Un coleccionista privado compra por 140.000 euros el retrato de Lavinia Fontana en una subasta en Madrid

Un coleccionista privado ha comprado por 140.000 euros y v¨ªa telef¨®nica el retrato de la pintora del Barroco Lavinia Fontana, que se ha subastado la tarde del martes en la casa Segre de Madrid. Hab¨ªa cierta expectaci¨®n en la sala por saber si en el ¨²ltimo momento, despu¨¦s de que sonara el martillo, un representante del Estado iba a levantar la paleta, identificarse y ejercer su derecho de tanteo. Finalmente no ha sido as¨ª y la pieza, que ten¨ªa un precio de salida de 50.000 euros y que hasta abril estaba mal atribuida a la escuela bolo?esa, se queda en manos privadas.

¡°De Lavinia Fontana hay precios dispares, salen pocas obras a la venta, por tanto, hay escasas referencias¡±, afirmaba antes de la subasta la directora de Segre, Mercedes de Miguel, poniendo como ejemplos cuadros de la pintora con conjuntos de mujeres valorados en 400.000 euros y otros retratos, como el que se ha subastado, en torno a los 40.000 y 50.000 euros.

Si el comprador quisiera sacar la obra fuera de Espa?a, tendr¨ªa que solicitar un permiso de exportaci¨®n ante la Junta de Calificaci¨®n, Valoraci¨®n y Exportaci¨®n de Bienes del Patrimonio Hist¨®rico del Ministerio de Cultura al tratarse de una pieza de m¨¢s de un siglo de antig¨¹edad, como establece la ley de Patrimonio Hist¨®rico. En ese momento, el Estado tendr¨¢ una segunda oportunidad de adquirir la obra por el precio de venta de 140.000 euros. La tarde del martes, Cultura no hab¨ªa comunicado a Segre la inexportabilidad de la pintura, aseguran en la casa de subastas.

El retrato llevaba desde 1914 en la misma familia, pasando de una generaci¨®n a otra, pero hasta abril estuvo mal atribuido a la escuela bolo?esa del siglo XVI. La historia de esta obra, pintada entre los siglos XVI y XVII, seg¨²n los an¨¢lisis qu¨ªmicos realizados por Segre, revive en octubre de 2020, cuando ¡°una familia de fuera de Madrid¡±, explic¨® De Miguel sin dar m¨¢s detalles de su identidad, acudi¨® a la firma para inventariar varias piezas heredadas. El cuadro estaba entre ellas. Su intenci¨®n era conocer su valor y hacer una testamentar¨ªa. Una imagen del retrato fue suficiente para que el experto en pintura antigua de Segre, Jos¨¦ Luis Requena, se diera cuenta de que era una obra importante.

La cadena de contactos, an¨¢lisis qu¨ªmicos y estudios que vinieron despu¨¦s forman parte del d¨ªa a d¨ªa de una casa de subastas cuando surgen este tipo de dudas. La primera llamada fue a la conservadora de un museo espa?ol, que les deriv¨® a Marco Tanzi, experto en pintura bolo?esa. El especialista acept¨® el encargo, y de enero a abril estudi¨® la obra con todas las fotos y an¨¢lisis que le enviaron, adem¨¢s de la documentaci¨®n que pudo recopilar. La primera pista apareci¨® en una ficha de una subasta en Florencia, en 1914. En el cat¨¢logo de aquella venta aparece la pintura atribuida a Lavinia Fontana. Un familiar de los actuales herederos pudo haber adquirido el cuadro en Florencia, seg¨²n las pesquisas. ¡°Tienen un abuelo de Bolonia, no les sorprendi¨®¡±, cont¨® De Miguel. En 1914, se perdi¨® la pista y la memoria de c¨®mo pudo pasar de ser un lavinia a estar catalogado como escuela bolo?esa. ¡°La familia no tiene papeles, no se dedican al arte ni son expertos en este mundo¡±, afirm¨® la directora.

Mayores complicaciones tuvo Tanzi para identificar a la retratada. ¡°La efigie fue reconocida como Donna Lucia Bonasi di Carzo¡±, escribe el experto, ¡°una mirada m¨ªnimamente m¨¢s atenta nos hace comprender de inmediato que la inscripci¨®n [que aparece en el cuadro] ha sido repasada en alg¨²n momento que ahora se nos escapa, probablemente cuando hubo un cambio en el marco, ligeramente m¨¢s estrecho, y su ubicaci¨®n ya no era la original. Al faltar la memoria familiar, el nombre no se ley¨® correctamente y se olvid¨® la identidad de la dama. Se trata de Lucia di Annibale Bonasoni¡±. Una mujer de la ¨¦lite de Bolonia, dedicada a la m¨²sica, por eso aparece retratada con una partitura y un instrumento.