¡°Hay que trabajar y estar¨¢ bien¡±: cae el tel¨®n sobre el Pav¨®n Kamikaze
Una representaci¨®n de ¡®Yo soy el que soy¡¯ cierra la aventura de la compa?¨ªa en el teatro madrile?o, ante un patio de butacas a rebosar de espectadores asiduos

¡±Ahora vamos a dar unos pasos, vamos a coger el picaporte de la puerta, a girarlo, a abrir la puerta y a salir. Y ya estar¨¢. Tenemos que trabajar, seguiremos trabajando frente a frente. Hay que trabajar y estar¨¢ bien¡±. Estas son las ¨²ltimas palabras que se han o¨ªdo este s¨¢bado en el escenario del teatro Pav¨®n Kamikaze, pronunciadas por el actor Israel Elejalde, escoltado por el director Miguel del Arco, Aitor Tejada y Jordi Bux¨®, los cuatro socios que han dirigido este espacio madrile?o desde verano de 2016.
As¨ª terminaba la obra La clausura del amor, de Pascal Rambert, interpretada por el propio Elejalde junto a B¨¢rbara Lennie sobre esas mismas tablas en 2017. El equipo, que ha decidido no seguir gestionando el espacio, las ha rescatado para despedirse de su p¨²blico. Era la ¨²ltima funci¨®n del Pav¨®n Kamikaze. El teatro cierra, fundamentalmente, como consecuencia de la crisis econ¨®mica provocada por la pandemia de la covid-19 y la reducci¨®n del n¨²mero de espectadores.
Eran las nueve de la noche y se acababa de representar Yo soy el que soy, una obra que cuenta la historia real del violinista Aaron Lee, secuestrado y torturado por su familia tras confesar su homosexualidad, interpretada por el propio Aaron Lee junto a la actriz Ver¨®nica Ronda y el pianista Gaby Goldman.
Era costumbre en este teatro desde que lo empezaron a gestionar los Kamikaze que alguno de los cuatro socios diera la bienvenida a los espectadores antes de la funci¨®n. Este s¨¢bado salieron despu¨¦s del espect¨¢culo para despedirse, acompa?ados en el patio de butacas por todo su equipo, una veintena de personas, entre acomodadores, t¨¦cnicos, personal de sala y de administraci¨®n.
No quer¨ªan marcharse sin decir personalmente adi¨®s. Porque el cierre de un teatro no afecta solo a los gestores y artistas que lo habitan, sino tambi¨¦n a su p¨²blico. Especialmente en este momento en el que actividades como el cine o las artes esc¨¦nicas se viven casi como un acto de resistencia contra la pandemia. Despu¨¦s lleg¨® la m¨²sica. Gaby Goldman interpret¨® al piano Aqu¨ª y ahora, un tema que son¨® en otro espect¨¢culo que tambi¨¦n se represent¨® en este espacio, El mis¨¢ntropo, dirigido por Miguel del Arco. Compuesto espec¨ªficamente para ese montaje por Arnau Vil¨¤ con letra de Del Arco, se convirti¨® en una especie de himno que sonaba en todas las celebraciones vividas en el Pav¨®n Kamikaze. El propio Del Arco se arranc¨® a cantarlo y el patio de butacas tembl¨® por los aplausos.

Lo de este s¨¢bado no era una celebraci¨®n, pero el ambiente no era triste. Al contrario, se respiraba mucha emoci¨®n tanto en el escenario como en el patio de butacas, lleno a rebosar de amigos, compa?eros de profesi¨®n que pasaron por esas tablas y espectadores asiduos. Entre ellos, dramaturgos como Pablo Rem¨®n, Pablo Messiez o Jos¨¦ Padilla y actores como Crist¨®bal Su¨¢rez y Manuela Velasco. Las localidades para la funci¨®n se agotaron el 21 de diciembre, justo el d¨ªa que se anunci¨® que ser¨ªa la ¨²ltima.
La despedida hab¨ªa empezado ya por la ma?ana. A primera hora el equipo Kamikaze envi¨® por correo electr¨®nico una carta personalizada a cada uno de sus espectadores socios, una especie de club de abonados que disfrutan de descuentos y acceso a ensayos o actividades especiales a cambio de una cuota anual: ¡°No ocultamos que hoy es un d¨ªa triste, pero, por encima de todo, deseamos agradeceros todo lo que nos hab¨¦is hecho vivir. Os aseguramos que todo ha merecido la pena y que, sin dudarlo un instante, volver¨ªamos a hacerlo otra vez. Nos hab¨¦is hecho tremendamente felices¡±. Muchos de ellos la publicaron en sus redes sociales, lo que dio pie a un intercambio de mensajes durante todo el d¨ªa.
As¨ª que a media tarde, cuando el equipo empez¨® a llegar al teatro para abrir por ¨²ltima vez sus puertas al p¨²blico, la emoci¨®n ya empezaba a desbordar. Y aument¨® cuando todos se reunieron en el patio de butacas para hacer una fotograf¨ªa de grupo. La hicieron tambi¨¦n antes de la primera representaci¨®n en septiembre de 2016 y quisieron repetir el rito. Entre medias de las dos im¨¢genes quedan casi cinco a?os de batallas, amistad y ¨¦xitos, adem¨¢s del Premio Nacional de Teatro de 2017.
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