¡®La mujer en la ventana¡¯: pobre Hitchcock

Netflix estrenaba el pasado oto?o una delirante y denigrante adaptaci¨®n de Rebeca, el cl¨¢sico de Alfred Hitchcock que abri¨® las puertas de Hollywood al coloso del suspense. El engendro estaba protagonizado por la estrella milenial Lily James y el ahora ca¨ªdo en desgracia Armie Hammer, a quien le persiguen unas acusaciones de canibalismo que bien se podr¨ªan ampliar al destrozo que hizo con el m¨ªtico personaje de Maxim de Winter. A¨²n no nos hab¨ªamos recuperado del susto y se estrena directamente en la misma plataforma La mujer en la ventana, (adaptaci¨®n de la novela de A. J. Finn) que no es exactamente una nueva versi¨®n de La ventana indiscreta, sino un subproducto pretencioso y vacuo que fagocita todos los posibles clich¨¦s de una de las mejores pel¨ªculas de la historia del cine.

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La pesadilla de volver a Manderley

La cosa es m¨¢s o menos as¨ª: una mujer que padece agorafobia y que adem¨¢s tiene serios problemas con la bebida se dedica a espiar desde su imponente brownstone de Manhattan a sus nuevos vecinos de enfrente, una pareja y un hijo adolescente que se pasan el d¨ªa discutiendo con utensilios de cocina en la mano. Obviamente, hay un crimen y la cotilla de enfrente lo ve todo. Interpretada por Amy Adams, que definitivamente le est¨¢ cogiendo demasiado gusto a interpretar a drogadictas desquiciadas, la pel¨ªcula cuenta con un reparto de estrellas (Julianne Moore, Gary Oldman) que pasan por ah¨ª haciendo su numerito y ya. Dirigida por el brit¨¢nico Joe Wright, que ya se puso muy estupendo con su biopic de Winston Churchill El instante m¨¢s oscuro y que ahora amenaza con una versi¨®n de Cyrano de Bergerac protagonizada por Peter Dinklage, la pel¨ªcula resulta especialmente ofensiva no tanto por sus artificiosos excesos sino porque detr¨¢s de sus estomagantes alardes cin¨¦filos y sus gui?os al pobre Hitchcock no hay una sola buena idea.