John Divola: hacer visible lo invisible
En su ¨²ltimo monogr¨¢fico, el autor estadounidense nos adentra en un sorprendente periplo visual invit¨¢ndonos a ver aquello que no se puede ver a trav¨¦s de met¨¢foras visuales
Se describe a s¨ª mismo como un artista que explora el paisaje posando su mirada entre las fronteras que delimitan lo abstracto de lo concreto. Para ello, a lo largo de casi cinco decenios, John Divola (Los ?ngeles, 1949) ha echado mano del medio fotogr¨¢fico consciente de que no solo el lenguaje oral o escrito se queda corto frente a la complejidad de la experiencia, sino que tambi¨¦n lo hace la fotograf¨ªa. De ah¨ª que, en su quehacer art¨ªstico no haya dejado de cuestionar las limitaciones del medio. Sus im¨¢genes no son documentos de aquello a lo que nos referimos como realidad, pero no por ello dejan de hacer referencia a factores que no solo determinan nuestra realidad sino que alimentan nuestra imaginaci¨®n y fantas¨ªa.
Chroma, su ultimo monogr¨¢fico re¨²ne im¨¢genes realizadas entre 1980 y 1985. Una idea que no parti¨® del propio autor sino de Milo Montelli, fundador de la editorial Skinnerboox, quien vio por primera vez esta serie de im¨¢genes publicadas en la p¨¢gina de Instagram del fot¨®grafo. ¡°Me sorprendi¨® mucho descubrir que las fotograf¨ªas hab¨ªan sido realizadas en los a?os ochenta. Encontraba muchas similitudes con los enfoques que utilizan muchos de los fot¨®grafos contempor¨¢neos que admiro¡±, comenta el editor, quien cuenta con un cat¨¢logo enfocado hac¨ªa la fotograf¨ªa experimental. ¡°Solemos publicar libros cuyo contenido indaga en el medio fotogr¨¢fico. As¨ª, la idea de reunir estas im¨¢genes enlazaba perfectamente con los enfoques de otros autores pertenecientes a generaciones m¨¢s j¨®venes¡±, a?ade Montelli, subrayando el car¨¢cter innovador que siempre ha distinguido la obra del autor norteamericano. Una obra compuesta por un vocabulario muy distintivo y que elude cualquier categorizaci¨®n.
Sin duda alguna la recepci¨®n del libro no hubiese sido la misma hace cuarenta a?os. ¡°Por entonces la separaci¨®n entre la fotograf¨ªa en el mundo del arte era muy notable¡±, se?ala Divola. ¡°Aquellos interesados en la fotograf¨ªa no lo estaban en sus abstracciones o manifestaciones h¨ªbridas, en enfrentarse a un lenguaje que ya prevalec¨ªa en la pintura o la escultura. La gente no estaba preparada para encontrarse algo as¨ª dentro del contexto de la fotograf¨ªa, y dentro del contexto del arte realmente no estaban interesados en volver la mirada a la fotograf¨ªa¡±.
Aun as¨ª, a finales de los setenta sus se?as de identidad art¨ªstica ya hab¨ªan quedado definidas mediante la intervenci¨®n de espacios abandonados ¡ªhaciendo uso de distintos m¨¦todos¡ª que m¨¢s tarde fotografiaba. Fue en la serie Zuma (1979), uno de sus proyectos m¨¢s aclamados, realizado en una casa en la playa de Malib¨², donde hizo uso del color por primera vez. ¡°A principios de los ochenta decid¨ª que quer¨ªa plantearme una serie de im¨¢genes sobre cosas que no se pueden fotografiar¡±, explica el fot¨®grafo en conversaci¨®n telef¨®nica. ¡°Determinar met¨¢foras visuales sobre la gravedad, el magnetismo, de qu¨¦ manera drena el agua, o las cosas que veo cuando presion¨® mis ojos con las palmas de mi mano¡±.
Mientras lo hac¨ªa, dos factores determinaron su b¨²squeda: el uso de Cibachrome, un proceso fotogr¨¢fico a partir de diapositivas en vez de negativos, cuya condici¨®n industrial y artificial produc¨ªa colores muy saturados y contrastados que resultaban muy adecuados para el proceso, y el uso de geles de colores integrados al flash (algo que ya hab¨ªa utilizado en Zuma). Ambas t¨¦cnicas contribuyeron a elaborar dichas met¨¢foras con el fin de hacer visible lo invisible, dando lugar a distintos conjuntos de im¨¢genes que creados bajo distintas estrategias componen Chroma.
Entre las estrategias utilizadas destaca el uso de d¨ªpticos donde los seres humanos se contraponen a los animales, mientras miran de frente a la c¨¢mara; la integraci¨®n en el paisaje de simples esculturas tridimensionales, a las que el autor se refiere como ¡°esculturas gen¨¦ricas¡±; paisajes rotos por la incorporaci¨®n de im¨¢genes en dos dimensiones silueteadas en colores planos; formas geom¨¦tricas abstractas de colores estridentes que parecen integrarse en la naturaleza de forma natural como elementos misteriosos o fuerzas invisibles. F¨®rmulas que se repiten a lo largo de libro invitando al lector a establecer libres asociaciones, donde prevalece un enigma sustentado por el uso del color.
Las dualidades se imponen a lo largo de todo el libro. Lo natural frente al artificio del color. Los humanos frente a los animales, pero ambos como parte de un mundo natural unificado. La geometr¨ªa frente al caos. Lo simb¨®lico frente a la concreci¨®n. Sin embargo, el uso recurrente de los d¨ªpticos va m¨¢s all¨¢ de una estrategia de simple emparejamiento de im¨¢genes con el fin de analizar su relaci¨®n. A trav¨¦s del uso del color, el autor consigue manipular nuestras respuestas. ¡°Pens¨¦ que el impulso cognitivo podr¨ªa ser mitigado por el uso de un color incongruente. Es decir que la gestalt (forma o configuraci¨®n) de la imagen podr¨ªa minar ese impulso¡±, apunta el autor en una conversaci¨®n con el cr¨ªtico David Campany que se reproduce en el libro. Le interes¨® tambi¨¦n el efecto del color sobre el impulso antropom¨®rfico a la hora de interpretar los rostros de los animales contrapuestos a las personas. ¡°Me interesa mucho crear cosas simples, y trato de evitar las escenas elaboradas de forma m¨¢s teatral o cinematogr¨¢fica. Quiero que se vea claramente mi intervenci¨®n¡±, destaca haciendo referencia a una imagen en la que muestra un misterioso cono rosado en medio de un bosque. ¡°Normalmente usos dos flases. Uno incorporado a la c¨¢mara y otro a la escena. El humo procede de un pu?ado de harina que arrojo. La noci¨®n de un tornado podr¨ªa resultar una met¨¢fora exhausta. Todo el mundo ha visto cientos de im¨¢genes de estos fen¨®menos, por lo que es algo que reconoces sin haberlo experimentado. As¨ª en la elaboraci¨®n de estas esculturas gen¨¦ricas lo que intento es resucitar estas iconograf¨ªas agotadas, darlas una nueva energ¨ªa, un punto de apoyo que las haga oscilar entre una condici¨®n que la haga reconocible y otra que lo convierta en algo individual o particular en el mundo¡±.
Chroma encierra todo un abanico de asociaciones. ¡°Con el cine, lo g¨®tico, y la psicodelia ¡ªpero tambi¨¦n con una investigaci¨®n muy purista de los distintos aspectos de la fotograf¨ªa¡ª la luz, el color, el marco, la sincronizaci¨®n, el punto de vista, y dem¨¢s¡±, escribe Campany. ¡°Una obra que nos sit¨²a frente al asombro y al terror: La fascinaci¨®n, la curiosidad y la estupefacci¨®n¡ pero tambi¨¦n la extra?eza, el pavor y la confusi¨®n. ?Te imaginas lo m¨¢gico que debi¨® de ser el momento en que la gente vio por primera vez una fotograf¨ªa?", pregunta Divola, convencido de que su poder, al igual que lo hizo el lenguaje, cambio la consciencia humana.
Chroma. John Divola. Skinnerboox, 2020. 80 p¨¢ginas. 35 euros.
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