Rompedoras (I): Wanda Jackson, la jefa de la fiesta
La cantante y compositora, que rompi¨® moldes en el 'rock'n'roll' y desprend¨ªa una energ¨ªa fiera, inaugura una serie de verano que reivindica a grandes pioneras a¨²n vivas de la m¨²sica popular
All¨¢ por mediados del siglo pasado, la sociedad norteamericana no estaba preparada para el zarpazo del primer?rock'n'roll, pero mucho menos para que pudiese encabezarlo, entre otros, una mujer. Si ya era un esc¨¢ndalo que un adolescente seductor y con voz tan penetrante como Elvis Presley revolucionase las hormonas al menear caderas o que cantantes negros como Chuck Berry o Little Richard fueran due?os de la f¨®rmula de un sonido endiablado y lleno de lascivia, solo faltaba que una chica pudiese conseguir lo mismo que ellos. Y Wanda Jackson lo consegu¨ªa.
Si como cantaba Eddie Cochran en C¡¯mon Everybody, el rock'n'roll originario no ten¨ªa ning¨²n veh¨ªculo transformador m¨¢s all¨¢ de juntar a la pe?a en el guateque secreto de un colega del instituto para bailar y pasarlo bien, no es menos cierto que este calambrazo mediante guitarras el¨¦ctricas acabar¨ªa por cambiar much¨ªsimo el paisaje sin pretenderlo. La fiesta pon¨ªa nerviosa a la sociedad puritana anglosajona, herencia del siglo XIX americano donde se dio un resurgimiento cristiano de una actividad evangelizadora sin precedentes conocido como Segundo Gran Despertar y que se revalid¨® tras la Gran Depresi¨®n, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. Si nadie contaba con la fiesta del rock'n'roll, menos a¨²n que una joven tuviese m¨¢s bemoles que nadie para ser la jefa de la fiesta. Wanda Jackson los ten¨ªa, tanto que sus primeros discos de primeros de los sesenta se titularon There's a Party Goin' On (Hay una fiesta en marcha) y Rockin¡¯ with Wanda! (?Men¨¦ate con Wanda!), que recog¨ªan cuatro a?os de singles.
La fiesta de Wanda hac¨ªa menear las caderas tanto como las de Elvis Presley. Cuando el fen¨®meno Elvis empez¨® a coger fuerza de torbellino con sus espect¨¢culos itinerantes en los estados del sur en 1955, Wanda Jackson le acompa?aba. La ¨²nica chica compartiendo cartel con otros pioneros como Johnny Cash, Buddy Holly o Peter Wagener. Cuentan que a Cash le impon¨ªa tanto que era incapaz de llamar a la puerta de su camerino. Elvis, la gran estrella ascendente, se hizo muy amigo de ella. Tonteaban y se iban de fiesta juntos despu¨¦s de los conciertos. ?l le regal¨® un anillo que ella llev¨® en una cadena alrededor del cuello durante un tiempo.
Elvis admiraba a Wanda y le inst¨® a grabar canciones de rock'n'roll. Ella, como ¨¦l, ven¨ªa del country. Incluso su padre hab¨ªa sido cantante del g¨¦nero vaquero pero lo dej¨® durante la Gran Depresi¨®n. Con sus vestidos ajustados, tacones altos y largos pendientes, se pas¨® al?rock'n'roll y, con ese combo explosivo de actitud, energ¨ªa y descaro, mucho descaro, Wanda Jackson se erigi¨® como jefa del rockabilly en canciones como Fujiyama Mama en 1957 y Rock Your Baby en 1958. El rockabilly era una derivaci¨®n del rock'n'roll, pero con un ritmo m¨¢s sincopado y machac¨®n, donde chirriaban con m¨¢s fuerza los trenes al pasar y cobraban m¨¢s sentido los alaridos. Wanda daba alaridos que levantaban de la silla hasta a los sordos.
Hab¨ªa por esos a?os una cantante tambi¨¦n a reivindicar como Janis Martin, a la que se le conoci¨® como la ¡°Elvis femenina¡±. Era la que m¨¢s hac¨ªa por parecerse al Rey. Pero, con su car¨¢cter y su puesta en escena m¨¢s potente, Wanda simbolizaba mucho. No necesitaba de esas etiquetas. Como Elvis, Cash y otros, ten¨ªa su propio grupo de acompa?amiento: los Party Timers, con un gran Roy Clark a la el¨¦ctrica. Y, sobre todo, su m¨²sica expresaba la determinaci¨®n impaciente de divertirse. Sin embargo, la sociedad no estaba preparada para que una chica cantase aquella nueva m¨²sica tan salvaje. En el rock'n'roll, ninguna mujer pudo destacar como estrella, aunque Wanda tuviese todos los atributos.
Volvi¨® al country, donde empez¨® y siempre hab¨ªa un mercado consolidado de voces femeninas. Y con todo nunca fue domesticada. En 1970, public¨® My Big Iron Skillet, un alegato feminista en el que carga duramente contra un hombre nocivo para una mujer que espera con ¡°una gran sart¨¦n de hierro¡± para devolverle todo el mal que le ha hecho y luego, ya s¨ª, marcharse. ¡°Crees que aqu¨ª en casa es donde deber¨ªa estar¡ Te voy a mostrar c¨®mo una peque?a mujer deja a un hombre grande¡±, cantaba la misma mujer que en 1961, en pleno meneo del rock, se neg¨® a dejar su carrera de cantante cuando conoci¨® a un ejecutivo de IBM con el que se cas¨®. Otras en situaci¨®n similar hab¨ªan abandonado la m¨²sica, pero ella sigui¨® y fue su marido el que acab¨® siendo su representante.
Hoy, a sus 82 a?os, Wanda Jackson est¨¢ retirada de los escenarios por cansancio. Lo anunci¨® el a?o pasado. All¨ª se la pod¨ªa ver haciendo versiones de Amy Winehouse. Sin embargo, quiz¨¢ todav¨ªa tenga fuerzas para grabar alg¨²n disco. En 2011, sac¨® The Party Ain't Over, bajo el amparo del m¨²sico Jack White, quien se declar¨® gran admirador. Al a?o siguiente public¨® Unfinished Business. Aquella promoci¨®n ya vino con el eslogan del ¡°regreso de la reina del rockabilly¡±. Huyamos de lo de reina, que Estados Unidos es una rep¨²blica y, como bien es sabido, la realeza sirve para menear los bolsillos m¨¢s que las caderas. Qued¨¦monos con el t¨ªtulo de ese disco: la fiesta no ha terminado, aunque poco le queda. Al morir hace unos meses Little Richard, muchos se apresuraron a decir que de los pioneros del rock'n'roll solo quedaba vivo Jerry Lee Lewis. Error: Wanda Jackson sigue viva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.