Mary Beard (Much Wenlock, Reino Unido, 1955), la profesora de cl¨¢sicas convertida en un icono global por su lucha feminista y un discurso que mezcla la erudici¨®n con la franqueza, el lenguaje llano y el humor, recibi¨® a EL PA?S en su casa de Cambridge el ¨²ltimo d¨ªa de febrero, cuando la pandemia era una amenaza concreta, pero que todav¨ªa parec¨ªa lejana. La idea era hablar del peso de los cl¨¢sicos en la historia de Europa, aunque fue inevitable que el coronavirus se colase en la conversaci¨®n. Sus libros, como SPQR, Pompeya o Mujeres y poder (todos en Cr¨ªtica), se han alzado como insospechados ¨¦xitos de ventas.
Preguntada por tel¨¦fono a principios de julio sobre su encierro durante la pandemia, Beard se?ala: ¡°Mi familia ha sido muy afortunada. Tenemos una casa grande y un jard¨ªn y hemos seguido escribiendo. ?Incluso hice una serie para la BBC llamada Cultura en el encierro! La gente que sufri¨® fue la que viv¨ªa en peque?os pisos con ni?os, o solo una habitaci¨®n. El encierro no ha golpeado a todos por igual...¡±. Y sobre si es posible encontrar en el pensamiento cl¨¢sico, por ejemplo en los estoicos y Marco Aurelio, un referente en estos tiempos inciertos, responde: ¡°Para ser honesta, siempre he cre¨ªdo que los romanos no tienen mucho que ense?arnos directamente. Siempre me ha sorprendido que la gente encuentre lecciones en Marco Aurelio. Fue un conquistador brutal. Es f¨¢cil olvidar que la admirada estatua de Marco Aurelio en el Capitolio de Roma casi seguro que originalmente ten¨ªa un b¨¢rbaro pisoteado hasta la muerte por el caballo del emperador. Los romanos nos ayudan a pensar m¨¢s claramente sobre nosotros mismos, pero no nos ense?an¡±.
Pregunta. Cuando hablamos de que los cl¨¢sicos son el coraz¨®n de Europa, ?cree que tendemos a olvidar los esclavos y que las mujeres no exist¨ªan en la vida p¨²blica?
Respuesta. No tenemos que idealizar el mundo antiguo porque siempre seleccionamos. Escoges aquello que te gusta y olvidas aquello que no te gusta. Siempre tenemos que ser conscientes de lo diferentes que eran de nosotros. Cada historiador mantiene un di¨¢logo diferente con el mundo cl¨¢sico y lo reinterpreta. Y cambia, cambia mucho. El mundo cl¨¢sico es diferente cada a?o. Y tambi¨¦n es importante recordar que solo una parte de Europa viene del mundo cl¨¢sico. Afortunadamente, el mundo cl¨¢sico es muy importante, pero hay otras herencias que no podemos olvidar, por ejemplo la isl¨¢mica y los siglos de Espa?a musulmana. Pensar que Europa desciende de Roma y Grecia es verdad solo en parte, pero afortunadamente no totalmente.
P. En Espa?a una parte de la derecha y la ultraderecha niega cualquier influencia del islam y se olvida de los siete siglos de Al ?ndalus. ?Se vive algo similar en el Reino Unido con otras culturas? ?Se olvidan largos periodos de tiempo porque no cuadran con nuestra visi¨®n de la historia?
"Solo una parte de Europa viene del mundo cl¨¢sico. Hay otras herencias que no podemos olvidar, por ejemplo la isl¨¢mica y los siglos de Espa?a musulmana"
R. S¨ª, claro que s¨ª. Con los estudiantes utilizamos muchas veces el ejemplo espa?ol. Les preguntamos: ?ha habido una presencia isl¨¢mica en Europa? Y muchos dicen que no. Entonces, les mandamos a estudiar la historia de Espa?a. Tenemos una memoria muy selectiva y nos imaginamos siempre en la historia como si fu¨¦semos los buenos. Muchas veces les pregunto a mis grupos de estudiantes: si hubieseis vivido en la Francia ocupada por las nazis, ?qu¨¦ hubieseis hecho? Y todos responden que ser resistentes. Y siempre les respondo que no, les explico que seg¨²n las estad¨ªsticas habr¨ªan sido indiferentes o colaboradores. Y eso no nos convierte en peores personas.
P. No s¨¦ si el mejor momento para releer el fragmento de La guerra del Peloponeso de Tuc¨ªdides en el que describe los efectos de la plaga sobre Atenas. ?Cree que las cosas no cambian tanto?
R. La idea de ver el coronavirus como la plaga de Atenas es interesante. ?Por qu¨¦ la historia es interesante? Porque no es completamente diferente de nosotros, es lo mismo y a la vez diferente. Por ejemplo, las ideas de infecci¨®n, de enfermedad, de epidemia: no importa el momento de la historia en el que te encuentres, siempre dan miedo. ?Lo padecer¨¦ yo? La diferencia es que vivimos en un mundo global y puedes extender esa infecci¨®n desde China hasta el Reino Unido en un viaje en avi¨®n. La gente se mov¨ªa, pero no tanto.
P. ?Cree que tendemos a olvidar lo que no nos conviene del pasado, como la presencia espeluznante de esclavos en el mundo cl¨¢sico?
R. Creo que la gente es consciente de que en el mundo antiguo hab¨ªa muchos esclavos. De hecho, no puedes leer literatura antigua sin verlo, pero en cierta medida lo minimizamos. Hablamos de ellos como si fuesen una especie de sirvientes, como alguien de la familia. Pero hasta que historiadores como Moses Finley en los sesenta y setenta estudiaron el asunto no fuimos conscientes de la dimensi¨®n de la esclavitud. El mundo antiguo era un sistema de explotaci¨®n de esclavos, un sistema econ¨®mico basado en el trabajo esclavo. En la historia existen muy pocos periodos en los que no haya habido esclavos. Pero en el mundo antiguo es diferente porque los esclavos constitu¨ªan la base de su econom¨ªa, no solo no eran libres, sino que eran objetos vendidos y comprados como ahora har¨ªamos con un coche. Es muy dif¨ªcil no solo ver la dimensi¨®n de la explotaci¨®n, sino incluso del sadismo. Pensamos que muchos esclavos eran liberados o compraban su libertad, y eso era verdad, pero no liberaban esclavos por motivos humanitarios, sino porque dejaban de servir, les costaba m¨¢s mantenerlos que el trabajo que hac¨ªan. Puedes impactar a los estudiantes al decir algo que creo que es verdad: para ellos era como jubilar tu lavadora y comprar un modelo nuevo. Eso no significa que no hubiese todo tipo de relaciones entre esclavos y amos, era un fen¨®meno muy habitual.
"No hay muchas cosas en las que los antiguos tuviesen suerte, ten¨ªan m¨¦dicos muy malos, no exist¨ªa la contracepci¨®n, las mujeres mor¨ªan al dar a luz, pero las infecciones eran m¨¢s f¨¢ciles de controlar"
P. En su libro Peque?a historia de los cl¨¢sicos explica que la b¨²squeda de los frisos del templo de Apolo de Basas, que ahora est¨¢n en el Museo Brit¨¢nico, fue una colaboraci¨®n de cient¨ªficos de diferentes pa¨ªses europeos en medio de las guerras napole¨®nicas. ?Cree que los cl¨¢sicos son una de las cosas que nos unen como europeos?
R. De una forma extra?a, pero s¨ª. Eran de pa¨ªses enemigos en las guerras napole¨®nicas, pero el mundo cl¨¢sico puede trascender esas fronteras. Una cosa que compartimos en Europa occidental, por lo menos hasta Escocia, es que todos formamos parte del imperio romano. De hecho, el imperio romano invent¨® Europa. Y los frisos de Basas son un s¨ªmbolo de esto, de que la cooperaci¨®n es posible.
P. ?Y deber¨ªan seguir aqu¨ª o volver a Grecia?
R. Creo que esos argumentos son muy complejos. ?D¨®nde deber¨ªan estar estos objetos? Creo que existe un acuerdo universal en un punto: no queremos vivir en un mundo donde todos los objetos est¨¢n en el lugar en el que fueron realizados. Todo lo que ves en Inglaterra es ingl¨¦s, todo lo que ves en Espa?a es espa?ol y todo lo que ves en Grecia es griego. Nos gusta la idea de que las culturas se intercambien objetos. Por otro lado, no nos gusta nada la idea de que la gente pueda ir a un lugar y robar cosas y mostrarlas un poco como un triunfo.
P. ?Pero las roban o las conservan?
R. Digamos que las roban. El problema es lo que ocurre en medio. Podemos establecer una norma: no debemos mostrar objetos saqueados para decorar un museo imperialista. Pero tampoco queremos que las obras de arte no se muevan. Cuando voy a Nueva York y visito el Museo Metropolitano me encanta ver cosas inglesas. No fueron exactamente robadas, pero digamos que fueron compradas entre las dos guerras. El problema es c¨®mo lidiar con cada caso individual. Los frisos del Parten¨®n son un problema, los bronces de Ben¨ªn tambi¨¦n. Tendemos a verlo como una pelea entre los que quieren que todo vuelva y los que quieren quedarse con todo. Las cosas son m¨¢s complejas. Por ejemplo, ?a qui¨¦n pertenecen esos objetos? ?Qui¨¦n tendr¨ªa el derecho de decidir sobre su destino? ?Cu¨¢l es el estatuto de los objetos art¨ªsticos en un mundo global? Y sabemos que es un mundo global por c¨®mo se propaga el coronavirus.
P. Usted debati¨® con Boris Johnson sobre Roma y Grecia. ?Realmente conoce el primer ministro bien los cl¨¢sicos?
R. Los conoce bastante bien, pero solo bastante. Es listo, es licenciado en cl¨¢sicas, ha le¨ªdo algo, pero es demasiado antiguo. Hace poco le escuch¨¦ decir que en el imperio romano los esclavos, las mujeres y los pobres encontraron refugio en el cristianismo. Hace 50 a?os que los acad¨¦micos han renunciado a este argumento. Creo que es sincero, pero no sabe tanto como ¨¦l cree. Y de vez en cuando se muestra bastante econ¨®mico con la verdad.
P. Cuando uno sigue el muro de Adriano en su parte m¨¢s oriental, en Newscastle, se recorre un barrio multicultural lleno de restaurantes indios, rumanos¡ ?Era as¨ª el Imperio romano, un lugar donde se mezclaban todas las culturas de aquella ¨¦poca?
R. Sin duda, pero hay un matiz muy interesante. A diferencia de nosotros, hab¨ªa una cosa que no interesaba a los romanos en su diversidad cultural: la comida. Ten¨ªan religiones extranjeras, mezclas de etnias y de ropa, pero nadie hablaba de la comida.
P. ?Por qu¨¦?
R. No lo s¨¦, es muy interesante. No tenemos ning¨²n texto romano que diga algo as¨ª como: ¡°?Sabe usted? Estos sirios comen fatal, o muy picante o muy bien¡±. Parece que no les interesaba nada la comida de otras culturas.
"Creo que existe un acuerdo universal en un punto: no queremos vivir en un mundo donde todos los objetos est¨¢n en el lugar en el que fueron realizados"
P. Pero, por ejemplo, el garum de C¨¢diz era muy famoso.
R. Les interesaba mucho la comida, pero no les interesaba lo que hoy llamar¨ªamos comida ¨¦tnica. Tenemos cartas de Plinio cuando se encuentra en su provincia en Turqu¨ªa o de Cicer¨®n cuando est¨¢ en el sur de Turqu¨ªa que hablan de c¨®mo es vivir en una cultura diferente, pero no dicen nada sobre una comida diferente. Para nosotros la comida es la marca absoluta de la diversidad cultural, de la integraci¨®n. No hay m¨¢s que recordar todos los chistes sobre si el pollo tikka masala es el plato nacional brit¨¢nico. Y s¨ª est¨¢n interesados en la comida, es cierto que les interesa mucho el garum bueno, pero no ven la comida como una marca ¨¦tnica.
R. Una de las cosas m¨¢s dif¨ªciles de ser historiador es desmontar los mitos. En uno de sus libros, por ejemplo, dice que no existen pruebas de que ning¨²n cristiano fuese asesinado en el Coliseo, pero resulta muy dif¨ªcil de desmontar.
P. Lo que dije m¨¢s bien es que no conocemos el nombre de ning¨²n cristiano que haya sido asesinado en el Coliseo, aunque s¨ª creemos que hubo cristianos asesinados all¨ª. Pero en ning¨²n caso se trata de los santos que al parecer fueron asesinados ah¨ª.
P. Y muchas veces se imagina a Ner¨®n en el Coliseo¡
R. Cuando ni siquiera se hab¨ªa construido cuando ¨¦l rein¨®.
P. ?Y ocurre lo mismo con todos los mitos que se han construido en torno a la diferencia de Inglaterra para justificar el Brexit? ?Se pueden desmontar?
R. Existe un mito, por ejemplo, que dice que no hab¨ªa gente de color aqu¨ª hasta los a?os cincuenta del siglo pasado y no es verdad. Y luego est¨¢n todos los mitos sobre el imperio brit¨¢nico como una fuerza gloriosa y civilizadora en el mundo, que trajo ferrocarriles. Y es cierto, trajo ferrocarriles, pero tambi¨¦n hizo unas cuantas cosas terribles. No llegamos a reconocer que el imperio brit¨¢nico fue explotador. Es una visi¨®n nost¨¢lgica de aquellos tiempos en que todo el mapa del mundo estaba pintado de rojo y existe todav¨ªa la idea de una misi¨®n civilizadora.
P. En SPQR dice que uno de los secretos del triunfo de Roma es que fue capaz de absorber a muchas culturas diferentes. ?Podemos decir lo mismo de otros imperios?
R. Muchos de los efectos de la multiculturalidad que hoy valoramos son las consecuencias de imperios. El inter¨¦s brit¨¢nico en la comida india, la forma de ver el mundo de una forma global son cosas que valoramos y que podemos encontrar ya en la antigua Pompeya. Viv¨ªan en una peque?a ciudad de provincias del imperio romano, pero pod¨ªan imaginar c¨®mo era el Nilo, ten¨ªan una visi¨®n de ello. Es imposible no dejarse impresionar por ello. Un imperio conlleva necesariamente una expansi¨®n de horizontes, pero tambi¨¦n muchas otras cosas que no nos gustan.
P. Acaba de estrenar una serie sobre el desnudo en la BBC. ?Por qu¨¦ se ha interesado por el desnudo?
R. Decidimos hacer la serie sobre el desnudo porque pensamos que es un tema sobre el que todo el mundo tiene una opini¨®n. Pod¨ªamos haber tratado los paisajes o los retratos, pero el desnudo es algo que produce discusiones intensas. Quer¨ªamos hacer una serie que mostrase una visi¨®n controvertida del arte, ante la que tienes que tomar posici¨®n. Lo que tiene de interesante el desnudo es que es controvertido desde la Antig¨¹edad, desde el siglo IV antes de Cristo. Y sigue si¨¦ndolo. Seguimos debatiendo sobre lo que puedes mostrar en Facebook o en Instagram. Puedes ir a un museo y ver desnudos que si pones en tu cuenta de Instagram te suspenden. Es un buen tema para pensar c¨®mo miramos nuestro cuerpo y c¨®mo cambia la forma en que lo miramos. Qu¨¦ cuerpos no vemos, por ejemplo, tema que tratamos en el segundo programa. ?Hasta d¨®nde no llega el desnudo? A la gente mayor, por ejemplo. Es un tema muy interesante para debatir.
"Espero haber logrado mostrar que el pasado siempre est¨¢ cambiando, que podemos mantener un di¨¢logo con el pasado, que podemos mostrarlo de manera diferente"
P. ?Los antiguos ten¨ªan un concepto muy diferente del desnudo? Recuerdo que cont¨® los enormes problemas que provoc¨® en la exposici¨®n de Pompeya en el Museo Brit¨¢nico la estatua del dios Pan fornicando con una cabra que apareci¨® en las ruinas de Herculano.
P. Es una escultura impresionante, Pan con una cabra. Y c¨®mo se mostraba represent¨® un problema. Al final se decidi¨® poner una nota en la puerta que dec¨ªa que los objetos en esa sala no eran adecuados para ser vistos por ni?os peque?os, que es precisamente la mejor manera de despertar su inter¨¦s. Este es un ejemplo muy claro de hasta qu¨¦ punto el mundo antiguo es diferente. Vivo en una casa que est¨¢ muy bien, tengo una actitud liberal hacia la vida, pero no me imagino que tuviese encima de mi mesa una escultura de Pan mont¨¢ndoselo con una cabra. Al final, nos plantea la pregunta clave: nos gustan o no nos gustan los romanos.
P. Incluso en el podcast de la BBC sobre su serie emiten un mensaje antes que advierte de que se trata de contenidos que hablan de desnudos porque analiza el cuadro de Courbet El origen del mundo.
R. Es todav¨ªa m¨¢s divertido en la p¨¢gina web de la BBC porque el programa se llama The shock of the nude (el choque del desnudo) y debajo pone un mensaje que dice: ¡°Contiene desnudos¡±.
P. Tambi¨¦n explica que el primer desnudo femenino del mundo se convirti¨® en una atracci¨®n internacional en la antigua Grecia. ?Realmente atra¨ªa a turistas de todo el mundo antiguo?
R. En el mundo griego, desde muy pronto, existe el desnudo masculino, desde el siglo VIII antes de nuestra era se difunde la imagen del ciudadano perfecto, hombre, con un cuerpo perfecto. Pero al principio del siglo IV se erige el primer desnudo femenino a escala humana. Resulta tremendamente controvertido. La ciudad que recibe la estatua de Afrodita es Cnido, en lo que es hoy Turqu¨ªa, y se convierte en una atracci¨®n tur¨ªstica desde el principio. La gente la compra en miniaturas, en el equivalente antiguo de los imanes de nevera, lo ponen en monedas y es lo que vas a ver a Cnido. Y comienzan a circular muchas historias, entre otras la de un joven que se enamora de la estatua, se encierra de noche en el templo con ella, hace el amor o lo que puedas hacer con una estatua de m¨¢rmol y por la ma?ana se vuelve loco y se suicida. Es una historia que nos muestra que las estatuas pueden ser objetos de deseo¡
P. ?Y no cree que tambi¨¦n nos transmite la historia que luego aparece en el cristianismo y el islam de que el cuerpo de la mujer es peligroso?
R. Sin duda, vuelve locos a los j¨®venes. Para m¨ª, es interesante c¨®mo se estudia el desnudo. Una de las cosas que quer¨ªamos transmitir con este documental es la idea de que este debate lleva mucho tiempo con nosotros en Occidente.
P. ?Es una responsabilidad para usted haberse convertido en un modelo para mujeres de todo el mundo?
R. No s¨¦ si soy un modelo, pero si puedo contribuir un poco a mostrar que las mujeres pueden contratacar con la basura que la gente les lanza, eso ser¨ªa suficiente.
P. ?Y tambi¨¦n por ense?ar a mirar hacia el pasado de una manera completamente diferente?
R. Espero haber logrado mostrar que el pasado siempre est¨¢ cambiando, que podemos mantener un di¨¢logo con el pasado, que podemos mostrarlo de manera diferente. No aprendemos del pasado, de una manera directa, pero lo que s¨ª creo es que al estudiar el pasado sabemos m¨¢s de nosotros mismos.