Un taquillazo teatral desmonta los cors¨¦s de la masculinidad

Redimir al hombre de su propia masculinidad, la que encierra los patrones m¨¢s t¨®xicos y le inhabilita para expresar sus emociones. Este es el eje sobre el que pivota La maldici¨®n de los hombres Malboro, el espect¨¢culo de danza contempor¨¢nea de factura completamente andaluza que ha cosechado el mayor ¨¦xito nacional en los ¨²ltimos a?os. Ha arrasado en festivales, atesora un largo palmar¨¦s de premios, ha pisado casi todas las plazas del pa¨ªs y representar¨¢ a Espa?a en la pr¨®xima Exposici¨®n Universal de Dub¨¢i (marzo de 2022). Pero quiz¨¢ lo m¨¢s significativo sea que ha conseguido cumplir cuatro a?os sobre las tablas, una longevidad heroica para un espect¨¢culo de danza contempor¨¢nea, sorteando hasta la fecha su presencia en Madrid.

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Ser¨¢ el pr¨®ximo 29 de junio cuando, finalmente, La maldici¨®n de los hombres Malboro clave su bandera en la capital. El Teatro de La Latina dar¨¢ cobijo a seis int¨¦rpretes masculinos superdotados ¡ªbailan, cantan y escupen textos con una verdad dram¨¢tica indiscutible¡ª que, sorpresa, han sido dirigidos por una mujer. Isabel V¨¢zquez, veterana bailarina y core¨®grafa sevillana, profesora del Centro Andaluz de Danza, siempre tuvo en mente ¡°reflexionar sobre la incapacidad emocional con la que han educado a los hombres¡±, explica, ¡°a los que castramos desde peque?os: al ni?o lo castran en el colegio, lo castra la sociedad¡­¡±.

Para ello, reclut¨® en 2017 a los j¨®venes Arturo Parrilla, David Barrera, Baldo Ruiz, David Novoa, Javier P¨¦rez e Indalecio S¨¦ura, antiguos alumnos suyos cuyas carreras actualmente disfrutan de la m¨¢xima proyecci¨®n internacional, y los puso a prueba. ¡°Sab¨ªamos que iba a ser dif¨ªcil. Baldo, por ejemplo, estaba de gira con Wim Vandekeybus cuando contact¨¦ con ¨¦l; y as¨ª uno detr¨¢s de otro en un equipo tan numeroso. Pero parece que estuvimos bendecidos desde el principio: nadie dijo que no¡±, recuerda la directora.

Todos ellos se reparten roles muy diversos para desarrollar una historia que tiene en los extremos el personaje de Arturo Parrilla, un macho de libro que quiere imponer al grupo esa hombr¨ªa ¡°que puede parecer anacr¨®nica, pero que a¨²n pervive¡±, asegura su creadora; y el que encarna Baldo Ruiz, inc¨®modo desde el inicio en los cors¨¦s tradicionales de la masculinidad. Entre medias, se suceden escenas que conducen al espectador a ¡°una catarsis¡± pero que, sin embargo, acaban por parecer descacharrantes y arrancan la carcajada del patio de butacas. Entre estos momentos c¨¦lebres, los chicos reinterpretan el cl¨¢sico musical Macho man, del grupo estadounidense Village People, o convierten en rap un famoso v¨ªdeo viralizado protagonizado por El Fary durante una entrevista realizada en TVE en 1982, en la que aseguraba haber ¡°detestado siempre al hombre blandengue¡±.

Todos los bailarines complementan su virtuosismo danc¨ªstico con una importante vis c¨®mica. ¡°A veces siento que estoy hablando de algo muy dram¨¢tico y, sin embargo, veo que el p¨²blico se r¨ªe. Es mi tono, con el que cuento siempre, no ha sido buscado. Toco temas tan serios que sin el humor ser¨ªan insoportables¡±.

El gran hombre Malboro con el que arranca este espect¨¢culo, Arturo Parrilla, reconoce que es el montaje del que m¨¢s ha aprendido hasta la fecha: ¡°Ha habido otras propuestas en las que he tenido que mostrar distintas facetas, pero aqu¨ª se ha producido un antes y un despu¨¦s. Salgo al escenario como el que va a un partido: a ver si gano o pierdo hoy. Y eso, cuatro a?os despu¨¦s, solo significa que el espect¨¢culo sigue vivo¡±, asegura Isabel V¨¢zquez.

Junto a V¨¢zquez, la otra gran presencia femenina del espect¨¢culo ¡ªque ha posibilitado esta gira con muchas paradas por delante a¨²n¡ª es la de la productora, Elena Carrascal, entrenada en visibilizar la escena independiente andaluza, que apoy¨® el espect¨¢culo desde sus inicios: ¡°Yo me emocion¨¦ mucho ya en el primer ensayo. Y cada funci¨®n nos la tomamos as¨ª, como una celebraci¨®n¡±. ¡°Recuerdo a Isabel el d¨ªa del estreno absoluto¡±, agrega la productora, ¡°pregunt¨¢ndose minutos antes de salir si esto le iba a interesar a alguien. Y, sin embargo, el aplauso fue total. Desde entonces, la conexi¨®n con el p¨²blico solo ha hecho aumentar¡±.

El mismo equipo, capitaneado por Isabel V¨¢zquez y Elena Carrascal, y con el mismo pelot¨®n de bailarines ¡ªadem¨¢s de otras incorporaciones¡ª, afronta ya el reto de adentrarse en un nuevo proyecto, Archipi¨¦lago de los desastres, que tiene previsto estrenarse en noviembre. ¡°Me est¨¢ costando mucho alejarme de La maldici¨®n de los hombres Malboro, pero tambi¨¦n era necesario: ha sido un ¨¦xito tan grande que lo siento como un peso del que me tengo que liberar¡±, admite la core¨®grafa. A V¨¢zquez no parece no haberle hecho mella este triunfo. En el trabajo que prepara, cuenta, rendir¨¢ ¡°un homenaje al teatro y sus int¨¦rpretes, pero a trav¨¦s del fracaso, que es algo inherente al arte¡±. Sin duda, no pueden entenderse el uno sin el otro.