Cultura y el Toro, una contradicci¨®n flagrante en forma de premio nacional
Reflexiones sobre la concesi¨®n y aceptaci¨®n de un galard¨®n taurino carente de sentido
A tenor de la situaci¨®n que atraviesa la tauromaquia, mejor no andarse con pa?os calientes.
El Premio Nacional de Tauromaquia que el Ministerio de Cultura acaba de conceder a la Fundaci¨®n del Toro de Lidia (FTL) encierra una m¨¢s de las muchas contradicciones que presiden las muy extra?as relaciones entre el mundo de los toros y la Administraci¨®n p¨²blica desde los tiempos de la dictadura.
As¨ª, de entrada, no parece l¨®gico que un Gobierno que no se distingue por el apoyo y promoci¨®n del espect¨¢culo taurino reconozca con un galard¨®n a la entidad que, hoy por hoy, representa al sector.
Tampoco lo parece que la Fundaci¨®n, cansada de recibir afrentas, silencios, malos modos, olvidos y atropellos de los ministerios de Cultura y Trabajo, acepte encantada un galard¨®n gubernamental que no ofrece m¨¢s satisfacci¨®n que los 30.000 euros de dotaci¨®n econ¨®mica que implica.
Para empezar, se podr¨ªa afirmar que el premio no lo concede el ministerio; este lo convoca, financia y da el visto bueno al dictamen de un jurado compuesto ¨ªntegramente por representantes del sector taurino, entre ellos varios dirigentes y socios de la fundaci¨®n; es decir, no es el ministerio el que premia, sino el que paga un reconocimiento que los taurinos tributan a la fundaci¨®n. No es lo mismo, aunque pudiera parecerlo.
Es el momento de que la fiesta cuente con un ¨®rgano de representaci¨®n ante s¨ª misma
El Ministerio de Cultura se limita a cumplir una normativa escrita en un real decreto ley de fecha 3 de noviembre de 2011, firmado por la entonces ministra socialista ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, que establec¨ªa la creaci¨®n de un Premio Nacional de Tauromaquia, como consecuencia del traslado de las competencias taurinas del Ministerio del Interior a Cultura.
Ese Real Decreto dice textualmente lo siguiente:
¡°El traspaso de competencias del Ministerio del Interior al Ministerio de Cultura en materia de fomento y protecci¨®n de la tauromaquia, llevado a cabo por medio del Real Decreto 1151/2011, de 29 de julio, consagra la consideraci¨®n de la actividad taurom¨¢quica como una disciplina art¨ªstica, y un producto cultural y, por lo tanto, una actividad digna del fomento y la protecci¨®n de la cultura, que el art¨ªculo 149.2 de la Constituci¨®n Espa?ola encomienda al Estado como deber y atribuci¨®n esencial. Entre las medidas de fomento de la tauromaquia, en tanto que actividad cultural, que el Ministerio de Cultura puede abordar, resulta oportuna y apropiada la creaci¨®n de un nuevo Premio Nacional de Tauromaquia, junto a los que ya recoge la Orden de 22 de junio de 1995, por medio del cual se reconozcan con periodicidad anual los m¨¦ritos extraordinarios de un profesional del toreo, en todas sus diferentes manifestaciones (torero, ganadero, empresario, etc.), o de una persona o instituci¨®n que haya destacado por su labor en favor de la difusi¨®n de los valores culturales de la tauromaquia¡±.
T¨¦ngase en cuenta el dato: dos a?os antes de la aprobaci¨®n parlamentaria de la Ley 18/2013 de 12 de noviembre, para la regulaci¨®n de la tauromaquia como patrimonio cultural, el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ya reconoc¨ªa la fiesta de los toros como ¡°disciplina art¨ªstica¡± y ¡°producto cultural¡±.
En 2013, Paco Ojeda fue el primer premiado; y le siguieron el fot¨®grafo Francisco Cano, ¡®Canito¡¯, la Escuela de Tauromaquia de Madrid Marcial Lalanda, Victorino Mart¨ªn, Enrique Ponce, Juan Jos¨¦ Padilla, el Foro de Promoci¨®n, Defensa y Debate de las Novilladas, y la Fundaci¨®n del Toro de Lidia.
El Ministerio de Cultura actual se ha limitado a convocar un premio creado por otro Gobierno socialista, poner su firma en el acta del jurado y aportar 30.000 euros.
(No es noticia que esta cantidad, unida a los 35.000 euros que percibe como subvenci¨®n la Fundaci¨®n del Toro de Lidia, es el montante econ¨®mico que figura en los Presupuestos Generales del Estado para la tauromaquia; obs¨¦rvese, pura an¨¦cdota, que la FTL aglutina este a?o todas las ayudas taurinas oficiales del Ejecutivo central).
No est¨¢ en juego la existencia de la Fundaci¨®n, sino la de la tauromaquia
?Ha actuado correctamente la FTL aceptando el premio de Cultura?
Es verdad que los 30.000 euros le vendr¨¢n de perlas para su escaso presupuesto, pero el asunto hubiera exigido, quiz¨¢, una reacci¨®n diferente y m¨¢s exigente: menos galardones y m¨¢s reconocimiento p¨²blico de la tauromaquia y sus gentes, menos premios y m¨¢s compromiso, menos codazos y sonrisas con mascarillas y m¨¢s apoyo efectivo y promoci¨®n.
Victorino Mart¨ªn y los patronos de la FTL siguen confiando en las maneras de un ministro de Cultura que solo les ha ofrecido palabras vac¨ªas. Y, quiz¨¢, hayan aceptado el premio como un gesto de buena voluntad, convencidos de que el Gobierno reconocer¨¢, finalmente, la fiesta de los toros como industria cultural, con el presupuesto y el impulso que merece.
Hasta el momento, no se ha demostrado que esta actitud sea la m¨¢s eficaz, y a la vista est¨¢n los escasos resultados reales de la negociaci¨®n; es m¨¢s, el ministro Rodr¨ªguez Uribes no desaprovecha una ocasi¨®n para poner tierra de por medio de lo que pudiera parecer un acercamiento a los taurinos.
Adem¨¢s, no todo el sector considera que esa sea la estrategia correcta. Por ejemplo, no piensan as¨ª los picadores, banderilleros y mozos de espada, que se han echado a las calles, han protagonizado llamativas protestas p¨²blicas y han conseguido (con la ayuda de la FTL, es verdad, pero gracias, sobre todo, a su valiente decisi¨®n) que el Gobierno apruebe, finalmente, las ayudas que Trabajo les ha negado sistem¨¢ticamente.
Y un detalle m¨¢s: el premio de Cultura debiera servir a la FTL para dar un paso m¨¢s. En junio pasado, Victorino Mart¨ªn dec¨ªa en este blog que ¡°este espect¨¢culo necesita un ¨®rgano de representaci¨®n frente a terceros¡±, y ese ha sido el trabajo fundamental de la entidad que preside. Y dijo algo m¨¢s: la FTL no debe entrar en asuntos profesionales.
Este es el momento de que la tauromaquia cuente con un ¨®rgano de representaci¨®n ante s¨ª misma y aborde en serio asuntos profesionales.
El animalismo, los ataques en las redes sociales y las relaciones con los pol¨ªticos no son los ¨²nicos inconvenientes de la tauromaquia. El sector est¨¢ rancio, anquilosado, inadaptado, y exige una revoluci¨®n interna inaplazable.
Solo si afronta esta realidad, con todos los problemas que ello conlleva en un sector con intereses a veces aparentemente irreconciliables, la FTL se har¨¢ merecedora de un premio que ahora carece de sentido.
¡°Cada vez que un ¨®rgano taurino ha pretendido abordar temas profesionales ha desaparecido¡±, a?ad¨ªa Victorino en junio.
Pues habr¨¢ que intentarlo, a pesar de todo, porque lo que hoy est¨¢ en juego no es la existencia de la fundaci¨®n, sino la de la tauromaquia.
As¨ª las cosas, hoy habr¨ªa que decirle a la FTL lo que el capit¨¢n John H. Miller (Tom Hanks) le dijo al soldado Ryan en la famosa pel¨ªcula de Steven Spielberg: ¡°H¨¢gase usted digno de esto; mer¨¦zcalo¡±.
P. D.
Las contradicciones entre el mundo taurino y la Administraci¨®n no son de ahora. El 19 de enero de 1970, el BOE public¨® el decreto por el que se creaban las Medallas al M¨¦rito de las Bellas Artes; debajo de la disposici¨®n del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia aparec¨ªan las firmas de Francisco Franco y del ministro Jos¨¦ Luis Villar Palas¨ª.
Hasta el a?o 1996, en pleno periodo democr¨¢tico, no apareci¨® el primer torero (Antonio Ord¨®?ez) entre los premiados. Para que luego digan que la tauromaquia es franquista¡
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