrita por una Enid Blyton puesta de ¨¢cido e incluye momentos tan poderosos como el combate de dos cicl¨®peos arc¨¢ngeles o la clim¨¢cica carrera a lomos de un mamut fantasma, y la tercera ata cabos en un estallido de pirot¨¦cnicos ejercicios de estilo ¡ªde Joyce a Beckett, pasando por la sextina o el hardboiled bufo¡ª, privilegiando diversas modulaciones de una visi¨®n pan¨®ptica en un sostenido tour de force que detalla la historia econ¨®mica, racial y cultural del lugar y da fe de la recurrencia de figuras sacrificiales femeninas ¡ªLucia Joyce, Lady Di y Audrey Vernall, contrafigura de una familiar de Moore¡ª.
Con exceso y desbordamiento como clave arquitect¨®nica y fuente secreta de placer, la megal¨®mana Jerusal¨¦n es un desaf¨ªo para la traducci¨®n que Jos¨¦ Torralba resuelve con una competencia que alterna decisiones discutibles ¡ªel habla de los Boroughs¡ª y soluciones brillantes ¡ªla descripci¨®n de la arb¨®rea fraseolog¨ªa de los arc¨¢ngeles¡ª hasta alcanzar casi el millar de p¨¢ginas.
A partir de ah¨ª, el ca¨®tico travestismo de g¨¦neros gramaticales, la aberrante dislocaci¨®n de signos de puntuaci¨®n y la aparici¨®n de desconcertantes interferencias levantan la sospecha del potencial uso de alg¨²n programa de traducci¨®n y dejan clara evidencia de que no ha habido ninguna fase de correcci¨®n en el proceso editor: ?c¨®mo puede convertirse ¡°forty years or so ago along the linger of his life¡± en ¡°unos cuarenta a?os despu¨¦s, en Estados Unidos, curso de su vida¡± (sic)? En el cap¨ªtulo que Moore dedica a Lucia Joyce, escrito en clave Finnegans Wake, Torralba decide desentra?ar el sentido prescindiendo de todo juego verbal, conservando un desnortado efecto de extra?amiento a trav¨¦s de arbitrarios errores ortogr¨¢ficos, que convierten la emulaci¨®n ling¨¹¨ªstica de una mente esquizofr¨¦nica, marcada por la sobresaturaci¨®n de sonidos y sentidos, en una insensatez injustificable: entre ese ¡°Awake, Lucia gets up wi¡¯ the wry sing of de light¡± que se degrada en ¡°Luc¨ªa se despierta con la lus¡± y el ¡°An embress of textistence and embiddyment aflight, Lucia dawnsees on the meadhows grase forever¡± reducido a ¡°Emperatris de la existencia y encarnaci¨®n de la lus, Luc¨ªa baila sobre el c¨¦sped para siempre¡±, la traducci¨®n del cap¨ªtulo es catastr¨®fica, con soluciones tan dif¨ªciles de asimilar como la conversi¨®n de ¡°Alchembold¡± en ?¡°Salbador Dal¨ª¡±! Ni el m¨¢s generoso antinomista podr¨ªa conceder la gracia a esta edici¨®n que convierte una obra dif¨ªcil y exigente en un calvario.

Jerusal¨¦n
Alan Moore
Traducci¨®n de Jos¨¦ Torralba
Minotauro, 2019
1.698 p¨¢ginas. 60 euros
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