Contra el imperialismo cultural
El volumen 'Poder, pol¨ªtica y cultura' re¨²ne una serie de entrevistas en las que Edward Said polemiz¨® sobre asuntos como la idea de canon literario o la situaci¨®n en Palestina
?Es lo que llamamos cultura dominante fruto exclusivo de la dominaci¨®n de unos seres por otros? Esta es una de las cuestiones b¨¢sicas que se desprenden de la obra quiz¨¢ m¨¢s conocida y pol¨¦mica de Edward Said, Orientalismo. Su autor, palestino nacionalizado norteamericano y catedr¨¢tico durante a?os en la Universidad de Columbia despu¨¦s de haberse graduado en Princeton, fue un prol¨ªfico y controvertido intelectual, comprometido activamente con la causa palestina. Falleci¨® v¨ªctima del c¨¢ncer en 2003 no sin antes habernos regalado una autobiograf¨ªa y editado una colecci¨®n de muchas de las entrevistas que se le hicieron en vida. Ahora se publican en castellano, casualmente o no, coincidiendo con la celebraci¨®n de dos exposiciones pl¨¢sticas, una en Valencia y otra en Sevilla, inspiradas por el citado libro. O al menos por su t¨ªtulo.
Premio Pr¨ªncipe de Asturias en 2002, Said fue un personaje conocido y respetado en Espa?a. Suscribi¨® poco antes de su muerte la creaci¨®n de la Fundaci¨®n de las Tres Culturas con Daniel Barenboim y la Junta de Andaluc¨ªa. Juan Goytisolo, con el que le uni¨® sincera amistad, fue su introductor en los c¨ªrculos intelectuales hispanos y le ayud¨® a interpretar la especial relaci¨®n hist¨®rica de los espa?oles con la cultura ¨¢rabe. Los di¨¢logos que ahora conocemos, salvo un largo trabajo editado por la Universidad Cornell, fueron conversaciones en vivo, cara a cara con sus interlocutores, fruto a veces de la improvisaci¨®n y de un combate dial¨¦ctico entre preguntador y preguntado. Said brill¨® como cr¨ªtico musical y literario, siendo autor de un memorable ensayo sobre Joseph Conrad. Todos sus centros de atenci¨®n, tan variopintos y diferentes, est¨¢n presentes en el largo interrogatorio al que se someti¨® durante a?os a instancias de periodistas, disc¨ªpulos y colegas acad¨¦micos.
Sus reflexiones se centran sobre todo en las relaciones din¨¢micas entre la cultura y el poder. En Orientalismo defendi¨® la tesis de que la visi¨®n europea sobre el mundo ¨¢rabe era una impostaci¨®n al servicio del imperialismo colonial. El eurocentrismo, en ese sentido, no deja de ser una lacra que permite a los m¨¢s prestigiosos maestros del pensamiento y las artes despreciar otras culturas en nombre de una supuesta superioridad moral. De Stuart Mill a Carlos Marx, pasando por Dickens y tantos otros, nadie se libra de esta acusaci¨®n. Polemiza tambi¨¦n con Harold Bloom sobre el papel del canon en la creaci¨®n literaria (¡°estoy diciendo que la poes¨ªa crea a los poetas, mientras que Bloom cree que los poetas crean a la poes¨ªa¡±), pues entiende que la cultura no es el resultado de intervenciones singulares de personajes rebeldes, sino de la adaptaci¨®n a una armon¨ªa b¨¢sica que recibe el nombre de cultura dominante. Es en la formaci¨®n y la transmisi¨®n hist¨®rica del canon donde se construye la legitimaci¨®n cultural, de la que escapa precisamente la cultura de masas o popular. La cultura dominante es creada por el poder para sus propios intereses.
En lo que concierne a la cuesti¨®n palestina y el conflicto de Oriente Pr¨®ximo, sus palabras son expresivas de lo que en realidad constituye su mayor fracaso. Defendi¨® hasta su muerte que la ¨²nica soluci¨®n para el conflicto era un Estado laico binacional donde jud¨ªos y musulmanes convivieran. Rechaz¨® que la Intifada fuera una serie de actos irreflexivos violentos y la consideraba ¡°una alternativa mediante la cual los palestinos que viven bajo la ocupaci¨®n han decidido declarar su independencia de esa ocupaci¨®n defendiendo no tanto modelos como formas distintas para sus vidas¡±. Rechaz¨® los acuerdos de Oslo y colabor¨® en la preparaci¨®n de la Conferencia de Madrid, para terminar rompiendo acremente con la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP). A Yasir Arafat, a quien apoy¨® en un principio (¡°en Estados Unidos se me conoc¨ªa como el hombre de Arafat¡±), le califica de corrupto, mat¨®n y d¨¦spota, asegura que acab¨® traicionando a todo el mundo y que su ejemplo era devastador para su pueblo, pues ten¨ªa la actitud servil de ser ¡°el negro del hombre blanco¡±. Si uno contempla la realidad actual de la regi¨®n es f¨¢cil entender hasta qu¨¦ punto se equivoc¨® en sus an¨¢lisis, fruto de la pasi¨®n del exiliado antes que de la reflexi¨®n sobre la realidad.
El libro se distribuye un poco arbitrariamente en dos partes que se corresponden entre s¨ª casi como el yin y el yan: el poder de la cultura y la cultura del poder. Son cuestiones a las que Said dedic¨® todo su vida. Indudable defensor de los derechos humanos, poseedor de una mente y una actitud cosmopolita, ¨¢vido lector y maestro del pensamiento cr¨ªtico, sus palabras denotan sin embargo una incomprensi¨®n del funcionamiento aut¨®nomo del poder, que escapa de continuo a los sentimientos morales.
Feroz cr¨ªtico de los nacionalismos, antisionista confeso, cultiv¨® la relaci¨®n con los sectores intelectuales jud¨ªos de Estados Unidos. Tony Judt le prolog¨® un libro, y una de las entrevistas m¨¢s interesantes del extenso volumen que comentamos es la que dio a Jacqueline Rose, de The Jewish Quarterly de Londres. En ella, al paso de un comentario sobre Mozart, declaraba tolerar cada vez menos la idea de identidad. ¡°Resulta m¨¢s interesante intentar ir m¨¢s all¨¢ de la propia identidad, hacia otra cosa, lo que sea. Podr¨ªa ser la muerte¡, una suerte de masa indistinguible, vibrante, que se transforma de manera incesante, que es hacia donde nos dirigimos¡±. Falleci¨® cinco a?os despu¨¦s de estas declaraciones. Se ahorr¨® el sufrimiento de conocer los tiempos actuales, se?or¨ªo de la identidad.
'Poder, pol¨ªtica y cultura. Entrevistas a Edward Said'?
Autor: Edward Said. Traducci¨®n de Dami¨¢n Alou.
Edici¨®n: Gauri Viswanathan. Debate, 2020.
Formato: Tapa blanda o bolsillo. 528 p¨¢ginas.
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