El arrojo de la chifladura

En la aguerrida Corredor sin retorno (Sam Fuller, 1963), un ambicioso periodista se propone ganar el premio Pulitzer provocando su ingreso en un hospital psiqui¨¢trico con el fin de investigar un asesinato no resuelto. En la simp¨¢tica comedia rom¨¢ntica Loco por ella, nueva pel¨ªcula del omnipresente Dani de la Orden, otro calculador periodista, este muy t¨ªpico del nuevo milenio, se interna en un centro de salud mental en busca no tanto de reconocimiento como de f¨¢ciles pinchazos en la web, y de paso encontrar una explicaci¨®n a la compleja personalidad de una chica all¨ª ingresada con la que ha vivido una intensa noche de pasi¨®n. Ambos, lejos de conseguir en principio ni lo uno ni lo otro, terminan encerrados con los enfermos m¨¢s tiempo del previsto.

Desde una mirada superficial, nace Loco por ella como un imposible batiburrillo de referencias poco conciliables ¡ªno solo de Corredor sin retorno, tambi¨¦n de Alguien vol¨® sobre el nido del cuco, que ten¨ªa comedia, pero era mucho m¨¢s seca, y hasta de Nunca me han besado¡ª, y sin embargo acaba como un producto bien engrasado que sabe conjugar la comedia loca americana de los a?os treinta y cuarenta con la rom¨¢ntica juvenil de los noventa, acerc¨¢ndose a un espacio y a unos personajes peliagudos por sus singularidades en cuesti¨®n de salud.

No es f¨¢cil hacer comedia de la enfermedad mental y De la Orden, siempre elegante en su puesta en escena y sus montajes, ¨¢giles y atractivos en su combinaci¨®n con las m¨²sicas, tanto con la banda sonora de Julio de la Rosa como con la estupenda colecci¨®n de canciones que la acompa?a, lo logra con una historia cl¨¢sica de amor imposible. El guion de Natalia Dur¨¢n y Eric Navarro comienza con un encuentro arquet¨ªpico de screwball comedy y avanza durante buena parte del relato con las mismas coordenadas: lucha de sexos; poder¨ªo de la mujer, que es la que toma las decisiones ante la peque?ez del hombre; e historia poco plausible (no le busquen la verosimilitud a machamartillo, no tiene por qu¨¦ tenerla). La guinda la pone un conjunto de personajes secundarios interpretados con enorme gracia, terreno en el que todos hacen un gran trabajo aunque en el que destacan especialmente los formidables Luis Zahera, Aixa Villagr¨¢n y Alberto San Juan.

Quiz¨¢ la parte emocional vuele a menor altura, y es posible que alguna de las situaciones se alargue demasiado (el flirteo en el jard¨ªn de la mujer con s¨ªndrome de Tourette), pero la pel¨ªcula tiene vigor y deja una idea interesante: los ¨²nicos que se atreven en este mundo descre¨ªdo, hipercontrolado y falsario son los locos.