S¨¢tira oscura de la nueva India

Ganadora del premio Booker en 2008, la novela del periodista indio Aravind Adiga Tigre blanco es una mordaz visi¨®n de la India contempor¨¢nea que le cost¨® a su autor duras cr¨ªticas en su pa¨ªs por su ¡°c¨ªnico¡± retrato de una realidad que a juicio de las voces locales resultaba prefabricada para los bienintencionados espectadores extranjeros. Fiel al humor negro del libro y a ese destino supuestamente virgen de un p¨²blico for¨¢neo, la adaptaci¨®n a la pantalla del realizador estadounidense de origen iran¨ª Ramin Bahrani recrea la vida del joven empresario Balram Halwai, interpretado con un amplio rango expresivo por el omnipresente Adarsh Gourav.

La historia de un ni?o de una casta baja criado en el campo y condenado ¡°al gallinero¡± de los pobres, pero marcado desde cr¨ªo con la ambici¨®n de un ¡°tigre blanco¡± se plantea como una s¨¢tira social y pol¨ªtica cuya met¨¢fora de las gallinas ajusticiadas a pares en los mercados del pa¨ªs se confronta con la del regio y hambriento felino. Un espejo de una lucha de clases a lo Silicon Valley cuya moral neocapitalista se aplica aqu¨ª a un hombre condenado a ser esclavo que no parece so?ar con ninguna igualdad, sino con ser ¨¦l el pr¨®ximo amo. Mejor que el anterior, pero a fin de cuentas otra vez amo. Narrada en formato epistolar por su protagonista, la pel¨ªcula arranca con la carta que desde la solitaria atalaya del joven emprendedor le escribe a un dirigente chino que va a visitar India y al que el joven empresario le confiesa todos los s¨®rdidos y oscuros detalles de su pasado humillante y servil hasta convertirse en exitoso empresario. Con un ritmo fren¨¦tico que hace m¨¢s soportable su exagerado metraje y su empanada moral, Tigre blanco funciona gracias a su humor, a sus buenos int¨¦rpretes y a su pintoresca postal de las insalvables contradicciones de un pa¨ªs inabarcable.