Sacudida en la escena internacional
De obras para un solo espectador a peri¨®dicos dramatizados, la escena extranjera tambi¨¦n apuesta por la experimentaci¨®n como salvavidas

La acci¨®n transcurre en alg¨²n rinc¨®n corporativo de Indiana o Delaware. Sarah Jane tiene 53 a?os y, tras un largo sacerdocio en la oficina, decide que ha llegado la hora de tomarse unas vacaciones. El sustituto que ocupar¨¢ su cub¨ªculo en su ausencia ser¨¢ el primer espectador que entre por la puerta de la peque?a galer¨ªa del East Village neoyorquino que, desde esta noche, acoger¨¢ las representaciones de Temping, una obra teatral para un solo espectador que deber¨¢ responder llamadas, mandar correos y realizar otras tareas durante 45 minutos de espect¨¢culo. Con los teatros cerrados, las compa?¨ªas de la ciudad apuestan, igual que las espa?olas, por la experimentaci¨®n como bote salvavidas. Sucede con las obras presenciales y con las virtuales, que van dejando atr¨¢s la pantalla partida de Zoom como ¨²nico escenario viable. The Great Work Begins, versi¨®n abreviada de ?ngeles en Am¨¦rica, que se estren¨® online a comienzos de mes para recaudar fondos para la investigaci¨®n sobre el sida, sorte¨® la dificultad que supon¨ªa reunir en un mismo escenario a las estrellas participantes, como Glenn Close o Laura Linney, uni¨¦ndolas en el mismo plano con efectos digitales baratos y fondos de pantalla algo kitsch, que situaban el resultado en alg¨²n punto entre el videoarte m¨¢s sofisticado y la execrable adaptaci¨®n f¨ªlmica de Cats.
En Londres, la crisis sanitaria se ha llevado por delante las programaciones previstas por los grandes teatros, sustituidas por obras inspiradas en la actualidad, como el mon¨®logo que interpreta Ralph Fiennes en Beat the Devil, sobre la experiencia del dramaturgo David Hare al enfermar del virus, o los living newspapers que ultima el Royal Court Theatre para noviembre. Se inspirar¨¢n en los que impuls¨® el Federal Theatre Project de Roosevelt durante la Gran Depresi¨®n, que encarg¨® a dramaturgos en paro que escribieran obras sobre temas candentes, como los problemas de vivienda y los linchamientos a negros. De manera m¨¢s literal, el colectivo franc¨¦s Live Magazine llevar¨¢ el periodismo a escena en Par¨ªs, Bruselas y Mil¨¢n durante el oto?o, de una forma parecida a lo que Diario Vivo hace en Madrid. En Alemania, una compa?¨ªa de Oberhausen pone en escena La peste, de Camus, con actores que parecen hologramas ¡ªel resultado se emite en la cadena 3Sat¡ª, y, en Suiza, la vanguardista Schauspielhaus de Z¨²rich representa el Dec¨¢logo de Kieslowski en versi¨®n interactiva, como si fuera un libro de Elige tu propia aventura. En los a?os treinta, las adaptaciones radiof¨®nicas que triunfaron durante el cierre forzoso de los teatros lograron alterar la escritura dram¨¢tica y terminaron con el artificio de las voces impostadas. ?Qu¨¦ puede suceder ahora? Es desafortunado invocar el t¨®pico de la creatividad que aflora en los tiempos dif¨ªciles, que nunca deber¨ªa maquillar las insoportables estrecheces que hoy vive el sector. Pero cuesta recordar ¨¦pocas recientes en las que una sacudida estructural haya tenido efectos art¨ªsticos tan vertiginosos.
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