Charlotte Johannesson, la artista que teji¨® con gr¨¢ficas de los primeros ordenadores
La artista sueca, precursora en la utilizaci¨®n de im¨¢genes digitales para crear tapices, muestra por primera vez su trabajo en Espa?a en una retrospectiva en el Museo Reina Sof¨ªa con m¨¢s de de 150 obras
Apenas hab¨ªa cumplido 20 a?os cuando Charlotte Johannesson decidi¨® matricularse en una escuela de artes textiles en su Malm? natal, al sur de Suecia. All¨ª, seg¨²n ha narrado ella misma, estaba prohibido tener ideas propias, todo un reto para una artista de fuerte car¨¢cter y profundas convicciones feministas cuya respuesta consisti¨® en crear tapices con textos con radicales mensajes pol¨ªticos que despu¨¦s vend¨ªa en mercadillos. As¨ª inici¨® una carrera art¨ªstica que la llevar¨ªa, a partir de 1978, a combinar la delicadeza del arte textil con las gr¨¢ficas digitales obtenidas con la primera generaci¨®n de computadoras de Apple. Hija de las culturas hippie y punk, su obra es una constante protesta contra la pol¨ªtica de su pa¨ªs y contra conflictos internacionales como la guerra de Vietnam o el golpe de Estado contra Salvador Allende. Su carrera declin¨® cuando los nuevos ordenadores de Apple cerraron el uso p¨²blico de sus gr¨¢ficas. En la ¨²ltima d¨¦cada, el reconocimiento de los j¨®venes artistas ha hecho que retome los telares a la vez que el Museo Reina Sof¨ªa inaugura la primera retrospectiva que se le dedica en Espa?a. Bajo el t¨ªtulo de Ll¨¦vame a otro mundo se exhiben, hasta el 16 de agosto, 150 obras que repasan toda su trayectoria.
El coronavirus ha hecho imposible que la artista, de 77 a?os, pudiera viajar a Madrid, aunque sigue en plena forma trabajando en los mismos temas que abord¨® al comienzo de su carrera. Tampoco se han podido desplazar los comisarios, Lars Bang Larssen y Mats Stjernstedt. Manuel Borja-Villel, director del museo, afiebrado por la primera dosis de AstraZeneca que le administraron el d¨ªa anterior, explic¨® que la exposici¨®n forma parte del programa que el museo dedica a dar a conocer la obra de artistas mujeres poco o nada conocidas en Espa?a, como es el caso de la pintora noruega Anna-Eva Bergman, que se puede ver hasta mediados de mayo en el palacio de Vel¨¢zquez.
¡°Charlotte Johannesson es una pionera en la creaci¨®n art¨ªstica realizada con medios aparentemente tan dispares como el telar y el ordenador¡±, cuenta el director del museo. ¡°Si su obra no ha trascendido de manera suficiente es porque tanto ella como su marido y colaborador, Sture Johannesson, nunca quisieron formar parte de lo que se entiende por mercado. Montaron espacios autogestionados en los que trabajaban y daban a conocer su obra a sus seres m¨¢s pr¨®ximos, pero nunca buscaron la fama¡±. Juntos crearon en 1966 una empresa y galer¨ªa textil llamada Cannabis.
La primera parte de la exposici¨®n es un recorrido por los trabajos fechados en los sesenta y setenta. Se ven bellos tapices con colores arm¨®nicos en los que nunca falta un mensaje de protesta: No hay futuro (1977), ?C¨¢ete muerto! (1977), Las acciones hablan m¨¢s alto que las palabras (1976) o Libertad para la RAF (Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo). ¡°En sus tapices¡±, a?ade Borja-Villel, ¡°Johannesson cuestiona el canon art¨ªstico dominante en la ¨¦poca, utilizando un material y una t¨¦cnica tradicionalmente asociados al mundo femenino y a lo artesanal, e im¨¢genes procedentes de tebeos y medios de comunicaci¨®n, convirti¨¦ndolos en veh¨ªculo de denuncia feminista como en No soy un ¨¢ngel (1974).
Tras la compra de un Apple II Plus
La segunda parte se adentra de lleno en la colaboraci¨®n entre la pintura tejida y el ordenador. Surge despu¨¦s de un viaje de la pareja a California. All¨ª se hicieron con un Apple II Plus, con el que Charlotte Johannesson comenz¨® a dibujar antes de que existieran programas para ello. Poco despu¨¦s, fundaron en su propia casa el Digitalteatern (activo entre 1981-1985), un taller experimental pionero en la producci¨®n de im¨¢genes por ordenador. Sture se centraba en los aspectos m¨¢s t¨¦cnicos, mientras que Charlotte creaba las im¨¢genes. La artista se adue?aba as¨ª de lo que hasta entonces se consideraba un instrumento de poder del tecnopatriarcado. De esta etapa destacan las series de gr¨¢ficas digitales dedicadas a celebridades de los 80 con personajes tan populares como Boy George, Bjorn Borg, Ronald Reagan o David Bowie; Yo y mi ordenador (1981-1986) y Humano con sat¨¦lite (1981-1985) combina im¨¢genes del hiperespacio, autorretratos, figuras mitol¨®gicas o referencias tecnol¨®gicas.
El remate de la exposici¨®n est¨¢ representado en una ¨²ltima peque?a sala en la que a modo de estandarte cuelgan desde el techo la ¨²ltima serie de tapices realizados por Charlotte Johannesson. Fechados en 2019 y con predominio de tonalidades oscuras, una de las obras pregunta sobre un mapamundi: ¡°?Guardar como Arte? S¨ª/No¡±. En otra asegura que el cerebro es m¨¢s grande que el cielo y concluye con una hoja de cannabis titulada Nativo americano. En esta parte final se incluye una proyecci¨®n permanente con la que se documenta con fotos e im¨¢genes la trayectoria y el trabajo de Charlotte Johannesson y su marido. Se la puede ver a ella trabajando en sus talleres, operando con los primeros ordenadores que utiliz¨®; en sus viajes a Londres o California o sus encuentros con personajes famosos, como David Bowie, con el que se cruz¨® por azar en una gasolinera y que le firm¨® un cartel creado por ella que llevaba en ese momento.
Babelia
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