¡®Quo Vadis, Aida?¡¯: una formidable radiograf¨ªa de la matanza de Srebrenica
?C¨®mo rodar semejante barbarie, la de 8.300 asesinados en pocos d¨ªas? ?C¨®mo representar al monstruo y a sus presas? Jasmila ?bani? parece haberlo tenido claro en todos los aspectos
No hay matices posibles en el genocidio de Srebrenica: durante la guerra de los Balcanes, en julio de 1995, ante la pasividad de los cascos azules neerlandeses de la ONU, las tropas del general serbobosnio Ratko Mladic asesinaron a unos 8.300 bosnios musulmanes ¡ªla inmensa mayor¨ªa, hombres¡ª en una ciudad que hab¨ªa sido declarada como ¡°segura¡± por Naciones Unidas.
La excelente directora bosnia Jasmila ?bani?, que ya se hab¨ªa acercado a los conflictos ¨¦tnicos, pol¨ªticos, territoriales, sociales y familiares de la extinta Yugoslavia en la notable En el camino (2010) y en la magn¨ªfica Grbavica (2006), ha filmado los proleg¨®menos, la metodolog¨ªa, los subterfugios y las consecuencias de la masacre en la impactante Quo Vadis, Aida?, centr¨¢ndose en la figura de una traductora local al servicio de la ONU, y con Mladic, hoy en prisi¨®n tras sentencia de cadena perpetua por el Tribunal Penal Internacional, como rol secundario pero central.
Ahora bien, si no hay matices posibles, ?c¨®mo rodar semejante barbarie? ?C¨®mo representar al monstruo y a sus presas? ?bani? parece haberlo tenido claro en todos los aspectos: sin muertos en pantalla, jug¨¢ndose la carta del fuera de campo (cada asesinato, fuera del ojo de la c¨¢mara y, por tanto, fuera del ojo del espectador). Lo que nada aporta, ni en informaci¨®n ni en emoci¨®n, queda en el margen. Tambi¨¦n con c¨¢mara al hombro, vertiginosa radiograf¨ªa del dolor, el miedo y la rabia, siguiendo casi en todo momento a la mujer protagonista, una profesora de instituto reconvertida en traductora, que se encuentra con algunos de sus exalumnos en el bando de los asesinos. As¨ª son las guerras civiles: crueles e irracionales. Todo ello, con la indolencia de los mandos y de la tropa neerlandesa, de ingenuo azul sobre la cabizbaja mirada, y, muy relevante, con la desidia de los superiores al tel¨¦fono, que no estaban all¨ª para comprobar lo que se cern¨ªa, pero que ni siquiera atendieron a lo que en modo alguno era inimaginable.
El instinto de supervivencia, las impresionantes im¨¢genes de la muchedumbre agolpada junto a la verja cerrada del campamento de la ONU, la fortaleza de la c¨¢mara y el espectacular trabajo con las masas de int¨¦rpretes, cientos de rostros perfectamente elegidos y guiados no para parecer extras de una pel¨ªcula, sino seres humanos a un paso del matadero, redondean un trabajo formidable, reciente candidato al Oscar a mejor pel¨ªcula internacional. Aunque a¨²n haya m¨¢s: un doble ep¨ªlogo maravilloso; uno sobre las consecuencias materiales en el hogar, y otro, a?os despu¨¦s, en una escuela de la ciudad, a medio camino entre la reconciliaci¨®n y el imposible olvido. Y aqu¨ª, los matices tendr¨¢ que ponerlos el espectador.
QUO VADIS, AIDA?
Direcci¨®n: Jasmila ?bani?.
Int¨¦rpretes: Jasna ?uri?i?, Boris Isakovic, Johan Heldenbergh, Raymond Thiry.
G¨¦nero: drama. Bosnia, 2020.
Duraci¨®n: 104 minutos.
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