El gran tah¨²r de Las Vegas revela todos sus secretos
Steve Forte, una leyenda de los casinos de Nevada, publica un libro de dos tomos y mil p¨¢ginas con todos sus trucos
?Cu¨¢nto pagar¨ªa por conocer los secretos del mejor repartidor de cartas de Las Vegas? Steve Forte, una leyenda de los casinos, ha puesto una cifra para revelar el arsenal de trucos que acumul¨® durante 40 a?os distribuyendo suerte en las mesas de juego y buscando fortuna en las madrugadas de Nevada. Forte, de 65 a?os, ha publicado todo lo que sabe en Gambling Sleight of Hand, algo as¨ª como Artima?as de juego, un enciclop¨¦dico tesoro de m¨¢s de 1.000 p¨¢ginas para los aficionados a las cartas. La segunda edici¨®n de este libro, de dos vol¨²menes, cuesta 300 d¨®lares, casi 250 euros.
El mundo de las cartas se le desvel¨® a Forte, de 65 a?os, cuando era un adolescente. Un d¨ªa acompa?¨® a su padre, un alba?il, a un sitio de apuestas clandestino en la bodega de un restaurante de Newton, el peque?o pueblo de Massachusetts donde naci¨® el actor Jack Lemmon. Maravillado por la escena, un mec¨¢nico que jugaba con un mazo de cartas lo llam¨® a su lado y le ense?¨® un truco que consist¨ªa en mantener un as siempre como primera carta sin importar cuantas veces se revolviera la baraja. Aquel d¨ªa Forte aprendi¨® amargamente que el juego por el que su padre apostaba religiosamente todos los viernes esperando multiplicar algunos d¨®lares de la paga era un enga?o.
Forte practicaba con las cartas entre 12 y 16 horas diarias. Comenz¨® a repartir en noches de juego para jubilados. A los 20 a?os dej¨® la escuela y puso direcci¨®n al oeste, hacia Las Vegas, donde se hizo crupier apenas cumpli¨® la mayor¨ªa de edad. Siete a?os despu¨¦s, a los 28, ya era gerente del casino Sundance. Cuando no estaba trabajando, Forte apostaba en otros sitios de apuesta bajo un seud¨®nimo. Se hac¨ªa llamar Michael Panaggio.
Durante toda la d¨¦cada de los 70, Forte jugaba al 21 en los l¨ªmites de la legalidad. Buscaba a los crupieres con las t¨¦cnicas m¨¢s rudimentarias, quienes revelaran alguna carta al revolver el mazo. Un vistazo le era suficiente para contar las cartas y calcular cu¨¢nto tiempo le tomar¨ªa recibir un as o un n¨²mero alto. El ojo experto tambi¨¦n aprendi¨® a ver marcas casi indelebles en los naipes, las que aprovechaba a cortar cada vez que un repartidor le ped¨ªa cortar el mazo. As¨ª elevaba la posibilidad de contar con un 10 en su mano.
Forte fue suspendido en 1984 por la Comisi¨®n de juegos de Nevada, que le prohibi¨® trabajar y jugar en el estado. No acostumbrado a perder, el tahur hizo lo mismo que en las mesas: redoblar la apuesta. Viaj¨® e nuevo a la costa este, a Atlantic City, donde se propuso hacerse rico junto a un equipo de c¨®mplices. El grupo ide¨® todo tipo de artima?as y jugarretas para que la casa perdiera. Estas involucraban c¨¢maras de video, grabadoras de audio, programas de computadora para saber las secuencias y sobornar a los repartidores. El equipo gan¨® miles de d¨®lares, 100.000 en una sola noche seg¨²n dijo en una entrevista reciente, hasta que fue atrapado por las autoridades. Forte estuvo mes y medio en prisi¨®n acusado de robo. Despu¨¦s de eso los casinos a los que desfalc¨® lo hicieron consultor de seguridad, uno de los m¨¢s famosos de Las Vegas.
A pesar de todo esto, Forte dice que su libro no es material para tramposos. ¡°El mundo de la magia tiene una larga historia tratando de seguir el trabajo, los trucos, de los estafadores y timadores¡±, cuenta Forte a EL PA?S. ¡°En resumen, mi objetivo es mejorar las habilidades de toda una generaci¨®n de aficionados a la magia¡±, a?ade. La demanda que ha tenido su libro, que tiene m¨¢s de 1.300 fotograf¨ªas en blanco y negro con detalles de c¨®mo manipular los naipes, ha sido extraordinaria. La primera edici¨®n, con una tirada de 1.000 ejemplares, se agot¨® en una semana. Son demasiados magos en busca de nuevos recursos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.