Tesoros y leyendas de la Casa de Alba
El palacio de Liria alberga la colecci¨®n de pinturas privada m¨¢s importante de Espa?a y es una especie de versi¨®n reducida del Museo del Prado
Situado en pleno centro de Madrid, en la calle de la Princesa, a pocos metros del asfixiante asfalto de la plaza de Espa?a, el palacio de Liria ha estado siempre rodeado de misterio para los viandantes. Semioculto por ¨¢rboles centenarios y cuidados jardines franceses, solo al fondo se pod¨ªa atisbar desde fuera un palacio repleto de tesoros entre los que viv¨ªan los Alba, una familia aristocr¨¢tica rica en patrimonio, historia y leyendas. En septiembre del a?o pasado, los candados de las verjas de hierro forjado que rodean el palacio neocl¨¢sico se abrieron al p¨²blico por decisi¨®n del XIX duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Mart¨ªnez de Irujo.
La apertura del palacio de Liria fue, sin duda, una de las grandes noticias culturales de 2019, porque la ciudad de Madrid sum¨® a sus muchos museos la posibilidad de conocer la mejor colecci¨®n privada de Espa?a, una especie de versi¨®n reducida del Museo del Prado, que hasta entonces se hab¨ªa podido degustar con cuentagotas a trav¨¦s de sus pr¨¦stamos para grandes exposiciones nacionales e internacionales y en una completa muestra en el CentroCentro Cibeles.
En la estela de otras grandes colecciones particulares europeas, la de los Alba se muestra tal cual han vivido las obras entre las paredes del edificio construido por Ventura Rodr¨ªguez sobre planos de Louis Gilbert. El p¨²blico puede visitarla repartida por las dos primeras plantas del edificio. En la tercera vive el duque, acompa?ado a veces por alguno de sus hijos, Fernando y Carlos.
Despu¨¦s del inevitable par¨®n impuesto por la pandemia, los Alba han reabierto el palacio con pocas variaciones. El nuevo protocolo consiste en la toma de temperatura a los visitantes, que pueden entrar en grupos de 15 personas cada 30 minutos (antes eran 20) y nunca rebasar las 40 visitas en el interior. El recorrido (14 euros la entrada) se hace con audiogu¨ªas que son desinfectadas con un novedoso sistema de luz ultravioleta.
El palacio fue mandado construir por Jacobo Fitz-James Stuart y Col¨®n. Durante la Guerra Civil, los bombardeos dejaron el edificio reducido al chasis, aunque dio tiempo a proteger el contenido en lugares seguros, como la Embajada brit¨¢nica o el Banco de Espa?a. Pasada la guerra, Jacobo Fitz-James Stuart y Falc¨® decidi¨® reconstruir el palacio con muy pocas variaciones sobre lo que hab¨ªa sido. Con la ayuda de su hija Cayetana y de su primer marido, Luis Mart¨ªnez de Irujo, Liria se levant¨® sobre sus cenizas. El duque hizo prometer a su hija que residir¨ªa siempre en el palacio y que mantendr¨ªa unida la colecci¨®n. La arist¨®crata cumpli¨® su promesa y, aunque le gustaba pasar largas temporadas en el palacio de las Due?as de Sevilla, nunca abandon¨® Liria.
Solo por su mobiliario, miniaturas, tapices o relojes, la colecci¨®n merecer¨ªa una detallada visita. Pero son sus casi 400 pinturas las que la sit¨²an entre las m¨¢s importantes del mundo. Las obras maestras de las escuelas espa?ola y flamenca son la envidia de cualquier museo. Pero tiene adem¨¢s joyas exclusivas en Espa?a, como la que se ha a?adido por sorpresa tras la reapertura poscovid: un ¨®leo de Jean-Auguste-Dominique Ingres, Felipe V imponiendo el Tois¨®n de Oro al duque de Berwick (1817), que se exhibe junto al boceto preparatorio realizado por el artista franc¨¦s. El cuadro fue un encargo del XIV duque de Alba al pintor, aunque se incorpor¨® a la colecci¨®n posteriormente, cuando fue recuperada por el abuelo del actual duque a principios del siglo XX.
?lvaro Romero S¨¢nchez-Arjona, director cultural de la Fundaci¨®n Alba, explica que lo que vemos en Liria es una suma de colecciones aportadas por distintas ramas vinculadas a la familia tanto por la v¨ªa pol¨ªtica como familiar. En el suelo del zagu¨¢n que da acceso al recorrido, las teselas de un espectacular mosaico reproducen las armas de las casas de Berwick y de Alba, junto a las fechas 1773 y 1953. El comienzo y la reconstrucci¨®n. El duque Carlos Miguel aport¨® piezas fundamentales italianas y flamencas, a las que se suman m¨¢s de una veintena de corpus, aunque los m¨¢s reconocidos son los de las casas de Monterrey, Carpio y la de Eugenia de Montijo, que muri¨® en Liria y leg¨® su colecci¨®n a su sobrino Jacobo Fitz-James Stuart. Por cierto, la esposa de Napole¨®n III inaugurar¨¢ en 2021 la serie de peque?as exposiciones temporales en Liria.
El recorrido por las salas supone un encuentro con hitos de la pintura, como los retratos de Francisco de Goya a la XIII duquesa de Alba y a la marquesa de Laz¨¢n; los del Gran Duque de Alba realizados por Tiziano y Rubens; el de la infanta Margarita de Vel¨¢zquez; el del can¨®nigo Juan de Miranda de Murillo; el de Santo Domingo de Guzm¨¢n, fundador de los dominicos, de Zurbar¨¢n; el San Onofre de Ribera, y Venus y Marte de Lavinia Fontana.
La ¨²ltima parada est¨¢ en la biblioteca, creada por el duque Jacobo Fitz-James Stuart y Falc¨®, con cerca de 20.000 vol¨²menes y en la que trabajaba Jes¨²s Aguirre, segundo esposo de Cayetana de Alba. Si las pinturas son important¨ªsimas, los tesoros en papel no lo son menos. La primera vitrina contiene la Biblia de la Casa de Alba, de 1430, la primera en lengua castellana. Se trata de un libro manuscrito, con preciosas ilustraciones, que fue encargado por el maestre de la Orden de Calatrava. Permaneci¨® en manos de la Inquisici¨®n y acab¨® en poder del conde-duque de Olivares, uno de los t¨ªtulos de la Casa de Alba.
Otros incunables son la Biblia Complutense, la Pol¨ªglota, el doble acuerdo matrimonial de los hijos de los Reyes Cat¨®licos, don Juan y do?a Juana (Juana la Loca) con Margarita de Austria y Felipe el Hermoso, respectivamente, y el ¨²ltimo testamento de Fernando el Cat¨®lico, firmado por ¨¦l en la localidad cacere?a de Madrigalejo el d¨ªa antes de morir, en 1516. El colof¨®n lo forma el conjunto de documentos, dibujos y cartas escritas por Crist¨®bal Col¨®n. Liria conserva el mayor conjunto de misivas del almirante, 21 de las 43 existentes (otras 16 descansan en el Archivo de Indias de Sevilla).
Fuera de la vista de los visitantes, en la parte privada de los jardines, est¨¢ el cementerio de mascotas que han acompa?ado a varias generaciones de la familia. Al igual que Peggy Guggenheim en el palacio Venier dei Leoni, cada uno es recordado con su nombre. Pero eso es parte de la vida privada de los Alba.
Palacio de Liria. Casa de Alba. Calle de la Princesa, 20. Madrid. Abierto de lunes a viernes por las ma?anas, y s¨¢bados, domingos y festivos, ma?ana y tarde. Consultar horarios en la p¨¢gina web.
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