Muere Manuel Salinas, un cultivador de la sensibilidad

El pintor sevillano Manuel Salinas, referente del arte abstracto, ha fallecido este s¨¢bado de madrugada a los 80 a?os v¨ªctima de la covid. Salinas fue un artista autodidacta. Hijo del pintor Manuel Salinas Benjumea, tuvo, siendo muy joven, su estudio en la Casa Salinas, en la plaza de Castilleja de la Cuesta. Eran unas habitaciones en el palacio levantado por su abuelo en el que entonces viv¨ªa su t¨ªa, Concepci¨®n Salinas. En ese estudio dio sus primeros pasos en pintura otro destacado autodidacta, Ignacio Tovar. Tal vez fuera propio de la bonhom¨ªa de Manuel: la propensi¨®n a compartir estudios. Durante algunos a?os, un amplio piso en la calle Tetu¨¢n lo utilizaban con ¨¦l Pepe Barrag¨¢n, galerista y pintor, y Jos¨¦ Soto. A tal estudio acud¨ªan adem¨¢s a veces autores m¨¢s j¨®venes, como Ruth Mor¨¢n y ?ngela Mena.

Manuel Salinas evit¨® los estudios de Bellas Artes impartidos en esos a?os por la Escuela Superior de Sevilla. Lo mismo hicieron los dem¨¢s pintores de su generaci¨®n, la generaci¨®n de los abstractos sevillanos. Gerardo Delgado y Jos¨¦ Ram¨®n Sierra culminaron sus estudios en la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura, por la que tambi¨¦n pas¨® Juan Su¨¢rez. Jos¨¦ Mar¨ªa Bermejo asisti¨® a la Escuela de Artes y Oficios e Ignacio Tovar estudi¨® turismo. En la formaci¨®n de todos ellos pesaron la galer¨ªa La Pasarela (que trajo a Sevilla a los pintores que trabajaban con Juana Mord¨®), las estancias en Sevilla de Fernando Z¨®bel y el clima (m¨¢s intenso que extenso) de minor¨ªas, heterog¨¦neas pero animosas, que intentaban zafarse de la camisa de fuerza del franquismo.

Salinas hace su primera exposici¨®n individual justamente en La Pasarela en 1965 (antes, en 1962, mostr¨® sus obras el Club La R¨¢bida, reducto del Opus Dei tolerante en materia de artes y m¨²sica). En 1969 expone en Lisboa, galer¨ªa Dinast¨ªa. A la inauguraci¨®n de la muestra acude Juan de Borb¨®n. No es casual: el padre de Manuel es un destacado miembro de la Acci¨®n Cat¨®lica Nacional de Propagandistas y su madre, Mar¨ªa Asunci¨®n Mil¨¢, fue una defensora de los derechos humanos que en los primeros meses de 1971 pele¨® para que se pusiera fin a las torturas padecidas por los detenidos durante el estado de excepci¨®n decretado por la dictadura a ra¨ªz del juicio de Burgos. Mar¨ªa Asunci¨®n fue una voz destacada contra la pena de muerte, por lo que recibir¨ªa una cari?osa carta del papa Francisco.

Enclavado, como he dicho, en la generaci¨®n abstracta, Manuel Salinas mantuvo, sin embargo, un perfil de fuerte independencia. Se mueve en los puntos de referencia de los modernos de la ciudad. Expone en la galer¨ªa Juana de Aizpuru y es uno de los fundadores del espacio M11 que quer¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de la sala de exposiciones y potenciar una biblioteca y un centro de documentaci¨®n, todo ello en la llamada Casa Natal de Vel¨¢zquez. All¨ª expusieron Luis Gordillo, Manuel Quejido y se celebraron muestras de Manolo Millares y Alberto S¨¢nchez. Los cat¨¢logos los dise?aba Alberto Coraz¨®n.

Manuel Salinas fue en especial un indagador del color. Sobre fondos, s¨®lo te?idos, trabajados con el pigmento muy l¨ªquido, situaba formas, que no llegaban a ser geom¨¦tricas por la indefinici¨®n de los bordes, en las que el color, gracias a la acumulaci¨®n del pigmento, adquir¨ªa solidez y prestancia. A veces, estas manchas establec¨ªan potentes contrastes mutuos de color y en otras ocasiones, dise?aban una gama muy diferenciada de matices de una misma tinta. Este modo de poner la pintura hac¨ªa que en el cuadro compitieran el atractivo visual y el t¨¢ctil, la brillantez del color compet¨ªa con la potencia del pigmento, de la materia pict¨®rica (buen ejemplo es el cartel de toros para la Maestranza de Sevilla, temporada 2009). Por la misma raz¨®n, las obras de Salinas parecen buscar la tercera dimensi¨®n, no en profundidad, como en la tradici¨®n pict¨®rica, sino en relieve. Como dec¨ªa Greenberg que ocurr¨ªa en las obras de Newman y Rothko, el cuadro no se cierra sobre s¨ª mismo sino que parece irradiar en el medio (el aire, la luz) que lo rodea.

Otra caracter¨ªstica de la obra de Salinas es el ritmo. Las alternancias de color y el peso de la materia establecen un ritmo peculiar. El espectador que quiz¨¢ a primera vista cree enfrentarse con una obra cercana al ornamento se ve sorprendido de repente, al recorrer el cuadro, por un ritmo sereno pero envolvente.

La pintura de Salinas no participa desde luego de las inquietudes conceptuales de los pintores del Grupo Trama y tal vez no atienda a la forma con el especial cuidado que les dispensan los dem¨¢s pintores de la generaci¨®n de los abstractos sevillanos. Si algo caracteriza su obra es su cultivo de la sensibilidad y aun de la sensualidad. Un enamorado de cuanto en profundidad significa la apariencia.