¡®Un blues para Teher¨¢n¡¯: m¨²sica para los ojos

El debut en el largometraje del veterano periodista radiof¨®nico Javier Tolentino, quien hace unas semanas se desped¨ªa de la direcci¨®n del programa de cine de Radio 3 El s¨¦ptimo vicio despu¨¦s de 22 a?os al micr¨®fono, ofrece un recorrido por la m¨²sica iran¨ª tradicional y de fusi¨®n a trav¨¦s del o¨ªdo y tambi¨¦n de los ojos. Aunque la m¨²sica es central en este viaje por los sonidos del pa¨ªs persa, tambi¨¦n lo son los lugares que se retratan desde la mirada cin¨¦fila de su director y que en muchos momentos remiten a los paisajes rurales y urbanos de una de las cinematograf¨ªas m¨¢s influyentes del cine contempor¨¢neo, cuna de grandes realizadores crecidos muchos de ellos bajo la sombra de uno de sus maestros incontestables, Abbas Kiarostami, poeta que elev¨® el silencio a m¨²sica y que solo introduc¨ªa el efecto de una canci¨®n al final de sus filmes.

El homenaje de Tolentino a ese cine florecido en el silencio y la adversidad, ya sea de la censura del r¨¦gimen o de la pobreza, est¨¢ latente en toda su pel¨ªcula; esta s¨ª, plagada de canciones. Un blues para Teher¨¢n es un documental musical que pretende ofrecer una panor¨¢mica de unos sonidos que beben de la rica tradici¨®n persa para expresar el presente a trav¨¦s de ella.

El eje del filme es un m¨²sico kurdo con vocaci¨®n de cineasta y tendencia a la alopecia, Erfan Shafei, quien nada m¨¢s arrancar el filme canta dentro de su coche (otra vez Teher¨¢n visto desde el nervioso movimiento de un veh¨ªculo) uno de los mejores temas de toda la pel¨ªcula. Le seguir¨¢n diferentes grupos y voces que entre melod¨ªas y versos ir¨¢n desgranando una realidad compleja. Cada uno har¨¢ su propia definici¨®n de qu¨¦ es la m¨²sica, ¡°la mayor de todas las artes porque puede atravesar la oscuridad o un muro¡±, dice uno de ellos, mientras el espectador descubre qu¨¦ esconden esas canciones, por qu¨¦ las mujeres no cantan y c¨®mo cuando desaf¨ªan al poder con su canto lo hacen desde una profunda tristeza.